Vida Religiosa | Antonella Palermo
Compartir el don de la
diversidad en un mundo dividido
El Papa
Francisco recibió en audiencia a los Hijos de la Caridad y a los Hermanos de
San Gabriel. A los primeros les recomendó mirar al crucificado y las llagas de
los pobres, como hizo la fundadora Magdalena de Canossa, y a los segundos vivir
en la escucha y el coraje, con humildad y fe, siguiendo las enseñanzas del
fundador, y custodiar la abigarrada internacionalidad que caracteriza a la
orden. La uniformidad mata, la armonÃa, fruto del EspÃritu, hace crecer
El Papa
Francisco recibió esta mañana a los Hijos de la Caridad, “Canosianos” y a los
Hermanos de San Gabriel con motivo de la celebración de sus CapÃtulos y de los
aniversarios del nacimiento de sus fundadores, respectivamente 250 años de
Santa Magdalena de Canossa y 350 años de San Luis MarÃa Grignion de Montfort.
Releyó su experiencia a la luz de los tiempos contemporáneos marcados a menudo
por "los egoÃsmos y particularismos": Las diversidades, afirmó el
PontÃfice, son dones preciosos que hay que compartir.
Los CapÃtulos generales, eventos sinodales de gracia
A ambas
órdenes religiosas, el Santo Padre les recordó la importancia de los CapÃtulos,
que, citando al beato Pironio, son acontecimientos "de familia", pero
también eclesiales y acontecimientos "salvÃficos", verdaderos
"eventos sinodales" de los que precisó la peculiaridad:
Un CapÃtulo es
un momento de gracia, que se ha de vivir ante todo en docilidad a la acción del
EspÃritu Santo, haciendo memoria agradecida del pasado, prestando atención al
presente – escuchándose unos a otros y leyendo los signos de los tiempos (cf.
Gaudium et spes, 4) – y mirando hacia el futuro con un corazón abierto y
confiado, para una verificación y renovación personal y comunitaria, es decir,
pasado, presente, futuro, entran en un CapÃtulo, para recordar, evaluar y
avanzar en el desarrollo de la Congregación.
Los religiosos no son bomberos
El Papa
Francisco pronunció una de sus elocuentes frases para subrayar su mensaje,
haciéndolo a la luz del tema elegido por los Canosianos para su discernimiento:
"El que no arde, no se incendia".
“Me entristece
ver a religiosos que parecen más bomberos que hombres y mujeres con ardor para
incendiar. Por favor, bomberos no; ya tenemos muchos”
Mirada al Crucificado y brazos abiertos hacia los
últimos
Recordando que
los Canosianos están presentes en siete paÃses con miembros de diez
nacionalidades, y que son asistidos por las hermanas Canosianas con una
realidad laical cada vez más activa e implicada (un aspecto, este último, de la
implicación de los laicos en un instituto, considerado muy importante por el
PontÃfice que, de hecho, lo subrayó hablando espontáneamente), los exhortó a
mirar la valentÃa de la fundadora que trabajó "en un mundo no menos
difÃcil que el nuestro", para "hacer conocer y amar a Jesús, que no
es amado porque no es conocido".
Santa
Magdalena les mostró cómo se superan las dificultades: con los ojos vueltos
hacia el Crucificado y los brazos abiertos hacia los últimos, los pequeños, los
pobres y los enfermos, para cuidar, educar y servir a sus hermanos con alegrÃa
y sencillez. Cuando el camino se torne difÃcil, hagan como ella: miren a Jesús
Crucificado y miren los ojos y las heridas de los pobres, y verán que poco a
poco las respuestas se abrirán paso en sus corazones cada vez con mayor
claridad.
Actuar con valentÃa
En el
CapÃtulo, los religiosos de San Gabriel reflexionan sobre el tema
"Escuchar y actuar con valentÃa". Y sobre estas palabras se detuvo el
Papa, subrayando en particular de qué valentÃa se habla: "Esa parresÃa
apostólica". Es la valentÃa "que leemos, por ejemplo, en el libro de
los Hechos de los Apóstoles. Esa valentÃa. Y ahà está el EspÃritu para darnos
esa valentÃa y debemos pedirla".
Son dos
actitudes – la escucha y la valentÃa – que requieren humildad y fe, y que
reflejan bien el espÃritu y la acción de San Luis MarÃa y del padre Deshayes,
que también les han dejado un valioso trÃptico como brújula para sus
decisiones: "Dios solo", la "Cruz" – esculpida en su corazón
– y "MarÃa". "Sólo Dios", la "Cruz" – esculpida
en su corazón – y "MarÃa".
La internacionalidad hace bien al apostolado
Los hermanos
de San Gabriel son más de mil religiosos, comprometidos en la pastoral, la
promoción humana y social y la educación –especialmente en favor de los ciegos
y sordomudos – en treinta y cuatro paÃses. El Papa repitió a continuación que
es el EspÃritu Santo quien crea la armonÃa, porque es su "maestro". E
insistió, hablando espontáneamente: "La uniformidad en un instituto religioso,
en una diócesis, en un grupo de laicos, ¡mata! La diversidad en armonÃa hace
crecer. No se olviden de esto. Diversidad en armonÃa". De ahà la
invitación a ser profetas de la acogida y la integración:
La Providencia
les ha concedido también la riqueza de una variada internacionalidad: será muy
buena para su crecimiento y su apostolado si saben vivirla acogiendo y
compartiendo constructivamente la diversidad entre ustedes y con todos.
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