Espiritualidad | Alcedo A. Ramírez
“Dichosos los que crean sin haber
visto”
El título de esta meditación se ha
constituido en la Nueva Bienaventuranza,
que nos asegura la afirmación de Jesucristo como camino de verdad y vida para todos los que creamos en el Mesías, el
Hijo de Dios Vivo, quien vino para salvarnos y granjearnos la Vida Eterna. Nada
más importante y oportuno, en esta Fiesta de Santo Tomás, Apóstol. También
debemos recordar que somos de la familia elegida por Dios para ser sus
miembros, discípulos y misioneros, teniendo a los Apóstoles y Profetas como
cimientos, y el mismo Cristo Jesús como la Piedra Angular y Principal del edificio que es la Iglesia.
Las manifestaciones de los profetas y
apóstoles tienen sentido, dentro de las enseñanzas de la Doctrina Cristiana,
porque el mandato central de Jesús a su
Iglesia y discípulos fue el de “Vayan al mundo entero y proclamen el
Evangelio”, con el objetivo de que todas
las naciones y pueblos aclamen y alaben al Señor Dios, quien es fiel y
misericordioso con todos nosotros, desde el mismo instante de la Creación. Así
lo hicieron los apóstoles, Santo Tomás
entre ellos, para darnos el ejemplo que debemos seguir todos los Cristianos
Comprometidos con sus Comunidades, asegurando de esta manera la difusión del
mensaje redentor y salvador.
Sin embargo, la aceptación permanente de esta orden de Cristo tenía que ser
ratificada de una forma inequívoca y contundente, para lo cual sirvió de marco
adecuado y oportunidad inmejorable la situación que presentó Tomás, el Mellizo, de rotunda
incredulidad a las declaraciones de los demás discípulos de que habían visto al
Señor. Si no veo en Jesús las señales de
los clavos, en manos y pies, y de la herida de la lanza en el costado no lo
creo, fue la respuesta inesperada, la cual sin dudas cogió de sorpresa a
todos los presentes.
La respuesta
de Jesucristo fue igual de inesperada, inmediata y contundente al volver a
presentarse a los apóstoles, una semana después y en el mismo lugar, estando
las puertas cerradas, entrando sin tocar ni abrir puerta alguna, poniéndose en
medio de ellos y dándoles la “Paz a
ustedes”. Luego, fue al punto y sin rodeos, diciendo a Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos, trae
tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. Aquí
se manifiesta y demuestra de manera convincente, sin ningún tipo de dudas, la
Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, después de su crucifixión y muerte.
Ahora sí estamos en otro estadio para la vida de los apóstoles
y los seguidores de Cristo Jesús, ya que podemos proclamar a los cuatro vientos,
sin temor con Tomás, que el Hijo del Hombre también es “! Señor mío y Dios mío! Pero ante esta declaración breve,
interrogante y poderosa, Jesucristo dijo en tono profético y para todas las
generaciones futuras: “?Porque me has
visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. Aquí se confirma
la esencia de la Fe Cristiana.
Asimismo, por esta Fe Cristiana, confirmada y ratificada por Jesucristo,
tenemos que volver al compromiso permanente y al trabajo incansable de llevar la Buena Nueva del Evangelio a todas
nuestras comunidades, pueblos y centros de trabajo, diversión y otros espacios
sociales, para que el mensaje de Dios sea conocido por todos y, a la vez, nos sirva
de base y plataforma para realizar los
servicios que necesitan y requieren nuestros prójimos, en todos los lugares
y circunstancias.
La historia y narrativa de hoy nos
anima, atrae y motiva a integrarnos
activamente en nuestra Iglesia, movimientos y pequeñas comunidades de
barrios, pueblos y ciudades, para vivir
una vida de servicios y atenciones a los más necesitados y excluidos de
nuestra sociedad, para continuar la
labor de Cristo, siendo otros Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...