Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
¡Levántate, yo estoy contigo!
Cuando escucho
la canción de Ambiorix Padilla, Levántate,
yo estoy contigo, en seguida llega a mi mente la imagen de una persona tirada
en un rincón en el suelo. Veo a Jesús ofreciéndole su mano. Me imagino el
rostro de la persona sorprendido al verlo. Imagino su rostro triste, abatido,
sin fuerzas, vencido, desesperado, con dudas, con desconfianza, sin salida de
sus problemas, sin tener deseos de ponerse de pie, pero en su clamor llorando
como un niño, Jesús lo toca, pone su mano en su hombro, le ofrece su mano, lo
consuela y le dice con ternura: “Levántate”,
yo tengo tu corazón adolorido en mis manos, ven con todos tus problemas, ¡que yo estoy contigo!
En ese momento con
lágrimas en los ojos, solo le dice al Señor, pensé que te habías olvidado de
mí, llegaste justo cuando más te necesitaba, porque ya no puedo con este dolor,
no duermo de noche, solo lloro y lloro, Jesús solo le mira con ternura y le
abraza muy fuerte.
Lo que acabo de
describir, le puede estar pasando a cualquiera de nosotros que esté pasando por
una situación parecida. Dios nos dice hoy que, en medio de la tempestad de la
soledad, de la tristeza, aunque estemos heridos, nos hayan fallado, esos
recuerdos dolorosos de los errores que cometimos y recordamos esas personas que
marcaron nuestra vida y no nos trataron bien, aunque estemos en el suelo,
derrumbados, tenemos que dar gracias a Dios por esas pruebas, porque en medio de ese dolor, está la misericordia
de Dios, para que dejemos atrás el pasado, lo que duele y podamos sentir su
providencia y la bendición que él nos traerá a lo largo de la vida.
Dios sanará
nuestro corazón herido, y podremos ver la mañana, la oscuridad se quedará
atrás, veremos su luz iluminarnos, y de repente todo cambiará sin darnos cuenta, porque Dios actúa en lo secreto.
Lo importante
aquí, es que nunca perdamos la confianza
en Dios, el irá siempre delante de nosotros como centinela en la aurora.
Aunque estemos solos, vacíos, sin esperanzas, en el sufrimiento, en medio de
pruebas fuertes, aunque perdamos muchas cosas en la vida que duele perder, pero
a través de esas pruebas, levantemos alto la frente porque Jesús está con
nosotros, él nunca se olvida de nuestro dolor. Él nunca nos abandona.
Así es que hoy,
levántate, porque el poder de lo alto está con nosotros, Él nos salvará, porque
tenemos fe, su Espíritu Santo se ha posado en nuestra vida, su aliento divino nos
restaura, porque ve nuestra oración, dejemos que Dios actúe, que mire nuestro
corazón contrito y humillado, porque, aunque siete veces nos caigamos, siete
veces Él nos levantará (Proverbios 24:16), y cuando vuelvas y te caigas,
escucha la voz de Jesús que te dice: “Levántate,
yo estoy contigo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...