Matrimonio y Familia | LFI
5 actitudes
que silenciosamente dañan el matrimonio
Es común que enfoquemos la educación de nuestros
hijos en sus actitudes, pero a menudo olvidamos lo crucial que es reflexionar
sobre las nuestras. Las actitudes que adoptamos en el matrimonio moldean
nuestra relación, ya sea para bien o, lamentablemente, para mal. A
continuación, 5 actitudes que silenciosamente dañan el matrimonio:
1. Ocupación
Tener una actitud de estar ocupado va más allá de
simplemente tener muchas tareas; implica darle un valor excesivo a estar
constantemente ocupado. Esto puede impedir que estemos completamente presentes
con una persona o situación. Estar presente con tu pareja es esencial para
construir intimidad y conexión.
Si te das cuenta de que estar ocupado es una de
tus actitudes en el matrimonio, intenta desacelerar intencionalmente. Puedes
comenzar dejando el teléfono a un lado cada noche por un rato, comprometiéndote
a reservar 30 minutos para cenar juntos, o haciendo preguntas y esperando
pacientemente sus respuestas.
2. Pereza
En el extremo opuesto de la ocupación está la
pereza. La mayoría de nosotros no nos consideramos perezosos; trabajamos duro
tanto en casa como en el trabajo. Sin embargo, a veces nos volvemos perezosos
en nuestras relaciones. Tal vez llevas años casado y te has conformado con
celebrar solo los aniversarios más importantes, o has dejado de planear citas
románticas porque te parece complicado.
Pero nada bueno surge sin esfuerzo.
Si la pereza es una de tus actitudes en el matrimonio, corres el riesgo de
tener una relación débil y poco saludable. Esfuérzate un poco más. Haz algo
especial. Sorpréndelo(a) con algo nuevo. Si te esfuerzas por combatir la
pereza, verás cambios positivos en tu relación.
3. Miedo
¿Qué te da miedo? ¿Temes decepcionar a tu
esposo(a)? ¿Fracasar como esposa(o) o madre/padre? Cualquier cosa que te cause
miedo puede controlarte sin que te des cuenta, y esto puede afectar gravemente
tu matrimonio.
Si crees que el miedo es una de tus actitudes en
el matrimonio, toma un tiempo para escribir un diario o considera hablar con un
consejero. Identificar tus miedos es el primer paso para quitarles el poder.
4. Descontento
¿Alguna vez has reflexionado sobre tu vida y
pensado que no debería ser así a tu edad? La mayoría de nosotros lo hemos
hecho. A veces, nuestras vidas superan nuestras expectativas, pero a menudo no
es así. En el matrimonio, es fácil sentir descontento cuando los sueños de
felicidad conyugal se ven reemplazados por la rutina diaria con hijos, trabajo,
discusiones y sentimientos heridos. Miras a tu alrededor y parece que tus
amigos tienen más diversión, dinero, sexo, o lo que sea. Como dijo Theodore
Roosevelt: «La comparación es el ladrón de la alegría».
Si crees que el descontento es una de tus
actitudes en el matrimonio, intenta llevar un diario de gratitud,
específicamente sobre tu esposa. Dedica un momento al final del día para
escribir algo por lo que estés agradecido. La gratitud es el antídoto perfecto
contra el descontento.
5. Mala
autoimagen
Muchos hombres luchan con su autoimagen. Ya sea
por la voz crítica de su padre en su cabeza, por la constante comparación con
otros, o simplemente por su propia autocrítica, muchos tienen una baja
autoestima. El problema es que lo que parece un problema personal puede afectar
rápidamente la relación con tu esposa. Irónicamente, quienes luchan con una
mala autoimagen tienden a enfocarse demasiado en sí mismos, lo que les impide
pensar en cómo amar bien a sus esposas. Y cuando piensan en ellas, a menudo es
con la esperanza de que les hagan sentir mejor.
Si crees que una de tus actitudes en el
matrimonio es una mala autoimagen, es hora de trabajar en ti mismo. Consulta a
un terapeuta, habla con un guía espiritual, haz algo proactivo para mejorar tu
autoestima. Al hacerlo, podrás dejar de centrarte tanto en ti mismo y comenzar
a enfocarte más en tu esposa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...