Fe y Vida | Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
9 de septiembre: san Pedro Claver, el
esclavo de los esclavos negros
Cuando los teólogos todavía discutían si los negros
tenían alma o no, Pedro Claver bajaba a las bodegas hediondas de los barcos de
esclavos africanos para darles comida, salud y llevarlos a Dios
«Petrus Claver, aethiopum semper
servus» («Pedro Claver, siempre servidor de los etíopes») escribió
al hacer su profesión solemne como jesuita. Así declaró su intención de hacerse
esclavo de todos los esclavos negros –a todos se les designaba con el nombre
común de etíopes– que, procedentes de África, recalaban en el puerto de
Cartagena de Indias cuando el mundo civilizado todavía miraba hacia otro lado
pensando que los negros no tenían alma.
Nacido en 1580 en la localidad leridana de Verdú, poco
se sabe de sus primeros años, salvo que debió de pertenecer a una familia de
agricultores de posición acomodada. Estudió Humanidades en Barcelona, pero
decidió dejar de lado un porvenir brillante para entrar en la Compañía de Jesús
con apenas 22 años. Pasó por diversas casas de formación en España, pero sus
superiores no le tenían mucha estima y destacaban de él su «espíritu mediocre»
y su «discernimiento inferior a la media». Solo era bueno «para predicar a los
indios», por lo que en 1610 fue enviado a completar su formación a Nueva
Granada, el territorio de la actual Colombia.
Cartagena de Indias era por entonces el principal
puerto de tráfico de esclavos de América; recibía cada año más de 3.000
esclavos procedentes de las costas de África. Durante la travesía muchos morían
y otros llegaban en condiciones tan malas, que eran desahuciados. Los que
sobrevivían eran objeto de subastas a las que acudían a pujar compradores desde
miles de kilómetros de distancia.
En la Iglesia había entonces teólogos que justificaban
la esclavitud por una supuesta inferioridad de los negros, e
incluso argumentaban que se les debía negar el Bautismo y los demás
sacramentos. Mientras, los comerciantes de esclavos se lucraban trayendo de
África mano de obra barata a la fuerza.
En Cartagena Claver se ordenó sacerdote en la
primavera de 1616, y allí quedó fuertemente impresionado por el ejemplo de otro
jesuita, Alonso
de Sandoval. Este no dudaba en acudir al puerto y bajar a las
bodegas donde se hacinaban los esclavos, empapados y ateridos de frío o muertos
de calor, para aliviarlos en todo lo posible.
Catequesis en los barcos
Pedro aprendió junto a él a acudir al puerto cada vez
que llegaba a la ciudad un barco esclavista. Nada más atracar en el muelle,
Claver bajaba a las bodegas cargado de fruta y comida para los más sanos; a
quienes no podían ni moverse les aplicaba un sahumerio y les daba calor y ropa
seca para que se recuperaran. No dudaba en tumbarse junto a ellos y taparles
con su manto para darles abrigo. Todo aquello debió de sorprender mucho a
aquellos africanos arrancados de su tierra, que en su mayoría pensaban que los
habían raptado y se los llevaban lejos para comérselos.
Con el tiempo perfeccionó su labor y, para entenderse
con ellos, Claver solicitó a la Compañía la compra de tres esclavos para que le
hicieran de intérpretes. Esto fue decisivo para que ese primer contacto con
aquellas gentes diera paso a una tarea de evangelización más exhaustiva. Claver
empezó así a dar catequesis bautismales en los barcos y en los puertos a todos
esos esclavos que estaban esperando a ser subastados.
La labor del jesuita empezó a ser vista con horror por
todos aquellos comerciantes que se dedicaban al esclavismo, y no solo por
ellos: la sociedad bienpensante de la colonia se alejó de Claver al ver
amenazada su forma de vida. Sin embargo, nada podía parar ya al santo, que
además de ocuparse de los esclavos en el puerto empezó a visitarlos también en
las haciendas de los colonos y en cualquier lugar donde pudieran acabar tras su
larga travesía por el Atlántico. «La mayor alegría del padre Claver era ir fuera
de Cartagena a otras poblaciones para instruir y explicar a todos el sentido de
la Pascua», explica uno de sus biógrafos, el padre Juan Balari Zanotti. Aunque
caminara por el fango durante semanas y solo pudiera alimentarse de plátanos,
Claver «se sentía dentro de Dios, unido a Él en el servicio a los demás», añade
Zanotti.
Fue en una de esas travesías, por la peligrosa selva
de Darién, cuando a Claver le empezaron a fallar las fuerzas. Murió de
agotamiento poco tiempo después en Cartagena de Indias, donde muchos africanos
conocieron por primera vez un amor que imitaba al de Cristo. «Su vida fue, ante
todo, un grito de respeto a toda persona humana, un grito que es tan necesario
hoy como lo fue ayer», concluye su biógrafo.
Bio
·
1580: Nace en Verdú (Lérida)
·
1596: Estudia Humanidades en Barcelona
·
1602: Pide
ingresar en la Compañía de Jesús
·
1610: Es
enviado a Nueva Granada, la actual Colombia
·
1616: Es ordenado sacerdote
·
1622: Profesa
sus votos perpetuos y se consagra al servicio de los esclavos
·
1654: Muere en Cartagena de Indias
·
1888: Es
canonizado por el Papa León XIII
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