Fe y Vida | José Calderero de Aldecoa
8 de octubre: san Luis Beltrán,
misionero y maestro de novicios
San Luis nació en Valencia en 1526 y fue bautizado en
la misma pila bautismal en la que había sido bautizado san Vicente Ferrer. A
los 18 años ingresó en la Orden de Santo Domingo, y tres años después fue
ordenado sacerdote. Fue santo Tomás de Villanueva quien le confirió el
sacramento del orden.
El santo ejerció durante 30 años el cargo de maestro
de novicios. Como profesor, sus alumnos lo consideraban estricto y exigente,
pero que sabía dar las órdenes con gran bondad y amabilidad. Gozaba de gran
estima dentro de la orden.
En 1562, san Luis Beltrán fue enviado como misionero a
predicar el Evangelio a los indígenas de América y llegó al puerto de
Cartagena, Colombia. El misionero sólo hablaba español, pero Dios le concedió
el don de lenguas. En poco tiempo, aprendió el idioma de los indígenas y
consiguió convertir a miles de ellos. También tenía el don de profecía y de
hacer milagros.
El mayor problema de San Luis no era el idioma, los
colonizadores españoles intentaron acabar con su vida en varias ocasiones por
las denuncias del santo frente a las injusticias cometidas contra los
indígenas. Le intentaron envenenar y disparar.
San Luis volvió a España en 1569 para continuar su
labor como maestro de novicios. En el ejercicio de esta labor siempre insistía
que lo mejor para la evangelización es la oración y los sacrificios. Murió,
después de una dolorosa enfermedad, el 9 de octubre de 1581 y fue canonizado en
1671. Es el Patrono de Colombia.
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