Solidaridad | Antonella Palermo
El Papa: Recemos por las
víctimas del ciclón en Mayotte y por el fin de las guerras
Al final de la
audiencia en el Aula Pablo VI, el Papa recordó la catástrofe en el archipiélago
frente a Mozambique, relanzó su llamamiento por la paz en el mundo y repitió
que «la guerra es siempre una derrota». Agradecimiento por la «bella acogida»
en Córcega e invitación a instalar belenes en las casas por Navidad
A los siete
mil participantes reunidos en el Aula Pablo VI para participar en la última
audiencia general antes de Navidad, Francisco, entre sus llamamientos
post-catequesis, recordó a los habitantes del archipiélago de Mayotte devastado
en los últimos días por un violentísimo ciclón, del que se temen quizás miles
de víctimas.
“Que Dios
conceda el descanso a los que han perdido la vida, la asistencia necesaria a
los necesitados y el consuelo a las familias que han sido afectadas”
La guerra es una derrota
Francisco no
se cansa de invocar el don de la paz y lo hace mencionando a la «martirizada
Ucrania» al dirigirse a los fieles polacos y sobre todo al saludar a los grupos
italianos:
“No olvidemos
a los pueblos que sufren por la guerra: Palestina, Israel, y todos los que
están sufriendo, Ucrania, Myanmar... No olvidemos rezar por la paz, para que
terminen las guerras. La guerra, no lo olvidemos, siempre es una derrota,
¡siempre! La guerra siempre es una derrota”
Un corazón abierto, especialmente a los pobres
Que las
tradiciones navideñas sean signo de disponibilidad para la acogida y de un
corazón generoso. Lo recuerda el Papa cuando desea que en las casas «haya un
belén». Es un «elemento importante de nuestra espiritualidad y de nuestra
cultura», dice Bergoglio, «un modo sugestivo de recordar a Jesús que vino “a
habitar entre nosotros”». Y entre las costumbres de este tiempo, recuerda
también, en su saludo a los peregrinos polacos, que en el país se parte el
oplatek, el pan de Navidad. Que este gesto de caridad, paz y perdón -es su
deseo- sea expresión de un corazón abierto a todos los que encuentren en su
camino». Francisco exhorta a perseverar en el recuerdo, especialmente de los
pobres, de las personas solas, de las víctimas de las inundaciones.
El recuerdo de la hermosa acogida en Córcega
En su saludo a
los peregrinos francófonos, el Papa se dirigió en particular a los alumnos de
las distintas escuelas de París y Dijon, así como a los fieles que acompañaban
las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús. A continuación, recordó su viaje
a Córcega del domingo pasado y subrayó la acogida tan calurosa que le
dispensaron. Dijo que le impresionó especialmente el «fervor de la gente» y la
constatación de que aquí «la fe no es un asunto privado». A continuación, un
pensamiento para el gran número de niños presentes en Ajaccio, algo que ya
había señalado a los periodistas durante el vuelo de regreso a Roma: «¡una gran
alegría y una gran esperanza!».
Que los ancianos no estén solos en Navidad
La catequesis
sobre la genealogía de Jesús hace referencia a los antepasados, «a nuestros
abuelos y a la riqueza de todos los ancianos», repite el Papa en sus saludos a
los fieles de lengua portuguesa. Es una ocasión para subrayar el valor de los
ancianos, y lo hace el día después de su cumpleaños: «Son un don de Dios que
hay que agradecer y cuidar. No dejemos que estén solos durante las próximas
fiestas de Navidad», subraya.
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