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Padres y
madres educan diferente, y eso es bueno
Para celebrar el DÃa de San José, y con ello
el DÃa del Padre en algunos paÃses, es una excelente ocasión para reflexionar
sobre el estilo educativo de los hombres. Muchos perciben que
padres y madres educan a sus hijos de manera diferente: mientras ellos tienden
a ser más prácticos y, en ciertos aspectos, más flexibles en la crianza, ellas, por
naturaleza, suelen ser más protectoras y centradas en la trascendencia.
Lo cierto es que los padres y
las madres tratan diferente a sus hijos, y eso es bueno en el crecimiento de
los niños. Son varios autores y estudios que asà lo
confirman.
En entregas pasadas, publicamos una entrevista
a MarÃa Calvo, autora del libro «Padres destronados», quien
explicaba las diferencias principales diferencias entre el padre y la madre
ante la crianza de un hijo:
“La presencia de la madre es esencial en su papel
de darle cariño, protegerle, cuidarle, educarle… pero al mismo nivel que el
padre. Lo que ocurre es que el padre y la madre se dirigen a los hijos de
manera distinta por su propia educación, cultura, valores, etc. La mujer es la
que, por excelencia, se encarga de controlar el espacio vital del pequeño, su
comida, sus amistades, que no le falte nada cuando va al colegio… Las madres
tendemos a tener una actitud sustitutiva. Es decir, cuando a un hijo se le cae
un tenedor, la madre se lo recoge, pero el padre no. Cuando un niño llega tarde
a la ruta del colegio por la mañana, la madre le abrocha los botones de la
camisa y le ayuda a ponerse los zapatos, aunque el niño tenga diez años. El
padre le anima: «venga, date prisa en abrocharte el abrigo». El hombre, en
definitiva, se decanta por dotarles de mayor autonomÃa y libertad. De
esta forma se fomenta un equilibrio en el desarrollo del niño”.
Está claro que los papeles de
ambos son diferentes, ninguno es peor o mejor que el otro, cada quien tiene su
misión y los dos son necesarios. El
pediatra francés, Aldo Naouri, reivindica en su obra más reciente que padres y
madres ejercen en la familia sus respectivos papeles masculino y femenino para
asegurar el desarrollo normal del niño.
Según el pediatra, en el desarrollo humano es el
padre quien trasmite al niño la conciencia del tiempo. Por el contrario, la
madre se resiste de forma espontánea a que el niño «salga de ella»
definitivamente. Naouri, que lleva 40 años ejerciendo de pediatra, sigue
avanzando en que el hijo necesita ver que detrás de su madre «hay un hombre por
el que su madre está entusiasmada».
Diferencias en
la comunicación
Asimismo, la revista Hacer Familia ha
publicado un estudio elaborado en la Universidad del estado de Washington, en
Estados Unidos, que ha medido las diferentes formas que tienen los padres de
hablar a los hijos, las madres tienden a poner un «tono de bebé» que les
transmite bondad, mientras que los padres tratan a sus hijos como «adultos
pequeños», lo que puede convertirse en un «puente» al mundo real.
Esta interesante investigación analizó cientos de
conversaciones familiares entre padres, madres y sus pequeños en edad
preescolar. Todos llevaban micrófonos, y sus interacciones del dÃa a dÃa fueron
coleccionadas para el estudio.
Los investigadores concluyeron lo siguiente:
ellas usan un tono más alto y variado para hablar con sus hijos que el que
utilizan para hablar con el resto de adultos, mientras que los padres hablan a
sus pequeños con un tono muy similar al que utilizan para mantener
conversaciones con otras personas.
Esto no significa que los padres «fallen» a la
hora de hablarles a sus pequeños, es más, según los autores de la
investigación, esta diferente forma de tratar a los niños puede
ayudarles a enfrentarse a diversas situaciones y lenguajes a lo largo de
su vida.
CaracterÃsticas
de la paternidad
Asimismo, Tomás Malmierca, educador de Fomento de
Centros de Enseñanza, expone algunas caracterÃsticas principales de la
paternidad:
El padre llena con su presencia
un hogar, igual o distinto que la madre, pero lo llena:
El padre aporta sustentos fÃsicos a los hijos,
seguridad, confianza; sustentos afectivos, cariño, comprensión, perdón;
sustentos intelectuales, enseñando a sus hijos y sustentos espirituales.
Del padre se
espera autoridad:
Que significa referencia, guÃa, conocer el camino
de la vida, marcar unos lÃmites por el bien del hijo, saber corregir sin
humillar.
Del padre se
espera conocer el por qué de las cosas:
Sabe exigir, al igual que la madre, para que sus
hijos sean fuertes, trabajadores, respetuosos con el ser humano y con el medio
ambiente. Es diligente cuando sanciona. El padre confÃa en los hijos, anima a
usar la libertad. El padre es a la vez autoridad y acogimiento.
Los hijos e
hijas esperan también de su padre amor, cariño, afecto, abrazos:
No es propio de la paternidad el distanciamiento
afectivo. Por eso, es afable, sabe consolar, tiene sentido del humor, sabe
recibir, promueve y cuida la vida de familia y sabe celebrar. Un abrazo de la
madre es distinto al del padre. Se podrÃa decir que hay un cariño masculino y
otro femenino.
El padre da protección:
Si un hijo siente un peligro fÃsico, se lo dirá a
su madre, pero se sentirá más protegido si se lo cuenta a su padre. En
ocasiones se sentirá más seguro, aunque puede que con la madre se sienta más
comprendido. Los hijos son felices cuando el padre se une a la acción de la
madre, cuando la ensalza y la cuida. Se sienten desdichados cuando la humilla,
la menosprecia o la infravalora. Asà el hijo busca apoyo en su padre. Él
significa apoyo y seguridad.
Se demuestra entonces que la
figura del padre es imprescindible para el correcto desarrollo psÃquico del
niño; es tan vital como la figura materna. Por eso, es necesario que se les
permita involucrarse en la crianza y comprender su estilo educativo desde su
enfoque masculino, quien tiene su propio estilo paternal.
LaFamilia.info con
información de Hacer Familia
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