Reflexión | Svitlana Dujovych
Ucrania, de los campos de
trigo a los minados: "Vivimos día a día"
El testimonio
de un emprendedor del mundo de la agricultura en un país que solía ser uno de
los más fuertes del mundo en este sector, mientras que, con la guerra, muchas
zonas fértiles se han convertido en tierra de escombros bélicos
El sector
agrícola es un componente central de la economía ucraniana y la principal
fuente de sustento de cerca un tercio de su población. La abundancia de tierras
fértiles, las condiciones climáticas favorables y un entorno de inversión
relativamente favorable han permitido al país no sólo alimentar a sus
ciudadanos, sino también suministrar alimentos a millones de personas de Asia,
África, Oriente Medio y otros lugares.
Antes de la
guerra, la cuota del sector agrícola en el PIB de Ucrania era la más alta de
todas las partidas de la economía, con más del 10%. Empleaba al 14% de la
población activa y generaba el 41% de las exportaciones totales. La invasión a
gran escala de Ucrania por Rusia el 24 de febrero de 2022 perturbó gravemente
la producción y el comercio de alimentos en todo el país, amenazando también la
seguridad alimentaria en el resto del mundo.
Sin cosecha
"Ahora se
ha vuelto muy difícil llevar a cabo actividades agrícolas", explica a los
medios vaticanos Vasyl Zhevner, un empresario agrícola que desde hace varios
años se dedica, junto con su socio, un ciudadano francés, a actividades
agrícolas en la región de Mykolaiv (sur de Ucrania), una de las más afectadas
por la guerra. "No sólo nuestros campos estuvieron ocupados por los rusos
durante un tiempo al principio de la guerra, sino que además muchos campos
también fueron minados y quedaron muchos fragmentos de misiles. Esto significa
que en 2022 no pudimos cultivar la tierra como debíamos y algunos campos no se
cultivaron en absoluto: como resultado, no pudimos obtener cosecha". Según
datos del Banco Mundial, la superficie total cultivada en 2022 en Ucrania
disminuyó un 20% en comparación con 2021, y el 15% del capital agrícola ya
había sufrido daños en los tres primeros meses de la guerra.
Aumento de la inseguridad alimentaria
Además del
riesgo constante de bombardeo por parte de los rusos, el empresario ucraniano
Zhevner añade que la guerra también ha perturbado los mecanismos logísticos:
hay dificultades para comprar fertilizantes, semillas y combustible. Otro reto
es la mano de obra. "A partir de febrero de 2022 - prosigue el agricultor
- nuestro personal capaz de conducir tractores fue reclutado por el ejército y,
después de eso, nos faltaron personas capaces de trabajar la tierra. Tenemos
tractores de alta tecnología que deberían ser conducidos por profesionales,
pero por el momento no están disponibles, así que hemos tenido que formar a
nuevo personal, que también es difícil de encontrar", afirma. La menor
producción agrícola, unida al aumento de los precios de los insumos (sobre todo
fertilizantes y gasóleo), ha reducido considerablemente los beneficios de
explotaciones como la de Vasyl Zhevner. Para él, como para muchos otros
agricultores ucranianos, es muy difícil no sólo cultivar trigo u otros cultivos
industriales, sino también venderlos. El bloqueo del Mar Negro durante los
primeros meses de la guerra a gran escala provocó un fuerte descenso de las
exportaciones agrícolas, que salían principalmente de los puertos de la zona, y
causó graves daños no sólo al sector agrícola del país del Este, sino también a
la seguridad alimentaria mundial. "La invasión rusa de Ucrania provocó el
mayor aumento de la inseguridad alimentaria mundial relacionado con la guerra
en al menos un siglo", escribió Caitlin Welsh, del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales (Csis). Según las previsiones de la FAO, casi
600 millones de personas se verán afectadas por la desnutrición crónica en
2030, 23 millones de ellas a causa de la guerra en Ucrania.
El corredor del Mar Negro
En julio de
2023, Rusia puso fin a la iniciativa de los cereales del Mar Negro, que había
permitido la exportación segura de la mayor parte del grano ucraniano a través
de tres puertos del Mar Negro durante aproximadamente un año. La Unión Europea,
entre otros, condenó la decisión de Rusia, señalando que la iniciativa,
auspiciada por la ONU y Turquía, había "permitido la exportación segura de
casi 33 millones de toneladas de grano y productos alimentarios a 45 países con
más de mil barcos". El 65% del grano exportado había llegado a países en
desarrollo.
Un mes después
de la salida de Rusia de la iniciativa, Ucrania puso en marcha el corredor
marítimo que abarca la costa occidental del Mar Negro, cerca de Rumanía y
Bulgaria. Según Oleksandr Kubrakov, ministro ucraniano de Infraestructuras,
desde el lanzamiento de este corredor se han exportado más de 22 millones de
toneladas de diversas mercancías. En total, más de 700 buques lo han utilizado
desde agosto.
Vida precaria
El bloqueo del
Mar Negro llevó a la UE a abrir "corredores de solidaridad" para los
alimentos ucranianos. A partir de junio de 2022, Bruselas también concedió al
país la plena liberalización comercial, suspendiendo los derechos de
importación y las cuotas. Sin embargo, los agricultores europeos se han
manifestado porque, entre otros problemas del sector, también está el de la
caída de los precios ligada a la afluencia de exportaciones procedentes de
Ucrania.
Sin embargo,
los agricultores ucranianos lanzan un grito de alarma por las precarias
condiciones en las que se ven obligados a trabajar en un contexto de guerra.
"Vivimos día a día, porque - afirma el empresario Vasyl Zhevner - no
sabemos qué pasará mañana. La gente está muy preocupada porque quiere trabajar,
quiere estabilidad, pero esa estabilidad no existe. Intentamos reaccionar,
adaptarnos a la guerra, pero cada día la guerra trae nuevos problemas. Creemos
que Europa no dejará sola a Ucrania, con la esperanza de que todo vaya bien y
de que la paz llegue pronto".
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