La Iglesia Hoy | Luis Guillermo Gómez Batista
Congreso
Eucarístico Nacional 2024
“Sus heridas nos han curado” fue el lema que animó al Congreso Eucarístico Nacional celebrado el pasado domingo 7 de abril, domingo de la Divina Misericordia.
En medio de la alegría pascual a primeras horas del
día se fueron congregando en la Casa San Pablo de Santo Domingo, participantes de
todas las diócesis del país, desde laicos, religiosas, seminaristas, sacerdotes
y movimientos apostólicos. En esta actividad estuvieron invitados obispos de
las diferentes diócesis y como panelistas una laica, dos sacerdotes y el obispo
ecuatoriano Ángel Ordóñez.
Luego de la llegada y algunos cantos para animar a los
participantes, se prosiguió con una oración presidida por Mons. Francisco
Ozoria –Arzobispo de Santo Domingo –, y las palabras de bienvenida a cargo de
Mons. José Amable Durán para dar comienzo formal al Congreso Nacional
Eucarístico. En la mañana, el primer panel fue dirigido por la laica Frinette
Torres, quien presentó el tema de la “Espiritualidad
de la Divina Misericordia” y una de las frases que más trascendió cuando
exponía fue: “el mayor regalo que nos puede regalar la Divina Misericordia
es la confianza, y cuando hay confianza hay serenidad, y esta nos da paz para
no dejarnos vencer por tormenta alguna”. El siguiente panel fue presentado
por Fray José María Guerrero con el tema “Eucaristía,
fuente de sanación”, con el cual recalcaba que, “la plenitud de la
Gracia que se ha mostrado en el misterio Pascual es la que nos sana”.
Luego de una pausa a media mañana, se continuó con un
momento de oración, alabanzas y profundización en la Adoración Eucarística,
reflexionando las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús. Mientras se adoraba
a Jesús Sacramentado, algunos fieles tuvieron la oportunidad de experimentar la
misericordia de Jesús en la confesión fuera del auditorio con los sacerdotes
ofreciendo el servicio sacramental. Terminado el momento de Adoración
Eucarística tuvimos el almuerzo para pausar la actividad que inició con
alrededor de 700 participantes.
Luego del almuerzo, en la tarde se continuó con el
tercer panel dirigido por el P. Juan Carlos Garzón –también invitado de
Ecuador– para exponer qué es un Congreso Eucarístico, su origen, su finalidad,
y lo más importante para explicar el tema “Fraternidad
para sanar el mundo” lema propuesto por el Papa Francisco para el próximo
Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará del 8 al 15 de septiembre
de 2024 en Quito, Ecuador. En este tercer panel el P. Juan Carlos nos compartió
que los congresos tuvieron su origen en Lille –Francia, para el 1881 y su
objetivo inicial era responder a los desafíos del momento siendo el lema del
primer Congreso “La Eucaristía salva al
mundo”.
Aportaba el P. Garzón que los objetivos del Congreso
son dos: 1) Profundización de algún aspecto del misterio eucarístico, y 2) su
veneración pública. El ponente enfatizó en la importancia del Concilio Vaticano
II para el desarrollo de la eclesiología eucarística donde recordó una frase
célebre: “La Eucaristía hace a la Iglesia y la Iglesia hace a la Eucaristía”
dando razón a que “la Iglesia se construye en torno a la mesa Eucarística”.
Terminada la ponencia del invitado ecuatoriano quién
es Secretario General del Congreso Eucarístico Internacional (IEC 2024), se
continuó con la oración de la Coronilla de la Divina Misericordia mientras los
obispos y sacerdotes se preparaban para la celebración de la Eucaristía como
cierre de la actividad. La Eucarístia fue presidida por Mons. Ángel Maximiliano
Ordoñez, Obispo auxiliar de Quito en sustitución de Mons. Alfredo José
Espinoza, sdb, arzobispo de Quito quien no pudo asistir por complicaciones de
salud.
En la tarde, Mons. Ángel Maximiliano nos compartió que
Ecuador será sede del 53vo Congreso Eucarístico Internacional debido a la
consagración del Sagrado Corazón que hizo esta nación hace 150 años por mandato
presidencial, siendo el primer país del mundo en hacerlo, habiendo presentado esta
propuesta al Papa Francisco, el Santo Padre junto con el Vaticano aprobó su
celebración.
En torno al Evangelio, Mons. Ángel Maximiliano nos
hizo reflexionar cuales son los miedos que nos encierran, que están en nuestra
mente y corazón, y no solamente los miedos, sino el pecado que nos priva de la
libertad, o las heridas que llevamos por dentro que son difíciles de sanar. Y
es en medio de las heridas, de los miedos y del pecado que aparece Cristo
Resucitado con su saludo: “Paz a ustedes”.
Continuaba Mons. Ángel que la clave que nos da Jesús para sanar las heridas
es el perdón y es así que se puede alcanzar la utopía cristiana de la Iglesia
primitiva, a crear fraternidad desde la comunidad. “Podemos asistir a tantas
eucaristías, hacer muchas oraciones o rosarios, pero si no cambiamos en nuestro
interior o nos reconciliamos con nuestro prójimo, de nada valdría todos estos
ritos e invocaciones”.
El Congreso Eucarístico Nacional concluyó siendo un evento preparatorio para el Congreso Eucarístico Internacional al cual nos invita el Papa Francisco a profundizar la fraternidad. El amor de Dios es el mayor regalo que nos lleva a ser comunidad por medio de la Eucaristía, que nutre nuestra vida y nos empuja a no quedarnos en nosotros mismos, sino desde la fraternidad a sanar el mundo.
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