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    domingo, 31 de marzo de 2013

    Pascua o la herida del costado

    Las razones del corazón | Manuel Soler Palá. Pascua o la herida del costado. La fiesta de Pascua, fecha central de la fe, tiene mucho que ver con el corazón llagado de Jesús. El resucitado mantiene las llagas -la del costado en particular- porque el que resucitó es el mismo que fue crucificado. Sus señas de identidad son las heridas que perduran, ahora glorificadas.
    Una pintura deseosa de transmitir el significado auténtico del corazón de Jesús no olvidaría los siguientes rasgos. Jesús Resucitado muestra las heridas de la Pasión testificando que ha dado la prueba del amor más grande. Destaca el costado abierto por la herida de la lanza. Ha triunfado de la muerte al pasar del trono de la cruz al trono de la gloria. De ahí que esboce una sonrisa confirmando la esperanza del creyente.
    La imagen invitaría al compromiso de contemplar hoy día a quienes también se les traspasa el corazón. A ellos hay que servir con amor samaritano. Por su parte María se encuentra a su lado en actitud de oración de intercesión. Ella fue dada como Madre a los hombres y participó de la Pasión de su Hijo: una espada le atravesó el alma.
    La resurrección de Cristo es la apoteosis de quien antes llegó a expropiar su vida en favor de los más pequeños, pobres y marginados. Sus palabras firmes incomodaban a los poderosos y a los que conducían las riendas del pueblo. Tanto molestaban que le estrecharon el cerco hasta clavarlo en la cruz.

    Superar clichés lánguidos y acaramelados
    Pero este mensaje no debe asociarse hoy día a una tradición empalagosa, todavía viva en muchos ámbitos. Es preciso cambiar la inercia de unos rostros y gestos que se han elaborado desde un paradigma quejumbroso e intimista y que chocan con la sensibilidad actual.
    En el renacer de la espiritualidad del Corazón de Jesús deben evitarse aquellas exclamaciones, imágenes y actitudes que no se corresponden con los anhelos y las expresiones de nuestra sociedad postmoderna. No hay que finiquitar ninguna expresión que resulte válida para personas concretas, pero sí apuntar hacia horizontes nuevos
    Se ha abusado del corazón en el ámbito de la devoción religiosa y también en el del mundo de los sentimientos. El dudoso gusto de dibujar en detalle las aortas, venas y ventrículos, no casa con lo que se pretende. Un esbozo estilizado que remita al corazón es más que suficiente.
    El abuso del corazón en el mundo de los sentimientos está a la vista: abundan tanto en dibujos y palabras que producen una inflación desagradable. Los colores pasteles y la purpurina en cantidades excesivas provocan una mueca de fastidio.
    La espiritualidad del corazón de Jesús ha jugado un papel central en el pueblo de Dios a lo largo de muchos siglos, aunque con frecuencia le ha faltado base bíblica y teológica. Hoy día encontramos manifestaciones más bien tradicionales, pero también surgen nuevos intentos de comprender a fondo el hecho desde la teología y explotar nuevas formas de expresión.
    Una tal espiritualidad tiene que ver con la herida del costado, la sangre, el agua, la presencia de María, los sacramentos a que se refirieron los SS. Padres, etc. Pero sin forzar el tema también deriva hacia lo que podríamos llamar “el camino del corazón”.
    Cabría esbozar unas líneas muy generales acerca del perfil que debería tener una espiritualidad del Corazón de Jesús pasada por el tamiz de la renovación, es decir, contrastada con el mensaje bíblico del Calvario, las enseñanzas de los SS. Padres y las necesidades de la actual sociedad.

    • No caer en las exclamaciones emotivas sin contenido.
    • Evitar una cierta tristeza y lamentaciones típicas de esta devoción tradicional.
    • Evitar también imágenes lánguidas y acarameladas.
    • No insistir en Sta. Margarita Alacoque porque también requieren un papel de importancia las místicas medievales y otros autores como S. Fco. De Sales, S. Juan Eudes y el trasfondo de la escuela de espiritualidad francesa del s. XVII con Bérulle al frente.
    • Corazón como posible vínculo con la postmodernidad que enfatiza los sentimientos más que la razón. Una manera de dialogar con la sociedad actual.
    • Más que hablar del Jesús consolado hay que hacerlo del Jesús traspasado. En otras palabras, uno de los objetivos de la espiritualidad se centra en los traspasados por la injusticia de nuestro mundo.

    El camino del corazón
    La Antropología del corazón tiene que ver con la integridad de la persona. Tanto más necesario es lograr esta integridad/unidad de vida cuanto que se requiere en nuestros días reconstruir la persona. El individuo padece una gran fragilidad, incluso en su dimensión humana. Y los más jóvenes no son ciertamente excepción.
    Es preciso construir la persona según el modelo del Corazón de Jesús. Todo ello se podría resumir refiriéndonos al camino del corazón o a la antropología del corazón, la cual incluye un talante acogedor, comprensivo, ternura, misericordia, profundidad, en oposición al formalismo y la frivolidad.
    Por lo demás, el signo y el símbolo son un lenguaje que comprende cualquiera. Y ningún signo tan expresivo como el corazón. Es como una llave que abre mil puertas. Interesa hablar del corazón en cuanto símbolo, aceptado casi universalmente como centro de la persona y sede de sus afectos. Necesitamos del símbolo. Sobre todo cuando queremos desvelar realidades estrechamente unidas a los intereses, deseos o afectos más profundos.

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