Actualidad |
Alcedo A. RamÃrez
Cambios,
Organizaciones y Sociedad
En el presente año
2020 se han celebrado tres eventos electorales, uno fallido y dos exitosos, que
han introducido en la escena nacional cambios
importantes para los dominicanos, sus organizaciones y toda la sociedad, que
van a repercutir en el próximo lustro y que van a representar variaciones significativas
en la vida de todos nosotros.
Luego de veinte
años de gobiernos peledeistas, los partidos de la oposición han resultado
ganadores netos en las elecciones municipales de marzo y en las elecciones
congresuales y presidenciales de julio, lo que va a propiciar el primer gran cambio polÃtico en la realidad
nacional. En principio, vamos a tener nuevas caras en los ayuntamientos, las
salas del congreso nacional, los salones del Palacio Nacional y en las sedes de
los diferentes ministerios que componen el Gobierno Dominicano. Solo esta
realidad, de por sÃ, representa un cambio inmenso que va a tener grandes
repercusiones en el orden de las actividades y el funcionamiento del aparato
estatal dominicano. Esto en adición a los cambios en el orden cualitativo,
organizacional y societario que vamos a experimentar en toda la geografÃa
nacional.
Aparte del cambio
de personas y partidos en la administración del Estado, podemos prever otros
cambios más importantes en la sociedad dominicana, que ya están en marcha y que
se van a profundizar en los años siguientes, con un alcance a todas las
provincias, campos y pueblos del paÃs, teniendo como ejes centrales los cambios en la estructura y la composición
de nuestra sociedad dominicana, sus
caracterÃsticas, preparación y tendencias demográficas. Estos cambios sociales
son de Ãndole cualitativo y de gran impacto en los núcleos poblacionales, a los
que debemos agregar las variaciones cuantitativas de nuestros centros urbanos y
rurales, que está dando otra fisonomÃa a nuestra república.
Asimismo y ligado
a la pandemia mundial de Coronavirus
que nos ha atacado y disminuido sanitariamente, debemos hacer frente a una gran
situación crÃtica económica mundial, con grandes ribetes nacional y locales,
que no se perfila que podamos resolver en pocos meses de atención y trabajo
permanentes, sino que por el contrario va a seguir afectando nuestras empresas,
gobierno y organizaciones de la sociedad civil por el resto de este año de
2020, y quizás por los siguientes 4 a 5 años, tal y como ocurrió en el paÃs con
la famoso pandemia de influenza española del 1918, que se extendió hasta
entrado el 1922, con su secuela de contagios y muertes. Los principales
impactos y efectos negativos de estas situaciones adversas son el aumento
desproporcionado del desempleo entre la población trabajadora pobre, la caÃda de
las ventas de los negocios, en sentido general, y las quiebras financieras de
las medianas y pequeñas empresas que no van a poder hacer frente a estas disminuciones
de ventas y aumentos de costos y gastos de operaciones.
Si a las
realidades negativas descritas en las lÃneas anteriores les agregamos las camisas de fuerza que representan
algunas leyes impositivas, laborales y de seguridad social, productos de
épocas pasadas de gran complacencia populista, a lo que se puede agregar la
falta de acometer oportunamente las modificaciones prudentes y acordes a los
nuevos tiempos, nos enfrentamos a un escenario de altos riesgos financieros y
operativos que debe ser bien atendido, controlado y manejado con la mayor de la prudencia, a fin
de poder arrimar la nave de la Republica Dominicana a un puerto seguro y
tranquilo.
Ante esta
panorámica actual y realista solo hay un
camino apropiado y correcto que debemos tomar, como una oportunidad de
grandes perspectivas para el futuro de nuestro paÃs y de nuestro pueblo. Los
dominicanos debemos deponer las divisiones partidaristas, asumir una visión
unitaria de nuestra realidad, proponernos una misión común de progreso, echar
mano y poner a producir las competencias de todos los dominicanos y utilizar
las últimas tecnologÃas de punta a las que tiene acceso el paÃs. Este es un
camino bueno y una solución segura. ADH 847.
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