Opinión | Celedonio Jiménez
Valores, nos hunden o nos salvan
Los valores tienen una importancia capital. Tienen que ver con el
sentido o la direccionalidad de las prácticas que asumimos como personas o como
colectivos humanos. Los valores que dominan en una sociedad marcan en gran
medida su destino. Contrario a lo que muchos creen los valores no tienen un
carácter positivo per se. Tienen un carácter u otro, dependiendo de que
propendan o no al desarrollo de las personas o de la sociedad.
Desde el punto de vista sociológico se puede decir que los valores son
estimaciones o atributos relativos a actitudes o expectativas humanas, que se
ubican en una posición alta o baja dentro de una escala denominada escala de
valores.
Los valores tienen una dimensión trascendente y pragmática.
El carácter de nuestra sociedad está determinado por ellos en gran
medida. AsÃ, se puede aseverar que si somos una sociedad con alto grado de
inequidad es porque valores individualistas, egoÃstas, marcan o definen
nuestras relaciones socio-económicas. Igual, si somos una sociedad en que
dominan altos niveles de corrupción administrativa, es porque la no integridad,
la falta de honradez se imponen como valores en nuestra sociedad.
En la República Dominicana no se ha trabajado sólidamente el tema de los
valores. La realidad de nuestra educación y de muchos de nuestros núcleos
familiares ha impedido un trabajo efectivo de formación y transmisión de
valores. El educador Roberto Follari, ha dicho, refiriéndose a los valores del
desarrollo humano, que estos “se han enraizado débilmente en los sujetos”
(¿Ocaso de la Escuela?, 2004, Pág.23) Por eso en muchos casos lo que se da es
un proceso de autosocialización a partir de las experiencias personales.
La precaria solidez de nuestras instituciones sociales propicia procesos
de socialización que dan lugar a valores “lÃquidos”, inconsistentes,
responsables de conductas que lamentamos cada dÃa.
En el paÃs vivimos sobresaltados por la ocurrencia de hechos abominables
que incluyen feminicidio, violación y asesinato de menores, acosos sexuales,
corrupción, economÃa ilÃcita, etc., y ocurren porque hay valores y medios que
los promueven.
Si no los enfrentamos, nos hundimos. Si dejamos que muchos de nuestros
jóvenes sólo se motiven ante “el Mayor”, el “Lápiz consciente” o “Haraca kico”,
y no sientan su corazón saltar contra los abusos, la corrupción, la
discriminación y la injusticia, entonces estamos perdidos. Si queremos
salvarnos tenemos que formar en valores que promuevan el desarrollo humano
desde la familia, la escuela y las demás instituciones sociales. Hablemos a los
niños y a los jóvenes.
Digámosle que la salida no es dejar de estudiar; que emigrar, practicar
la economÃa ilÃcita, o seguir falsos Ãdolos no es la solución. Insistamos en
que la salida es una campaña sostenida de reeducación en valores que nos lleve
a constituirnos en una sociedad justa, equitativa, trabajadora, libre y ética.
Publicado en el Periódico " El Dia". 15 septiembre, 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...