Temas de Salud | Marcia Castillo
La
prevención del Suicidio
Cada 40 segundos una persona en el
mundo se suicida, una persona de la que no sabemos nada, ni su nombre, ni su
apellido, si fue amado o pensó en alguien en ese último momento cuando decidió
que ya nada merecía la pena, ni siquiera el mismo como ser humano.
800 mil personas al año deciden
quitarse la vida, tal vez una de ellas si la conocemos, es un trabajador que
paga impuestos, que llega a tiempo a su trabajo y acompaña sus hijos al colegio
y es el hecho no el número lo que nos quiebra porque ya no se trata de cifras,
sino del hermano que perdemos, que es como si nos perdiéramos a nosotros mismos.
Recientemente los trabajadores de la
salud mental retomaron campañas de concientización y sensibilización a
propósito de la semana amarilla, en consonancia con la prevención del suicidio
y la depresión, campañas virtuales masivas por la segunda causa de muertes
entre 15 y 29 años. Sin embargo, yo desde aquí cuestiono y me cuestiono: ¿somos
nosotros también responsables del suicidio cuando nos hacemos sordos, ciegos y
mudos como emoticones de whatsApp al ver un signo de alerta de la depresión o
una manifestación solapada del trastorno de la esfera anímica?
En el monumento a las víctimas del
genocidio judío hay una frase dedicada a los alemanes que no fueron partícipes
del nazismo, denominada “Justo sobre todo los justos, quien salva un hombre
salva a toda la humanidad”. Y no es que equiparemos ambos escenarios, pero una
situación de impacto sociosanitario como la depresión es una onda expansiva que
deja amputaciones y heridas emocionales por generaciones.
Partiendo del aspecto dogmatico de que
el ser humano es un ente biopsicosocial y que la depresión tiene muchas aristas
desde reacciones químicas, imbalance en los neurotransmisores, situaciones
detonantes, factores genéticos y causas que aún la ciencia no puede explicar,
aprender a reconocer y tener ojo avizor sobre los signos y síntomas puede en
algún momento ser una ayuda pivotal para la red de apoyo y que nuestra voz sea
ese faro que en pleamar les guíe a puerto seguro.
Vamos a listar los signos y síntomas más
frecuentes de la depresión en sus diferentes vertientes:
·
Agitación,
inquietud, irritabilidad e ira
·
Volverse
retraído o aislado
·
Fatiga y falta
de energía
·
Sentimientos
de desesperanza, indefensión, inutilidad, culpa, y odio a sí mismo
·
Pérdida de
interés o placer en actividades que alguna vez se disfrutaron
·
Cambio súbito
en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso
·
Pensamientos
de muerte o suicidio
·
Dificultad
para concentrarse
·
Dificultad
para conciliar el sueño o exceso de sueño
·
Apatía
·
Síntomas psicosomáticos
Los síntomas de la
depresión varían según el subtipo, el sexo la edad, incluso según factores
socioculturales, lo relevante además de educarnos para poder prestar ayuda y
ser ese bastión en los casos propensos al suicidio, es hacer una introspección
de si estamos leyendo entre líneas, los silencios, las ausencias. Cabe resaltar
que uno de los himnos que celebra la gratitud a la vida fue escrito por la
misma mano que años después tomó una pistola y dejó a chile y al mundo sin la
gran Violeta Parra. ¿Alguien leyó entre líneas su grito silente? ¿alguien se
volvió para mirarla? Entonces… vuelvo y me cuestiono ¿tenemos una cuota de
responsabilidad cada vez que alguien se da por vencido?
Hay mucho que agradecer,
mucho porqué vivir, pero el que atraviesa por una depresión está sumido en una
niebla, en un claroscuro del que tal vez si somos empáticos podría salir si le
tomamos la mano, si no nos callamos, si cantamos, el canto de todos que es
mi propio canto.
Fragmento de “Gracias a la
vida” por Violeta Parra
Gracias a la vida que me
ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha
dado el llanto
Así yo distingo dicha de
quebranto
Los dos materiales que
forman mi canto
Y el canto de ustedes que
es mi mismo canto,
Y el canto de todos que es
mi propio canto,
Gracias a la vida que me
ha dado tanto.
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