Espiritualidad
del Corazón | Mons. Valentín Reynoso (Plinio), MSC
Un camino de seguimiento de Jesús
Los
seguidores de Jesús estamos llamados a fortalecer nuestra fe y a renovar la
esperanza ante los desafíos de una sociedad en que, por un lado, el hombre en
busca de renombre parece haber perdido su eje interior y, como Caín, se afana
por construir un mundo sin Dios; y por otro lado, la técnica y la informática,
con el fenómeno de la globalización y la post modernidad, se desarrollan a un
ritmo creciente y la gente se siente cada vez más atraída por una infinidad de
intereses, a menudo contrastantes, que llevan al hombre a perder el centro de
sí mismo.
La
espiritualidad del Corazón es un faro que guía hacia el Puerto seguro del
Corazón de Jesús. Es el seguimiento de Jesús a través de la historia que nos
impulsa a vivir según el proyecto de Dios para la humanidad, manifestado en la
vida y en el ministerio de Jesús y nos invita a colaborar decididamente en la
extensión del Reino de Dios.
La historia
de la salvación es una cadena continua de gestos del amor de Dios para con
nosotros. En el correr de los tiempos Dios se manifestó de diversas maneras:
acontecimientos, mensajes, gestos y palabras, pero llegada la plenitud de los
tiempos (Gal. 4, 4), la Palabra, en quien y por quien fueron hechas todas las
cosas, se hizo carne y puso su morada entre nosotros (Jn. 1,14). Con la venida
de Jesús Dios tiene ya un corazón humano, como el nuestro. Es el Corazón de
Jesús de Nazaret, fuente de Agua Viva que sacia la sed y nos salva.
Durante su
vida mortal, Jesús pasó haciendo el bien desde su corazón compasivo y
misericordioso y nos invita a ir a Él para aprender las virtudes de su Corazón
manso y humilde (Mt. 11,29).
En un
recorrido por el Evangelio encontramos en Jesús:
a. Un Corazón que se vuelve en los débiles:
¿Por qué
critican a esa mujer? Dice Jesús a quienes critican a la Magdalena. «Les
aseguro que en cualquier parte del mundo donde se anuncie el Evangelio, será
recordada por lo que ha hecho. Los discípulos le dicen: ves que la gente te
está tocando y preguntas ¿quién te ha tocado? Jesús volviéndose a la mujer que
padecía flujo de sangre le dice: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y
queda curada» (Mc 5, 31).
A la mujer
sorprendida en adulterio le dice: "¿Ninguno te ha condenado?". La
mujer contestó: Ninguno, Señor. Entonces Jesús añadió: "Tampoco yo te
condeno. Vete en paz y no peques más". (Jn 8,10). Al buen ladrón Jesús le
asegura: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc 23,43).
b. Un Corazón que se conmueve ante los hechos
que ve:
- Se le acercó un leproso que de rodilla
le suplicó: "Si quieres, puedes curarme. Jesús se compadeció, extendió la
mano y le tocó diciendo: 'Quiero, queda curado'" (Mc 1,41).
- Jesús recorría todas las ciudades y
aldeas anunciando la buena nueva del reino y curando toda clase de enfermedades
y dolencias. Viendo a la multitud se conmovió “porque andaban como ovejas sin
pastor...” (Mt 9, 35-36).
- Sacaban para enterrar en la ciudad de
Naín al hijo único de una madre viuda. Al ver Jesús la gente que le acompañaba
y la tristeza de la madre sintió compasión y dijo: ¡No llores! Se acercó, tocó
el féretro, se detuvieron y dijo: “Muchacho, contigo hablo, ¡levántate!” (Lc
7,13).
- Ante los ciegos la gente les reprendía
para que se callasen. Pero ellos gritaban... Jesús se detuvo y les habló: ¿Qué
quieren que les haga? -- ¡Señor, que se nos abran los ojos! Compadecido Jesús,
les tocó los ojos y al punto recobraron la vista y lo siguieron (Mt. 20,34).
- Le acercaron también unos niños para que
los tocara. Los discípulos al verlos, les reprendían. Pero Jesús los llamó
diciendo: Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, pues a ellos
les pertenece el Reino de Dios (Le. 18,16).
- Al acercarse a ver la ciudad de
Jerusalén, dijo llorando por ella:
"Si
reconocieras hoy lo que conduce a la paz. Pero ahora está oculto a tus ojos. Te
llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te
cercarán por todas partes. Te derribarán por tierra a ti y a todos tus habitantes,
y no dejarán piedra sobre piedra por no haber reconocido la visita divina"
(Lc 19,41-44).
- Al ver Jesús a María llorando y a los
judíos que la acompañaban también llorando (por la muerte de su hermano
Lázaro), se estremeció por dentro y dijo muy afligido: ¿Dónde lo han puesto?
Señor, ven
a ver. Jesús se echó a llorar mientras los judíos comentaban: ¡Cómo lo quería!
(Jn 11, 33-35.38).
- Salió Jesús y se dirigió como de
costumbre al Monte de los Olivos y lo siguieron sus discípulos. Al llegar al
lugar les dijo: Pidan no sucumbir en la prueba. Se apartó de ellos como un tiro
de piedra y oraba: "Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz. Pero no se
haga mi voluntad sino la tuya.
Se le
apareció un ángel del cielo que le dio fuerzas. Y entrando en combate oraba más
intensamente. Le corría el sudor como gotas de sangre cayendo al suelo"
(Lc 22, 39-43).
- Todavía estaba hablando, cuando llegó un
grupo. El llamado Judas, uno de los doce, se les adelantó, se acercó y le besó.
Jesús le dijo: Amigo, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? (Le 22,48).
c. En fin,
también las parábolas son reflejo de la ternura del Corazón de Jesús, entre
ellas:
- Parábola del trigo y
la cizaña (Mt 13,24).
- Parábola de los
viñadores (Mt 20,1).
- Parábola del Buen
Pastor (Jn 10, llss).
- Parábola de la
higuera estéril (Lc 13,1).
- Parábola del buen
Samaritano (Lc 10,25).
- Parábola del hijo
pródigo (Lc 15,11).
- Parábola de la oveja
perdida... (Lc 15,4-7).
Contemplando
el Corazón de Jesús entramos en el núcleo del Evangelio, en el centro de la
vida de Jesús, en su historia, en lo que es más importante para El: su padre y
el Reino de su Padre. La Devoción al Corazón de Jesús es una manera de poner en
práctica los evangelios porque nos ayuda a asumir la vida de Jesús y su programa,
sus actitudes, sus sentimientos y las virtudes de su Corazón.
Este es
nuestro gran desafío en este tercer Milenio. Volver al Corazón de Cristo y
desde él, poner en práctica la misión recibida de El; entonces seremos
verdaderos discípulos de su Corazón. Ha llegado el momento de vivir según el
Corazón de Jesús, siendo en el mundo el Corazón de Dios, de suerte que por
nuestro compromiso apostólico en el ambiente donde nos movemos y el testimonio
de nuestra vida, las palabras, el mensaje y la vida de Jesús queden grabadas en
la mente y en el corazón de nuestros hermanos. ADH 850
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