Familia Hoy | Alexis Cifuentes
¿Cómo será la familia
del futuro?
Cerrando
el mes de la familia, seguimos pensando en una realidad que va más allá del
mes, del año, es el modo cómo vamos a continuar cuidando, valorando,
acompañando y creando políticas sociales que favorezcan a las familias, en la
situación en que se encuentren.
La pregunta
sobre el futuro de la familia la hacemos desde el presente. No somos adivinos
ni futurólogos para anunciar con argumentos precisos e incontestables acerca de cómo será
la familia del futuro. Pero a partir de la realidad que viven las familias en
el presente, si podemos distinguir cuestiones que las favorecen y otras que no.
El futuro
se va construyendo en la realidad de cada día. Si las familias no están unidas,
protegidas, integradas y aportando vida y esperanza a sus componentes, entonces
pensamos en un futuro negativo, sombrío. En cambio, si sus miembros y el
ambiente que les rodea, favorecen relaciones afectivas, diálogo comunitario,
interacción por el bien común, y el mínimo de los derechos fundamentales que requiere
una familia para sus miembros, entonces podríamos mirar el futuro con
esperanza.
Procesos de
vida
¿Cuáles
procesos se deben dar en las familias para que sean sanas e integradas, abonando
un futuro promisorio? Creemos que hay proceso que se deben desarrollar en las
familias para asegurar su bienestar presente y futuro. Siguiendo los documentos de la
Iglesia, por ejemplo, podemos establecer algunos elementos de ese proceso.
Primero. Se
requiere la formación de una comunidad de personas, conscientes de sus
deberes y derechos, capaces de asumir responsabilidades personales y
comunitarias, abiertas al diálogo y la convivencia, con tiempo e interés para
conseguir esos valores...
Segundo. La expresión del
amor concreto entre quienes conviven en familia. Este amor es madurez
personal, superación del egoísmo para mirar al bien de los demás, y la búsqueda
del bien común, por la capacidad de pensar en común, vivir en comunidad y
actuar para el bien de todos.
Tercero. Servicio a la vida, desde antes de
nacer hasta que terminamos el ciclo de vida. Hoy se valora mucho la criatura
por nacer y los envejecientes, para que sean amados y respetados. Hay que
pensar y actuar siempre positivamente a favor de la vida. Y animar a quienes en
cualquier área social defienden la vida, su bienestar, su integridad, su valor.
Las familias las vamos construyendo
Las
familias del futuro las vamos construyendo. Sus procesos son interactivos entre
la misma familia, la educación, los espacios de fe y convivencia, la protección
de las leyes para que se desarrollen en condiciones sociales en cuanto a la
salud, el ocio y el trabajo, la conciencia ciudadana para respetar y criticar
las leyes que las favorezcan o no, para sentirse responsables del bien de
todos.
En otra
oportunidad, podemos idear o soñar un futuro para las familias. No una ilusión,
partiremos del presente y de lo que se podría proponer para estar al servicio
de ellas, ya que mínimamente al menos, todos y todas estamos consciente de su
valor, de lo decisivo que es para el cuerpo social, estar formado por familias
sanas e integradas.
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