Sección
Juvenil | Federico Piana- Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco a los jóvenes iraquíes: "Nunca dejen de
soñar"
En
el primer día de su viaje a Iraq, el Santo Padre mantuvo un encuentro con una
delegación de Scholas Occurrentes en la nunciatura apostólica de Bagdad. El
relato de Mario Del Verme, coordinador de la organización pontificia: "Nos
emocionamos cuando el Papa besó una bandera iraquí manchada con la sangre de un
joven cristiano asesinado en un atentado".
El
Papa Francisco pudo tocar con sus propias manos la esperanza de los jóvenes
iraquíes en el primer día de su viaje al país asiático. El Pontífice, en la
nunciatura apostólica de Bagdad, mantuvo un encuentro con un equipo de Scholas
Occurrentes -organización pontificia presente en 190 paises con escuelas e
instituciones educativas de todas las confesiones religiosas- junto con algunos
jóvenes implicados en un proyecto de arte, música y deporte lanzado en la
capital iraquí poco antes de la llegada del Papa.
Los
deseos de una generación impresos en papel
El
jueves anterior al encuentro", relata Mario Del Verme, coordinador deportivo
de Scholas Occurrentes Italia, "preguntamos a treinta chicos iraquíes de
Bagdad, que participan en nuestras actividades, qué estaba sucediendo en sus
vidas y qué sueños querrían presentarle al Papa. Surgieron dos grandes
cuestiones: la falta de humanidad y la ausencia de derecho". En una hoja
en blanco, los jóvenes escribieron en árabe sus expectativas, sus deseos.
Luego, al día siguiente, se los entregaron al Papa Francisco: "El
pontífice nos recibió al final de su intensa jornada, fue realmente muy
emotivo".
El
Papa: los jóvenes que no sueñan, mueren
A
una de las muchachas, Mina, que llevó su sueño impreso en una hoja, el Papa le
respondió con el amor y la ternura de un padre: "Le dijo: 'Tú debes seguir
soñando. Porque si los jóvenes no sueñan, mueren. Así que, en tu sueño, mira
las estrellas'", recuerda Mario Del Verme. Pero hubo otro momento que tocó
profundamente el corazón de todos. "Cuando Mustafá, un chico musulmán, le
entregó al Papa una pequeña bandera iraquí manchada con la sangre de uno de sus
amigos cristianos, asesinado durante un asalto terrorista. El Papa Francisco
besó la bandera en el punto exacto donde está la mancha de sangre y luego dijo:
esta bandera debe permanecer en sus manos, porque representa tu memoria".
Para
ser un pueblo, tener la misma mirada
El
encuentro, que duró cuarenta minutos, no sólo fue un intenso diálogo sino
también un largo intercambio de miradas. Mario Del Verme lo reitera al subrayar
que "en la bendición apostólica, el Papa explicó que, para ser un pueblo, no
hay que hablar la misma lengua, pero sí tener la misma mirada. Entre los
jóvenes iraquíes prevalecieron dos palabras: coexistencia, que no significa
tolerar al otro sino aceptar sus diferencias, y la palabra armonía. Sólo así,
escribieron los jóvenes en árabe, puede nacer la amistad".
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