Cultura y Vida | Sandy Yanilda Fermín
¡No te detengas,
sigue caminando!
Fui aspirante a la vida religiosa cuando tuve la
edad de 15 años y esos fueron momentos y encuentros mágicos en el camino de mi
vida. Muchas veces tuve que cruzar montañas, atravesar ríos con algunas
piedras, lanzarme de cascadas con aguas de mucha precipitación, cruzar veredas
con espinas, caminar descalza sobre lava caliente, estar en desiertos con una
sed insaciable, dormir bajo nubes de muchas tormentas. Atravesar valles de
nieblas oscuras, cerrar los ojos ante un sol que quemaba. Escuchar ruidos de
estrellas y en ocasiones oír música sin cuerdas de guitarras.
Siempre estuvo caminando conmigo a paso lento, un
Jesús que:
Aunque que tuve que nadar en contra de la corriente,
me demostró que era parte de su proyecto divino para mí y también para ti.
Aunque casi me canso subiendo la montaña, me hizo
mirar hacia atrás y ver cinco vidas que seguían mis pasos y dependían de mí, de
mi fortaleza, de mis decisiones, de mi economía y lo más importante de mi Fe y
confianza en Dios, de que todo saldría bien y como nos dice filipenses 4, 13 “Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Por eso Dios nos dice a todos y te digo
a ti hoy:
Aunque encuentres cascadas fuertes. No te detengas.
Continúa caminando.
Aunque haya montañas empinadas y te canses al subir,
no te detengas. Mira bien Alto. Como las águilas, Dios nos levantará. (Isaías
40, 31).
Aunque el rio que cruces esté llene de piedras y te
tropieces y pienses que no podrás cruzar. No detengas.
Aunque cruzando la cascada tus brazos se cansen de
nadar. No te detengas. Levanta tus manos, aunque no tengas fuerzas.
Aunque veas estrellas que brillen y te hagas
ilusiones con su hermosura, no detengas, continúa buscando la verdadera
estrella que nació en Belén.
Aunque en el desierto que cruzaste tuviste
tentaciones, y te cansaste en el camino, no te detengas, el espíritu Santo te
acompaña y está contigo donde quieras que vayas.
Aunque miraste al cielo y dormías en nubes de
tormentas, no te detengas, recuerdas que el único que da paz en medio de las
tormentas, es Jesús.
Aunque te levantaste muchas veces sin melodías en tu
vida, y tu guitarra no tenía cuerdas, no te detengas, recuerda que Jesucristo
es el motivo de nuestra canción.
¡Dios preserva nuestras vidas y hay que agradecerle por despertarnos todos
los dias!
He estado en el valle de la muerte y he podido ver la mano de Jesús sujetar la mía y decirme: no Tema yo estoy contigo. Muchas veces creemos que estamos solos, en un callejón sin salida y es ahí donde Cristo nos confirma que El es quien nos lleva en sus brazos y si permite que veamos lo grande del problema es para que sepamos de lo que El nos libra y de la Grandeza de su poder
ResponderEliminarGrande es Dios.. A El toda la gloria.