Forjando
Vivencias | Lic. Juan Fco. Puello Herrera
Apacienta mis ovejas
“...Le
contestó: “Señor, tú sabes todo, tú sabes que te quiero.” Entonces Jesús le
dijo: “Apacienta mis ovejas.”
En este pasaje del evangelio de Juan, Pedro
confiesa tres veces su amor al Señor, en reparación de su triple negación. Es
precisamente a Pedro, al que le negó, a quien confiere el cuidado supremo del
rebaño.
El pastoreo confiado a Pedro debe asemejarse
al de Cristo, que entregó su vida por las ovejas. La iniciativa la toma Jesús,
para comenzar la tarea evangelizadora. Se trata de ir a pescar, y terminar la
faena, llevando la red a la orilla y manteniendo la unidad de la Iglesia.
La imagen del pastor que Jesús se aplica a sÃ
mismo y que pasa a Pedro, debe servirnos también a nosotros para continuar la
misión del Señor. Las palabras de Jesús –apacienta mis ovejas- indican el
camino a seguir, que es el de la entrega, por el rebaño de Jesús.
La imagen del Buen Pastor que da la vida por
sus ovejas, nos compromete a ser cada dÃa mejores cristianos. Mediante el
testimonio de vida que demos, acercaremos a otros al Señor.
Entregando la vida al Señor, como el Buen Pastor,
permitirá que otros descubran que Jesús es la puerta de la salvación y pueda
encontrar pastos abundantes. La relación personal con Jesús, él como Pastor y
nosotros como ovejas de su rebaño, asegurará la vida para siempre y nunca
sentiremos temor ante lo inesperado.
Oración: Señor, gracias
por amarnos. Te agradecemos por darnos la firme seguridad que siempre estarás
con nosotros como ovejas de tu redil. Nuestro gozo no tiene lÃmites al
descubrirte como el único Pastor que debemos seguir. Amén. ADH 812
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