Visitación | Hna. Virgilia León Garrido OP.
María se puso en camino, fue de prisa a la
montaña…
Lucas nos presenta el relato de un encuentro de
dos mujeres, María e Isabel. Este contacto de dos futuras madres es en realidad
el primer encuentro de los dos hijos: Jesús con Juan, ambos son llevados en el
seno de sus respectivas madres y ambos concebidos por la Gracia infinita de
Dios para una misión salvadora. Estamos ante un suceso único que transformará
nuestra historia, haciendo de ella Historia de Salvación
Solo iluminada por el Espíritu proclama una oración que ha llegado en la iglesia hasta nuestros días: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” ¡”Dichosa tú que has creído
Si la primera lectura nos presentaba el manual
evangélico para un cristiano; estas dos mujeres le hacen realidad con sus
vidas, antes de ser predicado por sus hijos. Las dos de diferente forma han
acogido con gran generosidad y alegría lo inesperado y casi imposible
racionalmente; las dos se han convertido en receptoras de vida, llevan en su vientre
a los protagonistas del acontecimiento esperado por todos los creyentes.
El sí de María a Dios la lleva a salir de su casa,
ponerse en camino a toda prisa y llegar a encontrarse con su prima Isabel
Camina con alegría, se sabe habitada por todo un Dios. ¿Será que María siente
la necesidad urgente de dejar actuar al hijo que lleva en su seno? Ella es la respuesta plena y sin dudas al
Plan de Dios, y esto es lo que Isabel descubre y proclama al escuchar el saludo
de María, “mi hijo ha saltado de alegría en mi seno” dice Isabel, y prosigue:
“¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme?, y, sin esperar
respuesta, solo iluminada por el Espíritu proclama una oración que ha llegado
en la iglesia hasta nuestros días: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el
fruto de tu vientre” ¡”Dichosa tú que has creído!”
La bendición de Isabel provoca una respuesta de
acción de gracias. María canta su Magnificat, salmo de gratitud a Dios porque
ha visitado y redimido a su pueblo. Cada día la comunidad cristiana lo
repetimos, ojalá bien conscientemente.
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