Fe y Razón | Fran Otero/A&O
El VI Congreso Internacional de Scholas Cátedras se
inaugura en Madrid reivindicando el papel de la trascendencia en la educación
«La
ciencia tiene que abrirse a la religión»
Para Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la
Pontificia Academia de las Ciencias, uno de los desafíos educativos y
eclesiales de la actualidad es la cuestión de la ciencia en un momento dominado
por «una especie de colonialismo del pensamiento único que da una visión del
mundo evolucionista» y en el que ni la trascendencia ni la religión cuentan.
En la apertura del VI Congreso Internacional de
Scholas Cátedras, que aborda del 5 al 8 de julio en Madrid el rol de la
universidad en el Pacto Educativo Global, el también canciller de la Pontificia
Academia de las Ciencias Sociales ha afirmado, en este sentido, que «la
religión tiene que entender mejor el tema de la ciencia, que es fundamental, y
al mismo tiempo, la ciencia tiene que abrirse a la trascendencia de la persona
humana y la religión».
Sánchez Sorondo lamenta, asimismo, que se haya
extendido la idea de que la ciencia es «el único conocimiento que puede
orientar al hombre». «Yo mismo he descubierto la importancia de la ciencia,
pero decir que es el único conocimiento es una reducción que ni siquiera tiene
que ver con las verdades científicas», ha añadido.
En este sentido, se ha preguntado cómo se posible
recuperar el sentido en una cultura «que sabe de religión, pero que no la
acepta». Se ha referido no a la población en general, sino «a los poderes
fuertes, los que manejan la economía, los que quieren plasmar un nuevo mundo
tras la pandemia y seguir utilizando el planeta en el propio beneficio».
Antropología integral que permita mirar más allá
Por su parte, el secretario de la Congregación para
la Educación Católica, Angelo Vincenzo Zani, también ha tocado esta cuestión en
una intervención grabada en español. De hecho, considera, en línea con el Papa,
que «la mayor crisis de la educación en general y de la cristiana es el cierre
a la trascendencia». «Hay que tener como punto de referencia una antropología
integral y concreta que permita a la persona humana mirar más allá», ha
añadido.
Esta es, precisamente, una de las tres fracturas
que el Pacto Educativo Global propuesto por Francisco está llamado a sanar. Las
otras dos tienen que ver con las dificultades para establecer relaciones entre
generaciones, individuos, diferentes culturas y pertenencias, y con el bien
común, esto es, la dimensión política, social, económica y ecológica.
Con todo, Zani ha destacado que el Papa hace varias
sugerencias en sus mensajes para hacer realidad el citado pacto y dar respuesta
a los desafíos. Se trata de poner a la persona en el centro, «un principio que
está en el corazón de la educación»; de invertir las mejores energías con
responsabilidad y creatividad en colaboración con la sociedad civil; y de
formar a personas disponibles para ponerse al servicio de la comunidad y hacer
experimentar «que hay más alegría en dar que en recibir».
Alumnos mejor preparados y mejores personas
Por su parte, el gran canciller de la Universidad
San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, y anfitrión de este evento, ha
destacado que el solo hecho de que haya un grupo numeroso de personas que se
deteng a hablar, escuchar y reflexionar sobre la educación «en una sociedad
líquida, sin pilares ni referentes» es «signo de esperanza».
Además, ha manifestado que, como institución
educativa, la Universidad San Pablo CEU, tiene una finalidad primera: «Que
quienes pasen por nuestros centros salgan mejor preparados y mejores personas,
y descubran y se asombren por el bien, la verdad, la justicia y la belleza». Y
ha concluido: «El fin último es el cielo, el destino al que aspiramos para
todos y cada uno de los miembros de nuestra comunidad educativa, la meta más
grande».
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