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Carta
del cardenal Grech a los monasterios en prepación del Sínodo 2023
En el marco del "camino sinodal" de tres años que se abrirá en
las iglesias particulares, a partir de octubre de 2021 en preparación del
próximo Sínodo sobre la Sinodalidad que se celebrará en Roma (en octubre de
2023) el cardenal Mario Grech alienta, a los religiosos y religiosas
contemplativos a participar de esta experiencia: "Sois custodios y
testigos de realidades fundamentales para el proceso sinodal que el Santo Padre
nos invita a realizar".
El cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos,
ha enviado una carta a los monasterios de vida contemplativa en el marco del
"camino sinodal" de tres años que se abrirá en las iglesias
particulares, a partir de octubre de 2021 en preparación del próximo Sínodo
sobre la Sinodalidad que se celebrará en Roma, en octubre de 2023.
En su mensaje, el cardenal destaca las recurrentes palabras del Santo
Padre Francisco a lo largo de su Magisterio, sobre la necesidad y la belleza de
"caminar juntos", iniciando un proceso sinodal que involucre
"todos los niveles de la vida de la Iglesia" (Documento sobre
el proceso sinodal, 3), ya que "el camino de la
sinodalidad es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer
milenio" (Discurso del Santo Padre Francisco en conmemoración del 500
aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, 17 de octubre de
2015).
Dirigiéndose a los hermanos y hermanas dedicados a la vida
contemplativa, el purpurado subraya que su preciosa vocación enriquece toda la
comunidad eclesial: "Sois custodios y testigos de realidades
fundamentales para el proceso sinodal que el Santo Padre nos invita a
realizar".
Asimismo, el Secretario General del Sínodo indica tres palabras
centrales en la vida monástica y contemplativa, que ayudan en la vida de la
Iglesia y en el compartir con los demás: escucha, conversión y
comunión.
La escucha
En primer lugar, el cardenal Grech habla sobre la importancia de
la escucha, un punto en el que el Papa ha hecho hincapié recordando
que "una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha, consciente
de que escuchar es más que oír".
El purpurado puntualiza que la vida monástica y contemplativa ha puesto
siempre al centro la experiencia de la escucha, hasta el punto de que a menudo
las reglas monásticas de las distintas tradiciones, "no son más que
recopilaciones de expresiones bíblicas y evangélicas", para afirmar que la
vida monástica y contemplativa es una "encarnación de la Palabra de Dios
escuchada", meditada e interiorizada.
Algo que también encontramos presente al comienzo de la Regla de San
Benito, el padre del monacato occidental: «¡Escucha, hijo!». (RB, Prólogo).
Por tanto, esta invitación a la escucha impregna toda vuestra vida
-añade Grech- empezando por la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras y
terminando por la escucha de los hermanos y hermanas de la comunidad, y de los
hombres y mujeres de nuestro tiempo.
La conversión
La segunda palabra central en la vida de los monasterios propuesta por
el cardenal es la conversión:
"Un verdadero camino sinodal no puede
prescindir de la voluntad de dejarse convertir por la escucha de la Palabra y
de la acción del Espíritu Santo en nuestra vida", explica Grech, afirmando que la vida monástica y contemplativa
recuerda a toda la Iglesia que la invitación a la conversión está en el corazón
del mismo anuncio de Jesús, que recorría las aldeas de Galilea diciendo: «Convertíos,
porque el Reino de los Cielos está cerca» (Mt. 4,17).
Además, el Secretario General del Sínodo resalta que la experiencia
espiritual de quienes eligen la vida contemplativa como vocación, tiene mucho
que aportar:
“En vuestra experiencia de vida comunitaria,
vosotros sois expertos en un estado de conversión, tanto en los aspectos
positivos como en las dificultades que no deben desanimar, sino que han de
vivirse con verdadero espíritu de fe y esperanza”
La comunión
La tercera palabra propuesta por el cardenal es «comunión»:
“La comunión eclesial es el sello de discernimiento
y verificación del camino sinodal. Con vuestra vida comunitaria, dais
testimonio de la verdad de esta afirmación que podemos extraer de la historia
de Emaús. De hecho, en la vida comunitaria, propia de la vida religiosa, se
experimenta cómo la comunión, que no coincide con la uniformidad, es
efectivamente el criterio para verificar un auténtico camino compartido en una
perspectiva de fe”
"Sean ministros de la oración"
Y mientras nos acercamos a la apertura del proceso sinodal en octubre
próximo, el purpurado alienta a los religiosos contemplativos a considerar una
cuarta palabra que pertenece a las "cuerdas más profundas" de su
vocación: la oración.
“En esta fase del proceso sinodal, no os pido que
recéis en lugar de los demás hermanos y hermanas, sino que estéis atentos a la
dimensión espiritual del camino que emprenderemos, para poder discernir la
acción de Dios en la vida de la Iglesia universal y de cada una de las Iglesias
particulares. Sed para todos, como los levitas y sacerdotes del Salmo,
«ministros de la oración» que recuerdan a todos en la alabanza y la intercesión
que sin comunión con Dios no puede haber comunión entre nosotros”
El cardenal Grech finaliza su carta pidiendo a los monasterios que sean
custodios para todos «del pulmón de la oración» (EG, 262).
"Seguramente no faltará vuestra contribución
en otros aspectos de los diversos momentos de nuestro camino sinodal, pero
vuestra vocación nos ayuda, aunque sea sólo con su presencia, a ser una Iglesia
que escucha la Palabra, capaz de dejar que el Espíritu convierta su corazón,
que persevera en la comunión y en la oración", concluye.
Publicado por Vatican News:
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