Papa Francisco | Darío Menor/VN
Francisco,
a los jesuitas de Eslovaquia: “Vivo todavía. Aunque algunos me querrían muerto”
En
su conversación con los miembros de la Compañía de Jesús durante su reciente
visita al país, Francisco asegura que cuando tuvo que operarse en julio hubo
reuniones de prelados que “preparaban el cónclave”
Cuando,
el pasado mes de julio, el papa Francisco tuvo que operarse por un
problema en el colón que le obligó a pasar 10 días hospitalizado, hubo algunos
prelados que mantuvieron reuniones de cara a la celebración de un posible
cónclave. Lo desveló al propio Jorge Mario Bergoglio en el encuentro
que mantuvo el domingo 13 de septiembre en Bratislava con la comunidad de
jesuitas de Eslovaquia, aunque el contenido de la conversación no fue hecho
público hasta este martes por La Civiltà Cattolica,
la influyente revista de la Compañía de Jesús.
“Vivo
todavía. Aunque algunos me querrían muerto. Sé que hubo incluso reuniones
entre prelados, que pensaban que el Papa estaba más grave de lo que se
decía. Preparaban el cónclave. ¡Paciencia! Gracias a Dios, estoy bien”.
Esa fue la respuesta que dio el Pontífice cuando se interesó por su
salud uno de los participantes en el encuentro, cita habitual de los viajes
papales y que tuvo lugar en la sede de la nunciatura en Bratislava. En la
reunión estuvo presente Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica
y que registró lo hablado.
En
su conversación con los jesuitas no faltó un análisis de la situación que vive
hoy la Iglesia. Lamentó el “sufrimiento” que supone “la tentación de volver
atrás”, una “ideología que coloniza las mentes” y que, afortunadamente, solo
afecta a las comunidades eclesiásticas de algunos países. “La vida nos da
miedo”, dijo el Papa, para ahondar a continuación en esta advertencia al
señalar que “la libertad nos asusta, nos asusta ser libres”.
“No
quiero hacer la revolución”
Este
miedo surge a la hora de “seguir adelante con las experiencias pastorales”,
como ocurre con la atención a las parejas en segunda unión, y también en el
acompañamiento a la “diversidad sexual”. Francisco diferenció entre la
“ideología de género”, que consideró “peligrosa”, pues lleva a que “una persona
pudiera decidir abstractamente a discreción si y cuando ser hombre o
mujer”, respecto a la “cuestión homosexual”, que “nada tiene que ver” con
ella.
“Si
hay una pareja homosexual podemos hacer pastoral con ellos, acudir al encuentro
con Cristo. Cuando hablo de ideología, hablo de la idea, de la abstracción que
permite que todo sea posible, no de la vida concreta de las personas y de su
situación real”, insistió. Pese a los riesgos que supone esta apertura, el
obispo de Roma subrayó ante los jesuitas presentes que “volver atrás no es
el camino correcto. El camino es ir adelante con discernimiento y obediencia”.
Acusado
de “ser comunista”
Bergoglio
trata de predicar con el ejemplo al haberse impuesto el “seguir adelante”, sin
que esto suponga que quiera “hacer la revolución”. Actúa así porque “siento que
debo hacerlo”, echando mano de “paciencia, oración y caridad” para aguantar las
críticas. “Por ejemplo, hay una gran cadena de televisión católica que
habla continuamente mal del Papa sin ningún problema. Puede que yo
personalmente me merezca estos ataques e insultos, porque soy un pecador, pero
la Iglesia no se merece esto: es obra del diablo. Incluso se lo dije a
algunos de ellos”, afirmó Bergoglio.
Existen
también clérigos que “hacen comentarios desagradables sobre mí”, lo que
provoca que en ocasiones “pierda la paciencia”, sobre todo cuando “emiten juicios
sin entrar en un diálogo verdadero”. Recuperando una vieja acusación que lleva
años recibiendo, comentó que hay quien dice que “es comunista” y que “no habla
de la santidad”, aunque, como recordó, dedicó a este tema una exhortación
apostólica, la ‘Gaudate et Exsultate’.
Algunos
obispos “no quieren” a los jesuitas
También
ha recibido críticas el Papa por la reciente publicación del motu
proprio ‘Traditionis Custodes’, que pone límites a las celebraciones
litúrgicas en estilo preconciliar. “Ahora espero que con la decisión de acabar
con el automatismo del rito antiguo podamos volver a las verdaderas intenciones
de Benedicto XVI y de Juan Pablo II”, comentó Francisco,
destacando que su decisión “es el fruto de una consulta con todos los
obispos del mundo realizada el año pasado”.
En
su conversación con los jesuitas eslovacos, dejó además un consejo a los
miembros de esta congregación religiosa al proponerles cultivar “cuatro
cercanías: con Dios, entre ustedes, con los obispos y el papa, y con el pueblo
de Dios, que es la más importante”. Al hablar de la cercanía con los obispos,
reconoció que hay algunos que “no nos quieren” a los jesuitas. “Es una
realidad, sí. ¡Pero que no se encuentren jesuitas que hablan mal del obispo! Si
un jesuita piensa de manera distinta que el obispo y tiene coraje, entonces que
vaya donde el obispo y le diga las cosas que piensa. Y cuando digo obispo, digo
también el Papa”.
Publicado por Vida Nueva
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