Meditación | Sandy Yanilda Fermín
¡Tocando fondo!
Hay una canción que dice: “Que sería
de mí, si no me hubieras alcanzado, donde estaría hoy sino me hubieras
perdonado, tendría un vacío en mi corazón, vagaría sin rumbo sin dirección, si no fuera por tu gracia y por tu amor”.
Así, a veces nos sentimos cuando tocamos fondo en nuestra vida, ahí radica la fórmula secreta para valorar la vida y,
para ver el amor grande que tiene Dios para cada uno de nosotros, cuando nos
caemos, y nos ofrece su compasión y misericordia para levantarnos.
Hay un testimonio de fe de una hermana,
que Dios le dio la oportunidad para ir a vagar al desierto en su vida, por
una situación familiar que estaba pasando en esos momentos. Situación que la
hizo buscar agua para prepararse, a
estar limpia de corazón para trabajar grandemente en su misión, el Santísimo
Sacramento del Altar.
Llegó tan al fondo que, en medio de
la angustia, no se había percatado de cómo el señor permitió que se fuera a ese
desierto, durando noches sin dormir, inclusive en el suelo.
Sintió ese vacío en su corazón y hubo
un momento, donde la vida para ella no tenía valor, no quería vivir, porque le
perdió el amor a la vida, sentía en su corazón que no tenía derecho a tomarla
en sus manos, porque no era de ella, sino que la vida le pertenece a Dios.
Cuando escuchó que el señor se
acercaba, aunque tuvo miedo y estaba ciega como Bartimeo, sintió que Jesús se
alejaba, se quitó el manto de la ceguera espiritual, dio un brinco y solo
pensó, solo necesito que me mires Jesús,
y enseguida gritó a viva voz: “Hijo de David, ten compasión de mí”.
Subió un poco, se inclinó y adivinen
quien estaba ahí esperándola: Jesús con
los brazos abiertos, con un poco de agua milagrosa, le tendió su mano poderosa
para agarrarla fuerte y levantarla, siempre con la mirada fija en ella.
Las veces que hemos tocado fondo,
muchas veces las fuerzas del mal, te arrastran de tal manera, que no dejan que
le grites a Jesús, te ciegan.
No solo el señor la liberó, sino que, la sacó de ese desierto seco, para
dar este testimonio de Fe, de que trabajar para el Señor es lo mejor que le ha
pasado en la vida. Para ir a una
capilla y sembrar la misericordia del señor. Porque nos envió a cada uno de
nosotros a estar limpios y sanos para estar listos, para convertirnos y recibir
al Rey de la Gloria con su gran obra majestuosa.
Así como nuestro señor
Jesús, ayudó a nuestra querida hermana Ana Bonifacio, cariñosamente Morena, también quiere ayudarte, a
dejar el manto que te cubre y no te permite acercarte a Jesús. Morena
es quien nos embellece nuestra capilla, la que tiene la visión de hermosura,
ella es los ojos de Dios para que cada plantita que hay en ella, sea colocada con
amor.
Hay una canción que dice: Me has seducido señor con tu mirada.
Jesús se le acerca a Bartimeo y le hace la pregunta mágica que encierra esta
canción: ¿Qué quieres que haga por ti? Morena nos comenta que siempre le ha
encantado esa canción, porque siente que el señor la ha seducido, como nos
quiere seducir a cada uno de nosotros.
¿Qué quieres que Jesús haga por ti hoy, en caso que estés tocando fondo? Y Aunque encuentres
obstáculo en la vida, perseverar. Hoy, él te quiere tocar, encontrarse contigo
y cuando estamos caídos en el fondo, ahí es que tenemos que levantarnos con su
ayuda.
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