Actualidad Mundial | Jesús Bastante/RD
La infancia mundial, en
riesgo: los niños, los grandes damnificados de la pandemia
El Vaticano advierte:
"Una generación entera de niños está sufriendo las consecuencias"
El Vaticano
exige a la comunidad internacional "promover la distribución equitativa
de la vacuna COVID-19", "fortalecer los sistemas que promueven el
cuidado de los niños en el seno de la familia" y "dedicar un mayor
gasto presupuestario a la protección de los niños". En el documento 'Infancia
y Covid-19' publicado por la comisión vaticana anti Covid, la Santa Sede
recuerda que "los efectos nocivos del virus en los niños sólo pueden
mitigarse plenamente limitando la propagación del COVID 19" y afirma, con
el Papa, que "vacunarse es un acto de amor".
A su vez. la
comisión llama a "fortalecer los sistemas que promueven el cuidado de los
niños en el seno de la familia", pues "el COVID 19 se mueve
rápidamente y deja a las familias poco tiempo para prepararse".
Junto a estas medidas, Roma reclama a las autoridades "dedicar un mayor
gasto presupuestario a la protección de los niños", pues "los
gobiernos deben reconocer que proteger a los niños de la violencia, la
explotación y el abandono puede contribuir, a largo plazo, a alcanzar sus
objetivos de educación, salud y reducción de la pobreza".
Protección de
la infancia insuficiente
"La
protección de la infancia suele tener poca prioridad y recibe una financiación
mínima de los gobiernos. Estos deberían desarrollar, reforzar y financiar sus
sistemas de protección infantil", recalca el documento, que insta a "proteger
a los niños afectados por el trauma cuando se reabran las escuelas",
advirtiendo que "es posible que muchas niñas no vuelvan nunca a las aulas
debido a los problemas específicos a los que se enfrentan".
Las
recomendaciones de Roma no se detienen en las autoridades políticas y civiles,
sino que llaman a la misma Iglesia a "estar preparadas para intervenir
rápidamente cuando las familias se vean afectadas por el
COVID-19". "Como el COVID-19 avanza rápidamente, las parroquias
pueden reunir equipos de respuesta rápida para identificar preventivamente
a las familias en riesgo, proporcionarles oración y asistencia, guiarlas
en el proceso de duelo y apoyarlas después de una pérdida. La aparición
repentina de la pobreza puede aumentar el riesgo de que un niño sea
separado de su familia", subrayan.
La Iglesia, al
frente del cuidado
Al tiempo, la
comisión recuerda que "garantizar un cuidado seguro y enriquecedor en el
seno de la familia debe ser una prioridad para la Iglesia". En este
sentido, insisten en que "los miembros de la parroquia pueden movilizarse
para garantizar que los niños afectados por el COVID-19 permanezcan bajo
el cuidado de su familia" y, "en caso de fallecimiento de los
padres o de los cuidadores, las iglesias también pueden ayudar a
identificar y apoyar a los familiares para que cuiden del niño, o
apoyar su acogida o adopción".
A su vez, el
Vaticano insta a "abordar directamente la creciente ola de violencia
contra los niños durante la pandemia de Covid 19". "Los
niños son el futuro de la Iglesia. Las parroquias pueden trabajar para reducir
la trivialización de la violencia contra los niños dentro y fuera de
la familia. Pueden crear espacios seguros donde los niños en riesgo puedan
recibir asesoramiento y apoyo como miembros de derecho y valiosos de la
comunidad parroquial", recalca el documento, que invita a "crear
grupos de apoyo entre iguales para reducir el aislamiento social de los
niños y jóvenes durante la emergencia sanitaria".
Hambre,
pobreza y desnutrición
"Una
generación entera de niños está sufriendo las consecuencias económicas,
sanitarias y sociales de la pandemia del COVID-19. El repentino
aumento de la pobreza extrema, la creciente inseguridad alimentaria y las
medidas de contención sanitarias han supuesto una enorme presión para
familias alrededor del mundo", alerta el documento, que insiste en que,
hasta el 30 de septiembre pasado, "más de 5 millones de niños perdieron al
menos uno de sus padres, abuelos o cuidadores debido a COVID-19".
Esto significa
que un niño pierde a un padre o cuidador cada 12 segundos." Las estimaciones
más conservadoras sugieren que en los próximos años, millones de niños más
sufrirán estas pérdidas y correrán un mayor riesgo de caer en la pobreza,
quedar sin atención familiar, ser internados en orfanatos y tener un
acceso reducido a la educación", añade.
La pandemia ha
dado marcha atrás a la lucha contra el hambre y la pobreza, constata
la comisión, que insiste en que "tras décadas de reducción de la
pobreza, el COVID-19 ha sumido a 150 millones de niños nuevamente en ella.
Por primera vez en años, el número de niños sometidos al trabajo infantil
ha aumentado, alcanzando 160 millones". Una inseguridad, que también
se traslada al ámbito alimentario: En 2020, unos 10.000 niños murieron
al mes por desnutrición.
1.800 millones
de pequeños, en riesgo de violencia
El drama
también se ve en el desarrollo. "Más de 168 millones de niños
perdieron un año escolar entero en el 2020, y muchos más
experimentaron una escolarización reducida o a distancia". Y en la
violencia: "Los niños corren un riesgo mucho mayor de sufrir violencia y
explotación. Los servicios de prevención y respuesta a la violencia se
han interrumpido para 1.800 millones de niños", denuncia el
documento vaticano.
"Las
niñas corren un gran riesgo mayor. Unos 10 millones de niñas corren el
riesgo de contraer matrimonio infantil debido a la pandemia, y
numerosos informes hablan de un aumento de los embarazos infantiles".
También, los niños inmunodeprimidos o con discapacidades.
Tal y como
afirma el Papa Francisco, "el "grito silencioso" de los niños
pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre
y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos
ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas, e invitarlos a participar
en la vida de la comunidad".
Publicado
por Religión Digital
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