Forjando Vivencia | Ángel Morillo/PC
Misión Celam- Queridísima Amazonía: “En la Asamblea Eclesial,
nadie es más que nadie”
Rafael
Cob, obispo del vicariato de Puyo, en Ecuador, conoce al dedillo lo qué es la
sinodalidad y con parresía, al estilo del papa Francisco, no titubeo en otorgar
el acolitado y lectorado a dos mujeres indígenas por primera vez en la historia
de América Latina, por ende, la Asamblea Eclesial en su jurisdicción se ha
vivido “con intensidad y esperanza”, porque “a pesar de la pandemia, pudimos
visitar los sectores más lejanos de nuestras comunidades indígenas como también poder enviar a la plataforma sus
aportes en la escucha”.
No
solo eso –prosigue el prelado– “nuestra asamblea general de misioneros abordó
este tema, la trabajamos en grupos. También realizamos virtualmente un foro
sobre inculturación que tuvo gran interés de los participantes”. En definitiva,
Cob está claro de los nuevos caminos de la Iglesia, se despoja de toda pose
jerárquica, porque para él la sinodalidad supone “crear un clima de
fraternidad”.
En
este sentido, señala que “una Iglesia fraterna es tener presente que estamos
llamados a vivir la hermandad que nos lleva a vivir en unidad para desterrar de
nosotros toda división enfrentamiento, animosidad, envidia, chismes,
murmuraciones y soberbias”. En pocas palabras: “Nadie es más que nadie, todos
tenemos los mismos derechos y deberes, buscar el amor fraterno es buscar el
bien del otro antes que el propio”, por tanto, Cob asegura que “cada uno debe
hacer una conversión personal, como pedía Juan el Bautista, a través de una
coherencia de vida entre lo que se dice, se cree y se vive”, por ejemplo, “los
ministerios conferidos a mujeres en nuestras comunidades indígenas son un
reflejo de este espíritu sinodal que requiere la Iglesia hoy”.
Cuatro
décadas de sinodalidad
Hay
un marcado antecedente para la Asamblea Eclesial que Cob trae a colación: el
Sínodo para la Amazonía. Al respecto, indica que “no participaron únicamente
obispos, sino toda la base de pueblos indígenas, campesinos, ribereños y
afrodescendientes al punto de lograr una consulta de 86.000 personas”. En este
punto, afirma: “Nosotros queremos ver en esta Asamblea Eclesial como vimos
también en el Sínodo Amazónico, un nuevo kairós, es decir, un tiempo en que el
Espíritu fortalece a nuestra Iglesia para ir por nuevos caminos de verdad,
llevar el vino nuevo para odres nuevos, mensajera de una nueva vida en plenitud
para todo el mundo, como Jesús manifestó, yo he venido para que todos tengan
vida en plenitud”.
El
obispo español, quien desde 1998 lleva las riendas de la Iglesia en Puyo,
explica que “en nuestra Iglesia llevamos casi 4 décadas con planes pastorales
de conjunto en la práctica y en las programaciones, de vivir una espiritualidad
misionera”, por ello “no podemos
renunciar a las raíces y naturaleza de la Iglesia, pero es importante ver que a
lo largo de los siglos el Espíritu va creando las formas de ser y de hacer, por
lo que esa Buena Nueva en su forma de evangelizar va variando en su forma, no
en su contenido”.
De
esta Asamblea Eclesial espera que siga empujando la ministerialidad, donde “los
laicos como pueblo de Dios, en especial la mujer, sean más protagonistas en la
construcción del Reino de Jesús en la tierra” y, sobre todo, lograr “un trabajo
pastoral aterrizado en las parroquias que haga crecer el amor de Dios en la
caridad, el celo apostólico en la dimensión misionera y seguir viviendo en la
esperanza los nuevos caminos de una Iglesia renovada, misionera, fraterna y
sinodal”.
Publicado
por Prensa Celam
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