Humanismo Integral | Rixio G. Portillo/VN
¿Para qué sirve estudiar filosofía, ética y humanismo?
En
estos días es noticia, en España, la desaparición de la filosofía como materia
obligatoria en el ciclo de estudio de Secundaria. Los temas serán absorbidos
por otros cursos, y el optativo de Religión pasa a no tener ni siquiera
posibilidad de calificación.
Y
aunque algunos han salido a expresar su desacuerdo, más de uno no piensa que
está bien la medida.
Es
que entre los alumnos y egresados es cada vez más común el parecer de no verle
utilidad a cursos de filosofía, humanismo y ética. Hace pocas semanas en una
conversación en Twitter, alguien decía, potenciar la formación en Excel, en
liderazgo, o en principios de contabilidad, en vez de rellenar el currículum
con cursos de humanidades.
En
esto, las universidades católicas tenemos una cuota de responsabilidad,
posiblemente el método y la forma no ha sabido ser la adecuada, en una
generación heredera del funcionalismo que ha devenido en una generación de la
cultura inmediata, de lo rápido y concreto.
Sin
filosofía, ni humanismo no somos, ni pensamos
Pero
el asunto es más complejo, sin menoscabo de las áreas descritas, todos los
contenidos son necesarios y pertinentes, pero efectivamente la filosofía, la
ética y el humanismo aún más.
Para
nadie es un secreto que el pensamiento crítico es la única forma de hacer de la
diversidad una tarea constante en la realidad social, y no una barrera
ideológica que atrinchera y homogeneiza todo y a todos. Sin pensamiento crítico
estaríamos condenados a la uniformidad. Todos pensando de la misma forma a
merced de una imposición ideológica. ¡Cuán necesario es enseñar a pensar y
a repensar!
Sin
ética, la anarquía sería la verdadera autoridad de la sociedad, en eso que
repetía el millenial, Bart Simpsons: “Yo hago lo que se me antoja”, sin
necesidad de ver en qué o cómo se puede afectar al otro. Y vaya que sobran
ejemplos de anarquía.
Sin
humanismo, el hombre queda reducido al utilitarismo, no es sujeto ni
protagonista, sino objeto, por ende, queda disminuido al descarte, en términos
del papa Francisco. Sin humanismo se descarta a la gente que no produce, que no
genera, que no piensa igual. Por tanto, todos pueden ser descartados porque…
(agregue aquí cualquier calificativo).
Los
problemas humanos lo resuelven los humanos, desde la ética y la filosofía
El
problema está, e insisto sin menoscabo de las áreas mencionadas, que con Excel
no resolvemos la guerra, o la violencia, o la desigualdad. No podemos hacer una
fórmula instantánea para erradicar la pobreza o la migración, la técnica no
basta, no es suficiente. Los pobres y los migrantes no son cifras, son
personas.
El
liderazgo no es un fin en sí mismo, los líderes no son para aplastar a sus
equipos, sino para estimularlos a un desarrollo pleno y propio. El liderazgo,
ante todo, es una tarea subsidiaria, en el que cada uno debe ser lo que
realmente es, para que el otro sea. Un líder sin ética es un dictador, y vaya
que hay varios en la actualidad, al menos en América Latina.
La
contabilidad no es solo la suma para la utilidad, sino para la distribución equitativa,
no para que todos sean iguales y uniformes sino para que todos tengan las
mismas condiciones y oportunidades para el desarrollo, es decir, para el bien
común.
Por
eso, si en algo deberíamos esforzarnos en profundizar en estos cursos, es en
darle un sentido real a la enseñanza, en ahondar en lo que el sociólogo
francés, Edgar Morin (citado recurrentemente en este espacio), dice sobre la
triada humana. Enseñar y formar sobre biología, el orden natural, la cultura,
el individuo, la persona, y la convivencia social desde el bien y la
fraternidad.
Publicado
por Vida Nueva
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