Espiritualidad | Miguel A. Munárriz/FA
Vio y creyó
Jn
20, 1-9
«Entró
también el otro discípulo… vio y creyó»
Los
textos de la resurrección coinciden entre sí hasta el momento en que las
mujeres encuentran la losa removida y el sepulcro vacío, pero a partir de ahí
son tantas las discrepancias en los relatos, que solo son entendibles asumiendo
que la intención de sus autores no es la descripción de hechos, sino la
expresión de una experiencia que cambió la vida de aquellos hombres y el rumbo
de la humanidad.
Pongámonos
en situación. A Jesús lo prenden el jueves por la noche y lo crucifican el
viernes. Desde que lo prenden, los hombres del grupo permanecen atrancados por
miedo a los judíos esperando el momento de huir a Galilea. Las mujeres se
muestran más enteras, y las vemos primero al pie de la cruz, y luego yendo el
primer día de la semana a ungirle al sepulcro.
Mateo
afirma que las mujeres que van el domingo de madrugada al sepulcro son María
Magdalena y María la Madre de Santiago, y añade que Jesús se les aparece a
todos juntos dentro de la casa a continuación. Allí los cita para Galilea y les
encarga la misión: «Id por el mundo y proclamad el evangelio a todas las
gentes».
Marcos
añade también que tras mostrarse a los discípulos y encomendarles la misión, es
llevado al cielo y está sentado a la derecha del Padre.
Lucas
nos da dos versiones radicalmente distintas; una en su Evangelio y otra en
Hechos. Según la primera, las mujeres que van a ungirle —entre las que incluye
también a Juana—, corren a contárselo a los discípulos, pero no les creen. No
obstante, Pedro va al sepulcro y lo comprueba. Ese mismo día, Jesús camina un
largo trecho con dos seguidores que vuelven descorazonados a su casa de Emaús,
y por la tarde se presenta dónde están reunidos los discípulos y les encomienda
la misión. Finalmente, los saca camino de Betania y es elevado al cielo.
En
la versión de Hechos, Lucas afirma que se aparece a los discípulos a lo largo
de cuarenta días, y que luego se eleva en presencia de ellos hasta que una nube
lo oculta a sus ojos.
Juan
sitúa solo a María Magdalena en la escena del sepulcro. Cuando regresa a casa para
contarlo, se encuentra con Pedro y Juan y los tres vuelven corriendo al
sepulcro. Los hombres van a contar la noticia y María se queda sola llorando.
Se le aparece Jesús, la consuela y le dice que va a subir al Padre. Juan sitúa
ese mismo día la primera aparición a los discípulos, y la repite ocho días
después. En un segundo epílogo, Jesús se encuentra con sus discípulos en el
lago Genesaret, a donde han vuelto y retomado sus ocupaciones habituales...
Tal
como habíamos dicho, son evidentes las contradicciones que presentan estos
textos, pero a pesar de ellas, todos participan de tres elementos comunes que
sobresalen sobre todo lo demás. El primero es la misión, el segundo, la efusión
del Espíritu y el tercero, la exaltación de Jesús a la derecha del Padre.
En
el fondo de todos los relatos encontramos un testimonio fundamental: Jesús se
muestra vivo tras su muerte. Y nuestra tendencia natural es a dudar, pero
dentro del simbolismo que encierran los textos, encontramos un hecho que no
tiene explicación sin haber mediado una experiencia extraordinaria capaz de
remover el ánimo de aquellos hombres hasta extremos inconcebibles.
Y
es que un tiempo después de haber salido de Jerusalén aterrorizados por miedo a
las autoridades judías, desmoralizados por la muerte de su maestro y sumidos en
angustiosas dudas de fe por este hecho, aquellos hombres se presentan de nuevo
en el Templo afirmando, y empeñando su vida en esta afirmación, que lo han
visto vivo después de su muerte y han recibido de él una misión.
«Varones
israelitas, escuchad estas palabras —es Pedro quien les habla—: Jesús de
Nazaret, varón probado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y
señales, fue entregado y muerto en la cruz por vosotros por medio de hombres
sin Ley (los romanos). Pero Dios lo resucitó después de soltar las ataduras de
la muerte, por cuanto no era posible que fuera dominado por ella; y nosotros
somos testigos de ello».
Publicado por Feadulta.com
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