Testigos de la Fe | VN
Padre
Ardura: Charles de Foucauld, el patrono de los recomienzos
La vida de
Charles de Foucauld está signada por una conversión fulgurante a la edad de 27
años, que marcó el inicio de una profunda transformación interior para el
disipado oficial. El postulador de la causa de canonización, el padre Bernard
Ardura, explica cómo el hombre que será canonizado en Roma el 15 de mayo
próximo puede ser un modelo para los católicos de hoy.
A partir del
próximo 15 de mayo, todos podremos rezar a Charles de Foucauld como santo. Fue
beatificado por Benedicto XVI el 13 de noviembre de 2005. Educado en la fe
cristiana, joven agnóstico, oficial de caballerÃa consumido por sus pasiones,
explorador, después de haber encontrado un Dios de Misericordia, fue trapense y
finalmente ermitaño entregado a todo en el desierto del Sahara: la personalidad
y el itinerario de este testigo del Evangelio son, cuando menos, ricos y no
exentos de asperezas.
El padre
Bernard Ardura, de la Orden de los Premonstratenses, es el presidente del
Consejo Pontificio para las Ciencias Históricas y postulador -entre otras- de
la causa de canonización de Charles de Foucauld. En diálogo
con nuestra colega Adélaïde Patrignani, de la redacción francesa de Radio
Vaticana – Vatican News, el presbÃtero subraya la actualidad del
mensaje de aquel que escribÃa, en sus Consejos espirituales:
"Uno hace el bien, no en la medida de lo que dice y hace, sino en la
medida de lo que es”.
Según Ardura,
lo que los Papas Pablo VI y Francisco han sacado a la luz es que Foucauld es
“el hombre de la fraternidad”. De acuerdo con el sacerdote, hoy, Charles de
Foucauld nos viene a decir de nuevo que, si no existe esta fraternidad
universal, nuestra vida no solo no tiene más sentido, sino nuestra existencia
está en gran peligro. El postulador enfatiza que esta canonización es un
beneficio para la Iglesia y para la sociedad, pues tiene lugar cuando estamos
viviendo semanas en las que vemos precisamente lo contrario a la fraternidad.
Foucauld fue
un hombre que durante toda su vida irradió un amor sin lÃmites. Él es el
reflejo del amor de Dios, afirma Ardura. Creo que él invita, a nosotros los
cristianos en particular, a ser los testigos de este amor. En este sentido
-agrega-, esta canonización llega en el momento oportuno. Fue retrasada (debido
a la pandemia), deberÃa haberse realizado ya hace dos años. Pero es
verdaderamente un gran mensaje de fraternidad, y de una fraternidad que no es
solamente filantropÃa. Es una fraternidad basada en el amor con el que Dios nos
ama, en el amor con el que Dios ama a todos los demás, a los que son diferentes
de nosotros, y en los que encontramos hermanos.
El vÃnculo entre Francisco y Foucauld
Ardura
comentó al Santo Padre, en una ocasión de augurios navideños a la Curia: “Creo
que tenemos un milagro para la canonización de Charles de Foucauld”. El Papa
respondió: “Trabajen, es interesante, yo quiero canonizarlo”. Luego, Arduras
envió la edición italiana de la biografÃa de Charles de Foucauld a Francisco y
el PontÃfice quiso regalarla a los responsables de la Curia la Navidad
siguiente.
El
postulador comenta que también hay que recordar que la encÃclica Fratelli
tutti ya estaba terminada cuando el Papa añadió un número
en el que hablaba explÃcitamente de Charles de Foucauld, “el hermano
universal”. De hecho, en el punto 286 de la encÃclica el Santo Padre dice que
en este espacio de reflexión sobre la fraternidad universal se sintió motivado
especialmente por san Francisco de AsÃs, “y también por otros hermanos que no
son católicos: Martin Luther King, Desmond Tutu, el Mahatma Mohandas Gandhi y muchos
más”. Pero quiero terminar -se lee en el bello texto- recordando a otra
persona de profunda fe, quien, desde su intensa experiencia de Dios, hizo un
camino de transformación hasta sentirse hermano de todos. Se trata del beato
Carlos de Foucauld.
Y luego, en
el punto 287, el Papa escribe:
“Él fue
orientando su sueño de una entrega total a Dios hacia una identificación con
los últimos, abandonados en lo profundo del desierto africano. En ese contexto
expresaba sus deseos de sentir a cualquier ser humano como un hermano, y pedÃa
a un amigo: «Ruegue a Dios para que yo sea realmente el hermano de todos».
QuerÃa ser, en definitiva, «el hermano universal». Pero sólo identificándose
con los últimos llegó a ser hermano de todos. Que Dios inspire ese sueño en cada
uno de nosotros. Amén”
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