Jóvenes | Adélaïde Patrignani
En
Suiza, los jóvenes ponen en escena la Laudato si' con música
Una
representación teatral con todas las entradas agotadas. Esta es la iniciativa
de un grupo con visión solidaria. En el cantón suizo de Valais, algunos jóvenes
supieron combinar su talento artístico con la encíclica del Papa Francisco, con
el objetivo de sensibilizar a todas las generaciones
El
llamamiento del Papa Francisco a la ecología integral no los dejó indiferentes.
En el cantón de Valais, en el sur de Suiza, donde la gente crece entre picos de
montaña y viñedos, algunos jóvenes católicos quisieron hacer resonar el mensaje
del Papa Francisco a través del arte.
Benjamin
Bender y Guillaume Délèze tienen 23 años. El primero es actor profesional y
trabaja con niños y jóvenes, el segundo estudia filosofía y musicología en la
Universidad de Friburgo y compone al piano desde hace unos diez años. Así, cada
uno de ellos puso en práctica sus talentos para dar una forma particular a
la Laudato si', la encíclica sobre el cuidado de la casa común
publicada en el 2015.
Génesis del espectáculo
Los
proyectos de estos chicos empezaron a tomar forma incluso antes de la pandemia
de coronavirus. En el Valais, muchos jóvenes católicos acuden a la red DJP (Déjeune
qui prie), (El que reza desayuna), que desde 1997 ofrece un
encuentro, los sábados por la mañana, para rezar juntos los laudes y luego
desayunar juntos. Los DJP están en la diócesis de Sion, y también incluyen
otros eventos como la Festival Open Sky, que se celebra cada dos
años en la ciudad de Fully y reúne a unos 1.500 jóvenes católicos durante unos
días de oración, conciertos y testimonios.
En la última
edición de 2019, una representación amateur recorrió la vida del
beato Pier Giorgio Frassati. El éxito de esta actuación impulsó la
planificación de un nuevo espectáculo para la próxima edición del festival, en
el 2021, es decir, precisamente en el Año Laudato si' convocado
por el Papa Francisco, y así encontraron también el tema del espectáculo...
“Nos
enfrentamos a un reto increíble”, admite Benjamin, que participó activamente en
el proyecto junto con otros jóvenes voluntarios. “Teníamos que producir arte a
partir de un texto teórico, de una encíclica”: sólo quedaba afrontar el reto en
términos concretos. Los jóvenes autores fueron en busca de quienes ponen en
práctica la Laudato si' todos los días: un monje de la abadía
cisterciense de Hauterive, un cestero”, personajes del espectáculo a todos los
efectos.
Luego la
pandemia estropeó un poco el proyecto. La edición del 2021 del Festival
Open Sky se pospuso, pero “esto nos dio un poco más de tiempo para
profundizar en lo que queríamos transmitir como mensaje”, explica Benjamin. El
trabajo de redacción de la obra llevó al grupo un año y medio.
Con el paso
de los meses, la compañía aumentó y ahora incluye una decena de actores,
figurantes, un coro de jóvenes del poblado de Bramois y voluntarios: en total,
más de treinta jóvenes de entre 16 y 22 años.
Evangelizar a través de la música
En cambio,
el grupo formado por Guillaume es más pequeño – ocho jóvenes de
Valais – pero no le falta dinamismo y ambición. Los
miembros – cada uno de los cuales toca tanto instrumentos
tradicionales como más modernos – se conocieron en el grupo
parroquial que anima la misa una vez al mes. Después decidieron fundar Écho,
para evangelizar a su manera. “En nuestras canciones, queremos hablar de
nuestra fe de la forma en que uno podría hablar de ella a personas ajenas a la
fe”, resume Guillaume. En su primera canción, querían hablar de ecología. El
joven estudió a fondo el documento del Papa y escribió la letra de la canción
basándose en lo que más le había “impactado”.
También en
este caso, la pandemia modificó las etapas inicialmente previstas; pero, con
Covid o no, el principal obstáculo seguía siendo “la agenda de cada uno”,
señala Guillaume. A pesar de todo, los jóvenes recibieron “mucho ánimo” sobre
su proyecto y esto es un gran aliciente para perseverar, sobre todo porque ya
están preparando “varias canciones”.
El camino de la santidad
No hay
ninguna jactancia detrás de los esfuerzos artísticos de los jóvenes de Valais,
sino el deseo de llegar al corazón de las personas en un momento en que los
retos medioambientales y sociales llaman a la puerta del tranquilo cantón
suizo. Mientras los valores tradicionales son maltratados, la Iglesia quiere
establecer puntos de referencia y abrir horizontes audaces a partir del
Evangelio.
"La Laudato
si' no es sólo un buen escrito del Papa: es un llamamiento a todos
nosotros", explica Benjamin. "Esta encíclica es un patrimonio. No
basta con leerla, hay que ponerla en práctica". "Las montañas dan la
vida a mucha gente, en el Valais, pero las estamos destruyendo", se
preocupa Benjamin. "Del mismo modo, es necesario revalorizar las riquezas
que nos transmiten los mayores, para lograr una serena sobriedad", dice el
joven actor, refiriéndose a una región en la que los lazos intergeneracionales,
aunque siguen siendo fuertes, tienen tendencia a aflojarse.
Benjamin
insiste en la implicación de todos para una ecología integral. "Los
jóvenes están muy comprometidos, pero tenemos que comprometernos todos
juntos", subraya, señalando también que "en la Iglesia y entre los
adultos las cosas se arrastran un poco...". Profundizar en este compromiso
es signo de un verdadero camino de fe: "Se acerca al concepto de santidad
de la puerta de al lado, y eso es cuidar de nuestros vecinos, de nuestras
relaciones, de lo que nos rodea...", añade. La santidad de la puerta de al
lado", de la que habla el Papa en la exhortación apostólica Gaudete
et exsultate: este testimonio está especialmente cerca del corazón de
Florian, otro joven actor del grupo.
Los músicos
de Écho – varios de los cuales, como Guillaume, también
participaron en la actuación musical de Benjamin – se fijaron "tres objetivos:
hacer música bonita, llevar un mensaje de fe y poder ayudar con dinero a los
que más lo necesitan".
Las obras
producidas se difunden, de momento, a través de YouTube, pero los jóvenes
quieren vender su música para recaudar fondos para las asociaciones. Por eso
crearon el sello Dreamsailer Music, que incluye el grupo Écho y
otros proyectos musicales dirigidos por Guillaume, con este fin benéfico.
Se trazan las perspectivas
Finalmente,
tras meses de paciente y creativo esfuerzo, los sueños empiezan a hacerse
realidad. El pasado mes de octubre salió a la venta el primer título de Écho, Harmonie,
con un clip rodado en el paisaje rocoso y verde del Valle del Ródano, que por
sí solo habla de la belleza de la Creación.
Cuatro
chicas, las cantantes, un violín, un trombón, un piano y una batería: el grupo
es heterogéneo, pero el título presagia el resultado: una verdadera armonía de
la que el grupo de músicos da testimonio con frescura y dinamismo.
Los pasados
12 y 13 de abril, La Coloc M.C. ("El compañero de la casa
común") fue presentado por Benjamin y su equipo en un lugar tan atípico
como simbólico en lo que respecta a la ecología integral: un almacén de frutas
cerca de Riddes, justo en medio de los huertos. La decoración del almacén es
discreta y está hecha con materiales reciclados o recuperados. "Nos hemos
anclado en una realidad sostenible, y eso nos permite también favorecer las
realidades locales", explica Benjamin.
Más de 250
espectadores en cada representación: un público "verdaderamente entusiasta",
visiblemente impresionado por estos jóvenes comprometidos con la Iglesia y
sensibles a los problemas actuales.
"No nos
limitamos a hacer teatro o a representar un espectáculo: ésta es realmente una
aventura humana", prosigue el joven actor de Valais, señalando también que
muchos de sus compañeros han madurado en el transcurso de este proyecto.
"Todo el mundo está dispuesto a lanzarse a la aventura de nuevo",
pero de momento no hay ningún proyecto definido.
Otros
recogerán la llamada de la Laudato si' para ponerla en
práctica: de hecho, tras la segunda representación, se creó un premio Laudato
si' para apoyar económicamente proyectos de ecología integral en la
región. Christian Thurre, diácono permanente y delegado para la ecología de la
diócesis de Sion, concedió el primer premio a un grupo que pretende transformar
una parcela de 900 m² en una zona de permacultura con un proyecto social que
gira en torno a una buhardilla. El segundo premio, el de estímulo, se
concedió... al grupo Écho. La Iglesia en Valais depende en gran
medida de la creatividad de los jóvenes para que el mensaje se plasme en una
sociedad necesitada de testigos apasionados y coherentes.
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