La Iglesia Hoy | José Calderero de Aldecoa/A&O
¿Una ordenación sacerdotal de 70 jóvenes? Sí, ha ocurrido en
Guadalajara (México)
La
celebración, que tuvo lugar en el Santuario de los Mártires Mexicanos, fue
calificada como «histórica» por la Iglesia local
La
secularización de la sociedad es una realidad innegable, de la que
desgraciadamente no escapan los seminarios. De hecho, uno de sus efectos más
patentes, junto con la caída en picado de la petición de sacramentos, es el
vaciamiento de los centros de preparación para el sacerdocio. A los jóvenes,
hoy, les cuesta entrar en el seminario.
En
este contexto, la prensa en general, y más concretamente la religiosa, se
hicieron eco la semana pasada de una noticia sorprendente: La archidiócesis de
Guadalajara, en México, llevó a cabo una multitudinaria ordenación en la que 70
jóvenes se convirtieron en sacerdotes. La celebración fue calificada como
«histórica» por la propia Iglesia mexicana y por todos los que reprodujeron el
comunicado de la misma.
¿Cómo
es posible una ordenación tan grande en el siglo XXI? ¿La archidiócesis de
Guadalajara vive un despertar vocacional? ¿Hay una explicación ante este
acontecimiento insólito? Sí, la hay. Alfa y Omega se ha puesto en contacto con
los responsables de la Iglesia local y este es el motivo que han esgrimido para
tamaña ordenación.
«El
seminario vivió hace tiempo una reforma en los planes académicos. Los tres años
de filosofía se concentraron en dos. De esta forma, hubo un año en que los
alumnos de tercero de Filosofía, que pasaban a primero de Teología, se juntaron
en esa clase con los alumnos que acabaron segundo de Filosofía», explica a este
periódico Eduardo Muñoz, obispo auxiliar de la archidiócesis de Guadalajara.
Así,
el primer curso de Teología reunió aquel año a 70 candidatos, que son los 70
jóvenes que se ordenaron los primeros días de junio. Sí, los primeros días,
porque la celebración se tuvo que dividir en tres tandas ante la imposibilidad
de meter a los ordenandos y a sus familiares en un mismo templo. La celebración
se desarrolló del 3 al 5 de junio en el Santuario de los Mártires Mexicanos.
Las
palabras de Muñoz explican la afluencia de candidatos. En cualquier caso, un
acontecimiento tan multitudinario, y más si se trata de una ordenación, siempre
es un motivo de fiesta, y así lo vivió la Iglesia local. «Ha sido una gran
alegría para todos. Lo hemos vivido con mucha emoción. Detrás de la celebración
no podemos dejar de ver cómo los jóvenes siguen siendo llamados por Dios al
sacerdocio y siguen respondiendo afirmativamente», subraya el obispo auxiliar.
Una
llamada que en muchos casos se produce dentro de una situación familiar estable
y está dirigida a jóvenes que han pasado de una u otra forma por las distintas
actividades de la Iglesia. Aunque «también hay otro porcentaje de estos
jóvenes, diría que un 30 %, que vienen de un contexto más difícil donde la
violencia está a la orden del día», asegura Muñoz.
Ordenados
para servir
Durante
sus homilías, el cardenal José Francisco Robles, arzobispo de Guadalajara –que
«celebró 31 años de vida episcopal ese mismo fin de semana»–, explicó que el
sacerdote no es un ángel, no es un ser superior, no pertenece a una casta
especial o privilegiada, sino que es un hombre elegido por Dios, tomado de
entre sus hermanos, los hombres, para servirlos.
Por
este motivo, los nuevos sacerdotes ya han sido enviados a todas las parroquias
de la ciudad de Guadalajara, que cuenta con cerca de cuatro millones de
personas. «Con ellos hemos podido cubrir las necesidades pastorales de todas
las parroquias de la ciudad excepto de tres de ellas», concluye Eduardo Muñoz,
obispo auxiliar de la archidiócesis de Guadalajara.
Publicado
por Alfa & Omega
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