A Debate | David Ramos/AP
Sacerdote advierte que Cuba no tiene un enemigo externo, sino
que “está en casa”
En
una reflexión recientemente publicada en redes sociales, el sacerdote cubano
Alberto Reyes Pías, de la Arquidiócesis de Camagüey, denunció que a la
dictadura no le “importa nuestra vida”, y advirtió que “el enemigo está en
casa”.
En
su texto, titulado “He estado pensando… que a Dios no se le pregunta ‘¿por
qué?’”, el P. Reyes Pías, duro crítico de la dictadura comunista en la que vive
Cuba por más de seis décadas, dijo que “creo, firmemente, que Dios nos ama y
sabe lo que hace, y que nunca permitiría que a sus hijos llegara un sufrimiento
inútil, porque nadie mínimamente bueno haría sufrir a otro ser humano por
gusto”.
“Sin
embargo, constato que Dios permite que lleguen a nuestra vida sufrimientos
profundos, que no siempre podemos evitar”, señaló.
Para
el presbítero cubano, “alzar el puño y decirle a Dios: ‘¿por qué?’, sería
admitir que no me ama, que se ha olvidado de mí, que me está castigando, o
maldiciendo”.
“Pero
como esto es impensable en Dios, entonces sólo me queda admitir que, cuando
Dios permite un sufrimiento, lo hace porque quiere darme algo, quiere que
entienda algo, quiere que crezca, que me renueve, que sea mejor persona, que mi
vida sea diferente”.
“Y
bajo esta perspectiva, sólo me queda preguntarle a Dios: ‘¿para qué?’”, dijo.
“¿Para
qué permites que llegue a mi vida algo que no he pedido, que no me gusta, que
no quiero…? ¿Para qué ha permitido Dios que llegara el comunismo a la más
próspera de las islas del Caribe? ¿Para qué ha permitido Dios no sólo que
perdiéramos la libertad, sino que esta dictadura durara más de 63 años,
arrasando con los sueños de varias generaciones?”, preguntó.
“¿Para
qué ha permitido que tantas personas valiosas huyeran y abandonaran su tierra,
muriendo incluso en el intento? ¿Para qué ha permitido Dios que nuestra vida
cotidiana se haya convertido en un calvario de precariedad, de angustia
existencial, de necesidad agobiante? ¿Para qué permite Dios que cada vez que mi
pueblo alza la voz diciendo: ‘¡Basta!’, la respuesta sea una represión tan
brutal y sádicamente sistemática que nos sumerge en la (falsa) sensación de que
esta opresión es inamovible?”.
El
sacerdote cuestionó luego: “¿No será que todavía no hemos entendido lo que Dios
quiere decirnos, o darnos?”.
“¿Será
que Dios quiere que comprendamos que haberle dado la espalda y haber cambiado
el cuadro del Sagrado Corazón por el de los líderes de la hoz y el martillo fue
el peor error de nuestra historia?”, continuó.
El
P. Reyes Pías dijo luego que “‘no hay patria sin virtud ni virtud con
impiedad’”, y denunció que “a los que nos gobiernan no les importa nuestra
vida, ni nuestros sueños, ni nuestro presente, ni nuestro futuro”.
Recordando
los miles de muertos cubanos ayudando a la revolución en Angola en la década de
1970, y a los recientes muertos en el incendio petrolero en Matanzas, el P.
Reyes Pías dijo que “a los que nos han gobernado y nos gobiernan no les importa
que mueran nuestros hijos, sea en Angola o en Matanzas”.
Además,
señaló, “las repetidas llamadas a ‘resistir y vencer’, ‘hacer más con menos’ o
convertirnos y reconvertirnos en un ‘pueblo aguerrido’ no son sino placebos
para enardecernos con un futuro luminoso y hacernos olvidar la esclavitud del
presente”.
“Cuando
se nos insiste en ejercer el derecho al voto todo está, en realidad, ya
decidido”, dijo, y lamentó que “llevamos años echándole la culpa a un enemigo
externo cuando, en realidad, el enemigo está en casa”.
“Callarse
para no buscarse problemas lo único que hace es normalizar y perpetuar nuestra
miseria”, denunció, y advirtió que “no manifestarse públicamente es seguir
esperando a que un día ‘pase algo’, o a que alguien ‘haga algo’ cuando la
solución está en nuestras manos”.
“Cuando
nos ponemos dignos y luego de golpearnos nos dan pollo y champú, nos están
tratando como a mascotas a las que hay que calmar para que estén tranquilas y
obedezcan”, señaló.
“Cuando
nos reprimen no está sucediendo algo extraordinario, sino que, sencillamente,
es lo esperable, y que no puede ser diferente, porque una vez que se ha
usurpado el lugar de Dios, el resto de los mortales es prescindible y
despreciable”, dijo.
“¿Será
que todavía no hemos entendido?”, cuestionó.
Publicado
por ACI Prensa
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