La Escuela Económica | Esteban Delgado
El
San, de buena fe, buen método para el ahorro y capitalización
Es muy posible que al leer
este artículo muchas personas, que no necesariamente son expertos en finanzas,
sabrán más que yo de lo que les voy a hablar. Se trata del SAN como método de
ahorro y de capitalización en la informalidad.
Aunque algunas entidades
bancarias han ofrecido productos con esa denominación en procura de atraer
clientes de estratos sociales bajos, la realidad es que, en la informalidad, la
gente prefiere hacerlo en grupos de amigos o conocidos bajo la responsabilidad
de gente de confianza.
He escuchado varias veces
a mi madre, doña Cruz María, hacer referencia de que su primer “negocito” en el
barrio lo montó con el capital que captó de un SAN que abrió a sugerencia de
una vecina.
Hay varias formas de
hacerlo, pero es bueno recordar que el SAN también es una especie de sistema
piramidal que, de hacerlo con mala fe, puede resultar en una estafa. Por eso,
se recomienda que cada participante sea lo suficientemente serio y responsable
para obtener buen resultado.
Se puede abrir un SAN para
capitalizarse, sin obtener ganancia; más bien es una forma de financiarse sin
pagar interés. Otra forma es abrirlo para adquirir una rentabilidad que puede
rondar el 10% anual.
Para financiarse es de la
siguiente manera: suponga que usted necesita 12,000 pesos para montar un
negocio determinado. Busca a 11 personas más y abre un san de 1,000 pesos
mensuales por un período de un año. Como usted fue quien lo abrió, va a
requerir que le asignen el primer número. Esto es, en el primer mes, todos
aportan 1,000 pesos, para un total de 12,000 que usted recibirá. Para los 11
meses siguientes se sortea el orden de los números para entregar 12,000 cada
mes a uno de los participantes hasta completar los 12 pagarés en un año.
Mientras se desarrolla esto, usted ya ha invertido los 12,000 que recibió como
primer número y con las ganancias sigue pagando los 1,000 mensuales durante los
11 meses siguientes.
La situación se daña si
uno de los 12 participantes deja de pagar, pues entonces, no estarían completos
los 12,000 pesos a entregar al ahorrista que le toque en ese momento. De ahí la
necesidad “imperiosa” de que todos sean responsables y buena paga.
Usted dirá que el sistema
no es conveniente para los que reciben el último número, pero no es así.
Resulta que hay personas que no necesitan capitalizarse, sino, más bien,
“fuerza de voluntad” para ahorrar. Por ejemplo, los comerciantes que viven del
día a día y no tienen posibilidad de ahorrar dinero para obtener un monto fijo
en un período determinado, pueden abrir un SAN diario, consistente, a modo de
muestra, en aportar 500 pesos cada día, para, al cabo de un mes, recibir 15,000
juntos. Monto que, tal vez, no podría juntar por voluntad propia si lo guardara
diariamente en la casa, porque termina gastándolo. Mediante un SAN se sentirá
en la responsabilidad de entregar el monto cada día al administrador, para
recibir su ahorro junto en un mes o en el plazo acordado.
Sobre el SAN con ganancia,
el método es parecido, pero los aportantes deben entregar un monto mayor,
generalmente un 10% sobre la cantidad a ahorrar. Usted abre un SAN de 12,000
pesos, pero con 13 pagarés. Entonces, usted puede elegir el primer número o el
último número, dependiendo, con la ventaja de que va a recibir 12,000 pesos y
no tendrá que aportar ni un centavo, pues cada uno de los 12 participantes
aportará 13 partidas de 1,000, pero recibirán el equivalente a 12 partidas, es
decir, 12,000 pesos. La ventaja para usted es que se estará ganando un 10% por
la administración del SAN. Para los participantes la ventaja es que tendrán una
forma de ahorrar, aunque terminan pagando por la administración de su dinero.
En esos casos, lo ideal no sería entrar a un SAN, sino ahorrar su dinero en un banco. Pero esa es la razón por la que el SAN se usa más en la informalidad, entre personas que no tienen acceso a la banca formal o personas que no tienen “fuerza de voluntad” para ahorrar y necesitan que alguien les impulse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...