La Familia | Lily Luciano/H
Consejos para fomentar el hábito de lectura desde
«chiquititos»
En
la mayoría de los adultos siempre rondan esas ideas de que hay que fomentar la
lectura de los niños, que deben leer para aprender y que es de suma importancia
la creación del hábito lector desde pequeños. Y sí, es verdad, es totalmente
cierto… esas ideas están cargadas de buenísimas intenciones. Lástima que muchas
veces esas “buenísimas intenciones” se queden en la parte teórica y en
ocasiones no lleguen a materializarse.
Y
sí, también es verdad que el día a día nos come y no tenemos tiempo para nada.
Trabajar, llevarles al colegio, recogerles, comer, actividades extraescolares (baloncesto,
inglés, baile, robótica,…) hacer la compra, paseos, bañarlos, la cena, preparar
todo para que se duerman pronto y así poder descansar un rato… Ahora bien, ¿hay
realmente hueco para fomentar la lectura en casa? La respuesta es que sí, pero
hay que poner de nuestra parte organizándonos de otra manera, donde la lectura
tenga su importancia en el día a día de los niños (media hora será suficiente
para empezar). Parece imposible, y quizás lo sea, pero hagamos todo lo que esté
en nuestras manos por el bien de los pequeños.
Dedicar
tiempo a los niños
Es
verdad que siempre nos falta tiempo para hacer todo lo que tenemos que hacer,
pero dedicarles 30 minutos para acompañarlos con la lectura, leer con ellos y escucharlos,
e incluso 20, es fundamental para que los peques vayan adquiriendo el hábito de
lectura.
Conocer
sus gustos
Al
igual que no a todos los niños les gusta jugar a los mismos juegos o ver los
mismos dibujos animados, tampoco tienen por qué gustarles los mismos libros.
Los padres, tíos, abuelos… conocen mejor que nadie a los peques y saben qué
historias o personajes van a gustarles más.
Pedir
consejo y conocer los libros adecuados para su edad
No
obstante, siempre es bueno pedir consejo a especialistas (libreros,
bibliotecarios, profesores, psicólogos…) a la hora de adquirir o tomar en
préstamo un libro. Cada libro está recomendado para una determinada edad.
Elegir un libro fuera de la edad recomendada puede ser perjudicial para el niño
al hacerle sentir que es demasiado difícil o fácil de entender o leer para él.
Proponer
/ recomendar lecturas y dejarles elegir
Una
vez que sabemos los gustos de los peques y que tenemos una lista de posibles
libros en función de su edad, es hora de hacerles nuestra recomendación y
proponerles una serie de libros para que ellos elijan libremente qué es lo que
quieren leer. Así se sentirán empoderados de todo el proceso lector y más
implicados con el libro en cuestión.
Entender
la lectura como un juego
Hay
que conseguir que los peques vean la lectura como un juego más. Para ello se
pueden programar una serie de actividades alrededor del libro, y de su historia,
para que vean su parte lúdica. Como, por ejemplo, leer a sus peluches,
disfrazarse o hacer un dibujo al finalizar la lectura. Y algo muy importante,
cuando leemos a los peques es fundamental dramatizar las lecturas.
Crear
espacios de lectura en casa y marcarse unas rutinas diarias
Al
igual que en casa, los peques tienen un espacio para jugar, hay un espacio para
comer, hay un espacio para descansar… también tienen que tener un espacio
dedicado al libro y la lectura. Esto ayudará a los peques a ver la normalidad
de la lectura en sus vidas y pasará a formar parte de ellas. También es
importante marcarse unas rutinas diarias para crear el hábito lector en los
peques. Por ejemplo, leer cuando vuelve del colegio, leer antes de cenar o leer
antes de irse a dormir.
Estimular
a los pequeños y no presionarles con la lectura, no imponérsela
La
estimulación de la lectura es fundamental para que vean y sientan la
importancia que tiene esta en sus vidas, pero dicha estimulación no debe llegar
a ser una imposición. Nosotros (los adultos) no todos los días tenemos un día
fenomenal, e incluso normal.
A
los peques de la casa les puede pasar lo mismo. Pueden estar cansados, agotados
o enfadados por cualquier causa. En esos días la rutina de lectura se puede
romper sin ningún problema.
El
objetivo es que no se sientan presionados por la lectura. Y muy importante
tener en cuenta que la lectura para ellos supone un gran esfuerzo al estar
aprendiendo las letras, sílabas y palabras (y a comprender lo que están
leyendo) así que fuera presiones y paciencia.
Hablar
sobre libros y asociarlos a cada momento o situación
Hay
que aprovechar (de forma natural) hablar de los libros y sus historias a los
peques en cualquier momento o situación que se da a lo largo del día. Esto hará
que creen asociaciones positivas entre lo que están aprendiendo con la lectura
y su aplicación en su vida (aunque todavía no sean muy conscientes de ello).
Llevarlos
a la biblioteca o a librerías donde entren en contacto con los libros
Hacerles
ver que el mundo está rodeado de libros es fundamental, al igual que llevarlos
a bibliotecas y librerías (enséñele algunas plataformas online, con su ayuda).
Enseñarles a que pueden usar dichos espacios para hojear libros y llevárselos a
casa (en préstamo o comprándolos) para que ocupen un hueco en su espacio de
lectura.
Tener
siempre libros a mano
Es
importante tener siempre libros a mano para que cuando llegue el momento de su
lectura estén disponibles y no haya que esperar. Es por eso que es interesante
hacerse una lista de libros a leer por los peques para que según se vaya
acercando la fecha (estimada) de lectura ya estén en la estantería del niño (o
en la tablet) o se vaya un día antes a la biblioteca a por él.
Intercambiar
libros con otros niños
Entrar
en el juego del intercambio de libros con otros niños puede ser beneficioso
para los peques. Es otra oportunidad para acercarse a nuevas lecturas y
relacionarse con otros niños a través de la lectura. Finalmente, dar ejemplo y
leer también.
Publicado
por el periódico Hoy
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