Espiritualidad | Tiziana Campisi/VN
La espiritualidad del encuentro es esencial para la
sinodalidad
Al
recibir en audiencia al Consejo Primacial de la Confederación de los canónigos
regulares de San AgustÃn, el Papa Francisco recordó que consagrarse a Dios
significa hacer del Evangelio regla de vida, amar a Cristo y a la Iglesia que
es su cuerpo. Pero también adaptándose a las circunstancias del tiempo, los
lugares y las culturas. Y afirmó que las congregaciones no deben aislarse, sino
vivir el presente abriéndose al futuro.
La
regla fundamental de la vida religiosa es el seguimiento de Cristo propuesto
por el Evangelio. Tomar el Evangelio como norma de vida, hasta poder decir con
San Pablo: "Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mÃ". Lo reiteró el
Santo Padre al hablar al Consejo Primacial de la Confederación de los canónigos
regulares de San AgustÃn a cuyos miembros recibió en la Biblioteca del Palacio
Apostólico, y pidió a los religiosos que hagan del Evangelio su vademécum y que
no lo reduzcan a ideologÃa, para que permanezca siempre espÃritu y vida.
El Evangelio nos recuerda continuamente que debemos situar a Cristo en el centro de nuestra vida y de nuestra misión. Esto nos devuelve al "primer amor", afirmó el Obispo de Roma.
“Y
amar a Cristo significa amar a la Iglesia, su cuerpo. La vida consagrada nace
en la Iglesia, crece con la Iglesia y fructifica como Iglesia. Es en la
Iglesia, como nos enseña san AgustÃn, donde descubrimos al Cristo total”
La
búsqueda de Dios
Abordando
más directamente los cánones regulares de San AgustÃn, el Papa recordó el
anhelo humano de Dios descrito por el obispo de Hipona en las Confesiones y
explicó que "Dios nos ha hecho para Él y nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en Él". Por eso los canónigos regulares se dedican
principalmente a la "búsqueda constante y cotidiana del Señor". Ante todo,
en la vida comunitaria, para que la koinonÃa, es decir, la comunión y la
relación fraterna, haga de "todos constructores, tejedores de fraternidad".
“Buscar
al Señor en la lectura asidua de la Sagrada Escritura, en cuyas páginas
resuenan Cristo y la Iglesia. Buscar al Señor en la liturgia, especialmente en
la EucaristÃa, cumbre de la vida cristiana, que significa y realiza la unidad
de la Iglesia en la armonÃa de la caridad. Buscarlo en el estudio y en la
ordinaria. Buscarlo también en las realidades de nuestro tiempo, sabiendo que
nada de lo humano puede sernos ajeno y que, libres de toda mundanidad, podemos
animar el mundo con la levadura del Reino de Dios”
El
camino de la interioridad en la escuela de San AgustÃn
Pero
la búsqueda de Dios "presupone el camino de la interioridad, del
conocimiento y del amor del Señor, en la escuela de San AgustÃn", señaló
Francisco, y citó la invitación del obispo de Hipona a encontrarse en la propia
interioridad – "No salir de ti mismo, entra constantemente en ti; la
verdad habita en el hombre interior"– para explicar que allà "la luz
del Maestro interior ilumina para nosotros las realidades temporales".
Instrumento
de la sinodalidad
El
Papa recuerda también a los canónigos regulares de San AgustÃn la importancia
de su Confederación, instituida por Juan XXIII en 1959 y destinada a favorecer
la comunión entre las congregaciones que comparten el mismo carisma. Destacó
asimismo los objetivos del organismo y, entre ellos, la ayuda mutua, entre
congregaciones, "en lo que se refiere a la dimensión espiritual, la
formación de los jóvenes, la formación permanente y la promoción de la
cultura". Y explicó que a través de las confederaciones se evita el
aislamiento de las congregaciones individuales, lo cual es peligroso.
Hay
que ser muy cuidadosos para preservarnos de la enfermedad de la
autorreferencialidad y custodiar la comunión entre las diferentes
Congregaciones. Son conscientes de que todos están en la misma barca y que
"nadie construye el futuro aislado o con sus propias fuerzas, sino
reconociéndose en la verdad de una comunión siempre abierta al encuentro, al
diálogo, a la escucha y a la ayuda mutua".
“Practicar
la espiritualidad del encuentro: es esencial para vivir la sinodalidad en la
Iglesia”.
Adaptarse
a las circunstancias del tiempo
Y
luego el Papa precisó que la vida consagrada "debe adaptarse a las
circunstancias del tiempo", de ahà la indicación a los canónigos regulares
de adaptarse también a los distintos lugares y culturas en los que están
presentes, "siempre a la luz del Evangelio y del propio carisma",
porque la memoria es buena si es fecunda, de lo contrario es arqueológica,
"se convierte en piezas de museo". “Tal vez dignas de admiración –
afirmó Francisco – pero no de imitación". En cambio, la memoria de la
propia historia, de las propias raÃces, "la memoria deuteronómica" –
tal como la denominó el PontÃfice – “nos ayuda a vivir plenamente y sin miedo
el presente para abrirnos al futuro con renovada esperanza".
Por
último, el Papa exhortó a los canónigos regulares de San AgustÃn a revisar su
carisma y a "reforzar la comunión de vida a ejemplo de la primitiva
comunidad apostólica", "anticipación de la unión plena y definitiva
en Dios y camino hacia ella".
publicado
por Vatican News
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