Reflexión | Juan Zapatero/FA
La felicidad está dentro
“La
felicidad está dentro de uno mismo, no al lado de nadie”. He tenido muy claro
siempre que el ser humano es un buscador, por naturaleza, de la felicidad.
Creo, sin embargo, que los caminos no siempre han sido los más acertados; y, lo
peor de todo, es que en la actualidad lo sigue haciendo de manera errónea. De
entre las diversas preguntas, adverbios exactamente, que se podrían plantear en
torno a esta realidad fundamental de la vida de la persona, yo me centraría en
dos: “dónde” y “cómo”.
Respecto
al “donde”, las divergencias son abismales, por la sencilla razón de que las
opciones son totalmente opuestas respecto a las diversas posibilidades entre
las cuales escoger, como pueden ser entre otras, aquí, allí, arriba, abajo,
adentro, afuera, etc.
Para
la sociedad actual es “afuera” donde se nos dice de manera insistente que está
y puede encontrarse la felicidad. “Afuera” como opuesto al “adentro”.
Un
“afuera” como sinónimo de tener, de consumir, de lo materialmente medible y
contable, del porte exterior, de la belleza
(que no de la estética fruto de la ética; cuidado no confundir las dos
cosas) física, por tanto; de la juerga y de la risa (no confundirlo tampoco con
la alegría y la satisfacción, fruto de la paz interior); del hedonismo egoísta
(que no tiene nada que ver con el goce compartido), del placer abusivo (todo lo
contrario precisamente del disfrute respetuoso y solidario), etc.
Este
es el “donde” que, sobre todo desde hace ya un tiempo, nos están imponiendo, que,
no ofreciendo, aunque quieran hacernos creer esto último, de manera enloquecida
quienes mandan y nos dirigen (que no son quienes dicen ostentar el poder
político y quienes se creen que nos gobiernan: ¡que más quisieran ellos!). Un
“donde” cargado de atontamiento general y aborregamiento comunitario a base de
slogans preciosos que no se cansan de prostituir palabras que designan valores
tan nobles, sublimes y sagrados como amor y libertad principalmente. Un “donde”
en el que ya no queda margen para decidir personalmente, pues “alguien” se
encarga de hacerlo por todos, no como respuesta a la felicidad tan deseada por
estos, sino para obtener pingües réditos por parte de aquellos.
Mientras
tanto, “otros alguien”, con menos medios, pero con una gran coherencia, se
esfuerzan por demostrar que la felicidad se encuentra “dentro”. Que es desde el
silencio y la reflexión desde donde se conoce uno verdaderamente y se da cuenta
de lo que de verdad le hace feliz. Por eso precisamente los primeros no pierden
ocasión para desprestigiar el “adentro” de los segundos, como sinónimo de
aburrimiento y de no estar al día; al suyo, claro. Amenazando, además, ¡y de
qué manera!, de que corren el riesgo de quedarse al margen de lo que mola, de
lo guay, de lo que los puede convertir en atractivos, envidiables y merecedores
del aplauso de los suyos, que no son otros que los borregos que los siguen sin
rechistar después de haber sido narcotizados con sobredosis de atontamiento.
Así
las cosas, se hace urgente escoger, optar o decidir. Algo, por otra parte, muy
difícil, imposible, más bien, para la inmensa mayoría, si tenemos en cuenta la
manipulación feroz que pende sobre nosotros.
¡Feliz
2023! Pero, desde dentro.
Publicado
por Feadulta.com
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