Papa Francisco | Elena Magariños/VN
Las 5 claves del mensaje del papa Francisco para la Jornada
Mundial del Enfermo
El
PontÃfice ha hecho hincapié en la normalización de la fragilidad y en que “ni
vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen”.
El
próximo 11 de febrero, la Iglesia conmemora la Jornada Mundial del
Enfermo. Cuando apenas queda un mes para dicha celebración, el Vaticano ha
publicado el mensaje del papa Francisco para esta fecha, en el que hace
hincapié en que la enfermedad es una experiencia común a todos los seres
humanos. Pero, sobre todo, en la validez de la vida bajo todas las
circunstancias. A continuación, las cinco claves del mensaje de Francisco para
este dÃa:
1.
La enfermedad: algo común a todos
El
Papa subraya en su misiva que “la experiencia del extravÃo, de la enfermedad y
de la debilidad forman parte de nuestro camino de un modo natural”. Por
ello, “no nos excluyen del pueblo de Dios; al contrario, nos llevan al
centro de la atención del Señor, que es Padre y no quiere perder a ninguno de
sus hijos por el camino”. Se trata, por tanto, “de aprender de Él, para ser
verdaderamente una comunidad que camina unida, capaz de no dejarse contagiar
por la cultura del descarte”.
2.
El abandono, una atrocidad
Rememorando
la parábola del Buen Samaritano –hilo conductor de la EncÃclica
Fratelli tutti–, Francisco señala que “existe una conexión profunda entre esta
parábola de Jesús y las múltiples formas en las que se niega hoy la
fraternidad”. En particular, “el hecho de que la persona golpeada y despojada
sea abandonada al borde del camino, representa la condición en la que se deja a
muchos de nuestros hermanos y hermanas cuando más necesitados están de ayuda”.
Por ello, aunque “no es fácil distinguir cuáles agresiones contra la vida y su
dignidad proceden de causas naturales y cuáles, en cambio, provienen de la
injusticia y la violencia”, no hay que perder de vista que “en realidad, el
nivel de las desigualdades y la prevalencia de los intereses de unos pocos ya
afectan a todos los entornos humanos, hasta tal punto que resulta difÃcil
considerar cualquier experiencia como ‘natural'”.
Por
ello, Francisco asevera que “todo sufrimiento tiene lugar en una cultura y
en medio de sus contradicciones”. Sin embargo, el Papa apunta que, en este
sentido, lo importante es “reconocer la condición de soledad, de abandono”,
porque esto es “una atrocidad que puede superarse antes que cualquier otra
injusticia”, porque, tal como apunta la parábola del Buen Samaritano, “todo lo
que se necesita para eliminarla es un momento de atención, el movimiento
interior de la compasión”.
3.
La misión de la Iglesia: el cuidado
Francisco
señala en su mensaje que “nunca estamos preparados para la enfermedad”, y,
a menudo, “ni siquiera para admitir el avance de la edad”, ya que vivimos en
una cultura en el que “el mercado nos empuja” a negar la vulnerabilidad. “De
este modo, el mal, cuando irrumpe y nos asalta, nos deja aturdidos”, afirma.
“Puede suceder, entonces, que los demás nos abandonen, o que nos parezca que
debemos abandonarlos, para no ser una carga para ellos”, continúa el Papa,
comenzando asà “la soledad, y nos envenena el sentimiento amargo de una
injusticia, por el que incluso el Cielo parece cerrarse”.
“Por
eso es tan importante que toda la Iglesia, también en lo que se refiere a la
enfermedad, se confronte con el ejemplo evangélico del buen samaritano, para
llegar a convertirse en un auténtico hospital de campaña”, asevera Francisco.
“Su misión, sobre todo en las circunstancias históricas que atravesamos, se
expresa, de hecho, en el ejercicio del cuidado”, ya que “todos somos
frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe
detenerse, acercarse, curar y levantar”. La situación de los enfermos es, por
tanto, “una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes
avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”.
4.
Gratitud y lucha por los derechos
Tras
estos años en los que la pandemia del Covid-19 “han aumentado nuestro sentimiento
de gratitud hacia quienes trabajan cada dÃa por la salud y la
investigación”, el Papa señala que “de una tragedia colectiva tan grande”, no
basta salir “honrando a unos héroes”. Y es que estos años han sometido “a una
dura prueba esta gran red de capacidades y de solidaridad, y mostró los lÃmites
estructurales de los actuales sistemas de bienestar”.
Por
tanto, para el Papa es necesario “que la gratitud vaya acompañada de una
búsqueda activa, en cada paÃs, de estrategias y de recursos, para que a todos
los seres humanos se les garantice el acceso a la asistencia y el derecho
fundamental a la salud”.
5.
No es válido solo quien produce
“La
Jornada Mundial del Enfermo”, apunta el Papa, “no sólo invita a la oración
y a la cercanÃa con los que sufren. También tiene como objetivo sensibilizar al
pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias y a la sociedad civil sobre una
nueva forma de avanzar juntos”.
Por
ello, anima que el próximo 11 de febrero “miremos también al Santuario de
Lourdes como una profecÃa, una lección que se encomienda a la Iglesia en
el corazón de la modernidad”. Porque “no vale solamente lo que funciona, ni
cuentan solamente los que producen. Las personas enfermas están en el centro
del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecÃa de una humanidad en la
que todos son valiosos y nadie debe ser descartado”.
Publicado
por Vida Nueva
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