La Iglesia Hoy | Zenit
España: Iglesia se posiciona ante rechazo del Tribunal
Constitucional para proteger la vida humana desde la concepción
“Desde
la aprobación del aborto en 1985, los conocimientos sobre el ADN, las
ecografías 3D, 4D y 5D permiten afirmar aún con más contundencia que negar que
existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es
irracional, y afirmar que un supuesto «derecho a decidir sobre el propio
cuerpo», una falacia”, dice la declaración del episcopado español.
La
Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia
Episcopal Española emitió una declaración tras conocerse el rechazo del
Tribunal Constitucional del país a la declaración de inconstitucionalidad de
una ley abortista. Ofrecemos el texto íntegro de la nota:
Después
de 13 años el Tribunal Constitucional ha rechazado la ponencia que declaraba
inconstitucional la “Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la
interrupción voluntaria del embarazo”, y ha pedido una nueva ponencia.
Esta
decisión permitirá entender el aborto como un derecho, declarando
constitucional que haya seres humanos que no tienen derechos, y avalando de
este modo una ley ideológica, anticientífica y que promueve la desigualdad.
Ley
ideológica. Esta resolución permitirá determinar, en nombre del materialismo
más radical, la eliminación de los seres humanos en la primera etapa de su
vida. Es triste que la legislación y la política instauren un darwinismo social
al servicio del neocapitalismo más salvaje, en vez de buscar el bien común y la
defensa de los más débiles.
Ley
acientífica. Recientemente hemos afirmado en el documento El Dios fiel mantiene
su alianza que “desde la aprobación del aborto en 1985, los conocimientos sobre
el ADN, las ecografías 3D, 4D y 5D permiten afirmar aún con más contundencia
que negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la
concepción es irracional, y afirmar que un supuesto «derecho a decidir sobre el
propio cuerpo», una falacia. Si el mundo sigue profundizando en el paradigma
ecológico de los cuidados, algún día lloraremos los millones de víctimas que
nunca pudieron siquiera ver la luz ni darnos su luz”.
Ley
que promueve la desigualdad, ya que permite que los Síndrome de Down sean
abortados hasta los cinco meses y medio. De este modo, el Tribunal
Constitucional, que debería ser el garante último de los derechos
fundamentales, permitirá atentar contra la vida humana y contra la igualdad de
todos. Ante esta decisión, queremos recordar que la vida humana es un don de
Dios, de manera que nadie puede disponer de la vida de otro ser humano. “La
vida humana es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también
en el inicial que precede al nacimiento. El hombre, desde el seno materno,
pertenece a Dios que lo escruta y conoce todo, que lo forma y lo plasma con sus
manos, que lo ve mientras es todavía un pequeño embrión informe y que en él
entrevé el adulto de mañana, cuyos días están contados y cuya vocación está ya
escrita en el «libro de la vida»” (San Juan Pablo II, Evangelium Vitae nº 61).
La
historia nos enseña que cada vez que el ser humano se ha cuestionado la
dignidad o el valor de ciertas vidas humanas, por distintos motivos, como por
ejemplo la raza, el color de la piel o las creencias, se ha equivocado
gravemente. Del mismo modo, es un lamentable error cuestionar la dignidad de la
vida humana en función de la edad.
Como
Iglesia, solo podemos ser voz de los sin voz, haciendo resonar el grito
silencioso de tantas vidas humanas que claman desde el seno de sus madres,
pidiendo justicia para que se respete su derecho a vivir. Esto no significa en
ningún sentido abandonar a las mujeres que tienen problemas para seguir
adelante con su embarazo. Al contrario, queremos estar a su lado, acogiéndolas
y ofreciéndoles una ayuda integral. A su vez, nos dirigimos a aquellas mujeres
que han abortado voluntariamente, con el deseo de recordarles que, en el rostro
misericordioso de Jesús, encontrarán consuelo y esperanza.
Pedimos
a las distintas administraciones que, en lugar de proclamar el derecho al
aborto, promuevan iniciativas que ayuden a la mujer a vivir su maternidad,
evitando ser abocada al aborto.
Como
dice San Juan Pablo II en Evangelium Vitae: “el Evangelio de la vida no es
exclusivamente para los creyentes: es para todos. El tema de la vida y de su
defensa y promoción no es prerrogativa única de los cristianos. Aunque de la fe
recibe luz y fuerza extraordinarias, pertenece a toda conciencia humana que
aspira a la verdad y está atenta y preocupada por la suerte de la humanidad. En
la vida hay seguramente un valor sagrado y religioso, pero de ningún modo
interpela sólo a los creyentes: en efecto, se trata de un valor que cada ser
humano puede comprender también a la luz de la razón y que, por tanto, afecta
necesariamente a todos”.
Que
Santa María interceda para que anunciemos con firmeza y amor a los hombres de
nuestro tiempo el Evangelio de la Vida.
Mons.
D. José Mazuelos Pérez, obispo de Canarias.
Presidente
de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida
Mons.
D. Ángel Pérez-Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón
Mons.
D. Santos Montoya Torres, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño
Mons.
D. Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos
Mons.
D. Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de Alcalá de Henares
Publicado
por Zenit
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