Convivencia | Enrique Lluch Frechina/VN
La empresa excelente
El
otro dÃa tuve que escuchar la presentación de un plan estratégico de una
empresa en la que el principal objetivo en el medio plazo era el de ser el más
grupo más grande y el mejor de todos. Todo giró alrededor de lo bien que
los éxitos de la institución porque facturaba cada vez más y porque sus
beneficios no hacÃan más que incrementarse, lo que le permitÃa abordar nuevas
inversiones sin tener que recurrir a financiación externa.
El
resultado de estas adquisiciones iba a ser que las posibilidades de generar más
ingresos iban a aumentar podrÃan mantener un elevado crecimiento de la
actividad. A este gran programa de camino hacia el crecimiento y hacia ser los
mejores, se acompañaba una aspiración a la excelencia. Su búsqueda tenÃa lo que
mover a quienes trabajaban en esa empresa. Crecer, ser los mejores,
alcanzar la excelencia. Un bonito programa que puede engatusar a
cualquiera y que está alineado con los valores del economicismo.
Porque
si reflexionamos sobre estos magnÃficos discursos en las empresas, podemos
descubrir algunas cuestiones que nos tienen que poner en alerta. ¿Qué es ser
los mejores del mercado? Porque si atendemos a la definición del diccionario de
la RAE mejor es: “Superior a otra cosa y que la excede en una cualidad natural
o moral”. Por lo tanto, no se puede ser mejor en abstracto, siempre se es mejor
(o no) en algo, necesitamos decir en qué somos superiores, en qué vencemos al otro. Ser
los mejores, sin describir en qué, son palabras vacÃas, que no dicen nada,
aunque queden muy bien.
Algo
similar sucede con la excelencia. El diccionario de la RAE nos dice que es
“Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación
algo” lo que junto con la definición de excelente: “Que sobresale por sus
óptimas cualidades” nos lleva a afirmar que tenemos que ser excelentes en algo,
debemos sobresalir en alguna cualidad. No se puede alcanzar la excelencia en
abstracto, tendrá que ser en algo, debemos decir en qué queremos ser
excelentes.
Autocomplacientes
En
último lugar, la empresa a la que me refiero, como muchas otras, se plantea
como objetivo crecer, ser más grande ¿Para qué? ¿Para ganar más? ¿Para poder
tener más poder? ¿Simplemente porque asà sus directivos se sienten más felices? Crecer
por crecer puede ser también un sinsentido.
¿Por
qué ser más grande es mejor que ser más pequeño? Las ansias de crecer esconden
otros objetivos que no se muestran, o simplemente están vacÃas de contenido
porque solamente buscan el ser más grande por ser más grandes.
Los
mensajes de muchas empresas son auto-referentes y autocomplacientes. Realmente
no dicen nada o esconden algo. Parece que ser el mejor, buscar la excelencia y
crecer por crecer son los grandes mantras de muchas empresas.
Publicado
por Vida Nueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...