Reflexión | LaFamilia.info
4 criterios para fomentar el valor del esfuerzo en los niños
No
existe el dinero fácil, ni el trabajo fácil, ni el éxito fácil, ni la vida
fácil... La vida supone retos constantes que requieren de esfuerzo para lograr
lo que se quiere y bajo esta primicia debemos formar a los hijos.
Las
siguientes lecciones se deben convertir en nuestras luchas diarias como padres
y educadores.
Lo
cómodo y lo fácil
La
comodidad y el confort son los reyes del momento. Aunque no conviene
estigmatizar, es cierto que todo ha ido cambiando para hacer que el hombre cada
vez se esfuerce menos. Un ejemplo simple y cotidiano que da cuenta de ello, es
el poco o nada de esfuerzo que deben hacer ahora los estudiantes para realizar
sus labores escolares: todas las respuestas están a tan solo un clic. Por eso
decimos que los avances del mundo moderno tiene muchas ventajas, pero también
algunas consecuencias no tan positivas:
“Esta
idea supone un costo que afecta de forma especial a los niños y jóvenes.
Observamos que los niños presentan una incapacidad alarmante (a nuestro juicio)
para soportar esfuerzos. Incapacidad que supone consecuencias muy negativas
para la persona como sentimientos de impotencia y conformismo; la no valoración
de las cosas y, consecuentemente, la incapacidad de disfrutar de ellas y falta
de entusiasmo.
Estos
factores pueden desembocar en conductas de riesgo como el consumo de sustancias
asociadas a la obtención de placer fácil o bien para poder soportar el esfuerzo
que supone la realización de determinadas actividades: ir de marcha sin
cansarse, comer sin engordar, etc.” Explican Mª. Ángeles Pérez y Francisco
Rodríguez, especialistas en el tema.
La
actitud de los padres
Cuando
los padres acostumbran a los hijos a hacerles todo, los hijos se acostumbran a
no hacer nada. También se podría adaptar la misma frase al verbo “dar”: si los
padres les dan todo, los hijos se acostumbran a no ganarse nada, y además creen
que merecen todo.
Esto
nos dice que algunas actitudes de los padres impiden que los hijos
verdaderamente se esfuercen por obtener las cosas, abriendo así las puertas a
la mediocridad, la pereza, el facilismo, la comodidad, la incapacidad, la
negligencia.
La
educación de la voluntad
Los
expertos señalan la necesidad de evitar la formación de una personalidad débil,
caprichosa e inconstante. “Al no haber luchado ni haberse esforzado a menudo en
cosas pequeñas, tienen el peligro de convertirse en no aptos para cualquier
tarea seria y ardua en el futuro. Y, la vida está llena de este tipo de
tareas.”
En
la educación de la voluntad, se ayuda a los hijos a controlar sus impulsos y
deseos, de forma que sean capaces de postergar las gratificaciones y tolerar la
frustración. Para ello es importante no ceder a sus caprichos, invitarlos a que
se tracen proyectos a mediano y largo plazo, favorecer la realización de
actividades que supongan esfuerzo y perseverancia, dosificar los regalos, no
permitir que dejen las cosas sin acabar, mostrarse pacientes y constantes con
ellos.
4
claves para fomentar el esfuerzo en casa
Los
autores citados con anterioridad, proponen estos cuatro criterios para que los
padres los tengan siempre presentes y se propongan trabajar en ellos:
1.
El ejemplo
Tiene
una gran importancia, especialmente el de los padres. Los chicos necesitan
motivos valiosos por los que valga la pena esforzarse y contrariar los gustos
cuando sea necesario. Hay que presentar el esfuerzo como algo positivo y
necesario para conseguir la meta propuesta: lo natural es esforzarse, la vida
es lucha.
2.
Es necesario cierta exigencia por parte de los adultos
Con
los años, es lo deseable, se transformará en autoexigencia. Hay que plantear
metas a corto plazo, concretas, diarias, que los adultos puedan controlar
fácilmente: ponerse a estudiar a hora fija, dejar la ropa doblada por la noche,
acabar lo que se comienza, etc.
3.
Las tareas que se propongan a los niños han de suponer cierto esfuerzo,
adaptado a las posibilidades de cada uno.
Que
los chicos se ganen lo que quieren conseguir. Las tareas tendrán una dificultad
graduada y progresiva, según vayan madurando. Conseguir metas difíciles por sí
mismos, gracias al propio esfuerzo, les hace sentirse útiles, contentos y
seguros.
4.
Muchas veces el fracaso será más eficaz que el éxito en la búsqueda de una
voluntad fuerte.
Y
es que a nuestro entender, son dos los conceptos claves para la promoción del
esfuerzo: voluntad y motivación.
"El
secreto de mi felicidad está en no esforzarse por el placer, sino en encontrar
el placer en el esfuerzo.” André Gide.
Publicado
por LaFamilia.info
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