Meditación | Sandy Yanilda FermÃn
Las
vacaciones
Un dÃa de Julio, rumbo al cielo azul, mirando el mar debajo
de unas alas, llega el momento donde por fin te vas de vacaciones, con un sol cálido
y un dÃa brillante. Donde el verano se
convertirá en tu amigo y en tu antaño, donde la sonrisa es zigzagueante
como una suave brisa, y le dices a la vida, que te vas sin prisa y que viajarás
lejos, para encontrarte con tu familia. Es
como un sueño donde existirán momentos inolvidables, divertidos y de añorar.
Inicias el viaje donde encontrarás estrellas que vuelan
junto a ti. En donde la distancia se convertirá en tu melancolÃa y en donde tus
quimeras, se llenan de lejanÃa.
Me encantaron
los momentos donde los niños preguntan, cuando empezamos a volar y cuánto falta
para llegar. Abren y cierran la ventanilla con una alegrÃa,
como si quisieran ya llegar. Les espera un mundo diferente, donde conocerán
nuevos amigos, disfrutarán del paisaje, los paseos, para luego extrañar a tanta
gente.
Unos pájaros cantan a los lejos, como un azulejo, donde
respiras paz, libertad y consuelo. Las
vacaciones en tranquilidad no tienen precio, es un momento sagrado, lleno
de magias y anhelos.
Todo te lo encuentras diferente, inclusive hasta la gente. Da gracias a Dios, por la oportunidad de
estar con tus parientes y por la protección de la virgen con su manto santo a
todos nosotros.
Los
compartir familiares, no se quedaron atrás, risas, cantos, música, ir de
compras y claro no se quedó una exquisita comida y lo más importante, visitar
la Iglesia y estar frente a la presencia del EspÃritu Santo.
Me imagino que les ha pasado también a ustedes. Planificar
las vacaciones con mucho tiempo de anticipación, y esperar con emoción, buscas nuevos lugares para conocer, admirarse
de su belleza, y claro está, las fotos, nunca dejaron de aparecer. Para
guardar en tu recuerdo esos momentos mágicos y maravillosos que captaste con
sonrisas, con encantos. Te dices que vas a deleitarte con cada momento y no te
preocupas por el mañana, simplemente disfrutas.
Los momentos médicos, no se quedaron, simplemente fueron experiencias de Dios para demostrarnos su amor y su
contemplación. Para demostrarnos que podemos creer en él y en su perdón.
Cuando el verano esté a punto a terminar, llegará el momento de la despedida, para decir
adiós, despedir cada visita, cada paseo, cada caminata juntos, cada comida
especial, cada amanecer en ese pequeño espacio que se convirtió en tu
recreación por corto tiempo y en momentos de paz y mucho más aun, de felicidad.
A regresar a tu mundo, a tu realidad, continuar la vida, continuar trabajando, y reencontrarte con quienes amas, y agradecer a Dios por lo hermosa que fueron las vacaciones y lo más hermoso ver a Dios y a nuestra madre cuidándonos siempre.
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