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    martes, 23 de diciembre de 2025

    Navidad: Inocencia y deuda


    Navidad | Angel Ramírez, MSC

     


    Navidad: Inocencia y deuda

    “Hay en mi pueblo una niña que anda vagando en las calles…”[1]

     

    Detrás de estos versos, inmortalizados por Danny Rivera, no hay ficción ni metáfora, hay una historia real, tan dolorosa como vigente. El autor de la canción, Mario Enrique Velázquez, contó que la compuso en 1967 tras encontrarse en su pueblo de Humacao con una adolescente de unos 15 años, embarazada por su padrastro.

     

    La joven, llamada María, le confesó entre lágrimas que su madre le había pedido abortar, pero ella se había negado. Velázquez, conmovido, colocó su mano sobre el vientre y le sugirió: “Ponle por nombre Jesús”. Ella respondió: “A ver si me sale bueno”.

     

    Veinticinco años después, en un homenaje local, el compositor conoció al niño que había inspirado su canción. “Yo soy Jesús”, le dijo el joven. “Y salí bueno”.

     

    Más allá del milagro anecdótico, la historia de María es el retrato de miles de niñas latinoamericanas cuya infancia termina demasiado pronto.

     

    Una herida que se repite: las cifras de la infancia robada

    Según datos de UNICEF (2024)[2], una de cada cinco adolescentes dominicanas entre 15 y 19 años ya ha sido madre o está embarazada, una de las tasas más altas de América Latina (77 nacimientos por cada 1,000 adolescentes).


    El 15% inicia su vida sexual antes de los 15 años, la mayoría de las veces, no por decisión propia, pues una persona en esa edad no está en total capacidad de decidir al respecto, consciente de las consecuencias reales. Una de cada cuatro ha sufrido violencia física o sexual.

     

    Detrás de esas estadísticas hay rostros concretos: niñas como María, víctimas de abuso, abandono e impunidad. En República Dominicana, como en muchos países del Caribe y América Latina, el embarazo adolescente no es un accidente, sino la consecuencia visible de una red de causas invisibles: pobreza, falta de educación sexual, instituciones que no protegen y una cultura que normaliza el acoso.

     

    Causas y factores de riesgo: cuando el hogar deja de ser refugio

    La historia de María demuestra que el peligro muchas veces habita dentro del hogar. La paternidad irresponsable, la ausencia física o emocional de los padres y madres, deja a infantes y adolescentes expuestos a entornos de vulnerabilidad. Y cuando esa ausencia se combina con la negligencia y la complicidad silenciosa del entorno, el abuso encuentra terreno fértil.

     

    La cultura sexualizada también juega un papel decisivo. En una sociedad donde la publicidad, las redes sociales y la música convierten a la mujer en objeto, la frontera entre deseo y violencia se diluye peligrosamente.

     

    La exposición constante a material sexualmente explícito y la falta de una educación afectivo-sexual adecuada refuerzan actitudes permisivas ante la agresión sexual, sobre todo en varones jóvenes predispuestos a la dominación o la impunidad.

     

    Por eso, el embarazo adolescente no solo es consecuencia de la falta de educación sexual o de anticonceptivos, sino la punta del iceberg de todo un sistema que desprotege la infancia desde la cuna.


    Consecuencias psicológicas y espirituales: heridas que no se borran[3]

    - Ámbito emocional y mental: El abuso sexual puede generar depresión, ansiedad, estrés postraumático y emociones persistentes de culpa, vergüenza o disociación.


    - Ámbito personal e identitario: Suele provocar deterioro de la autoestima, sensación de indignidad y una percepción negativa de uno mismo que condiciona profundamente la vida interior.


    - Ámbito espiritual: Muchas víctimas experimentan crisis de fe, sensación de abandono por parte de Dios o una vivencia espiritual marcada por la lucha y la resistencia.


    Si el abuso proviene de una figura de autoridad, como un padrastro, maestro o líder religioso, el daño se multiplica: el trauma no solo viola el cuerpo, sino también la confianza en el mundo y en lo sagrado.

     

    El costo social del silencio

    UNICEF advierte que el embarazo adolescente tiene un impacto directo en el desarrollo nacional: las madres jóvenes abandonan la escuela, reducen sus oportunidades económicas y enfrentan una doble marginación.

     

    No se completa el ciclo de estudios, crece la pobreza, desigualdad y violencia, el Estado paga el precio en productividad, salud pública y cohesión social; las niñas, en su cuerpo y su futuro.

     

    Una deuda moral y política

    “Ponle por nombre Jesús”, más que un gesto poético: es una denuncia. Hoy miles de Marías existen en nuestros barrios, campos y bateyes.

     

    Las políticas públicas son necesarias: prevención, educación sexual integral, acceso a salud reproductiva, justicia efectiva. Pero el cambio no puede venir solo del Estado; debe nacer del alma del pueblo: de padres y madres presentes, de comunidades que no callen, de instituciones que protejan.

     

    El milagro no es que “Jesús salga bueno”. El verdadero milagro será el día en que no haya más Marías con la infancia arrebatada.

     

    En Navidad celebramos que Dios decidió hacerse niño, frágil y dependiente, confiado al cuidado humano. Ese gesto divino nos recuerda que cada niña y cada niño llevan consigo un eco del misterio de Belén, y que proteger su inocencia es un acto profundamente espiritual.

     

    Que, al contemplar al Niño Jesús en el pesebre, nuestro corazón se conmueva ante las “Marías” de hoy, y que el nacimiento de Cristo despierte en nosotros la responsabilidad de custodiar la vida, la dignidad y la esperanza de los más pequeños.

     

    Solo así la Navidad dejará de ser un rito y se convertirá en transformación: la luz que defendemos en cada niño es la misma luz que celebramos en el pesebre.

     

    Que tengamos todos una muy feliz Navidad, y un próspero y bendecido 2026.

     



    [1] Mario Enrique Velázquez, Ponle por nombre Jesús, performed by Danny Rivera, 2000, mp3., 4:19, https://www.youtube.com/watch?v=GEKGYk9xx9U.


    [2] «UNICEF advierte que 1 de cada 5 adolescentes en República Dominicana ya son madres o están embarazadas: un desafío crítico en el Día Internacional de la Niña», https://www.unicef.org/, 10 de octubre de 2024, https://www.unicef.org/dominicanrepublic/comunicados-prensa/unicef-advierte-que-1-de-cada-5-adolescentes-en-republica-dominicana.


    [3] Cfr. Laura P. Chen et al., «Sexual Abuse and Lifetime Diagnosis of Psychiatric Disorders: Systematic Review and Meta-Analysis», Mayo Clinic Proceedings 85, n.o 7 (2010): 618-29, https://doi.org/10.4065/mcp.2009.0583.















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