Navidad | Angel Ramírez, MSC
Navidad: Inocencia
y deuda
“Hay en mi pueblo una niña que anda vagando en las
calles…”[1]
Detrás de estos versos, inmortalizados por Danny
Rivera, no hay ficción ni metáfora, hay una historia real, tan dolorosa como
vigente. El autor de la canción, Mario Enrique Velázquez, contó que la compuso
en 1967 tras encontrarse en su pueblo de Humacao con una adolescente de unos 15
años, embarazada por su padrastro.
La joven, llamada María, le confesó entre lágrimas que
su madre le había pedido abortar, pero ella se había negado. Velázquez,
conmovido, colocó su mano sobre el vientre y le sugirió: “Ponle por nombre
Jesús”. Ella respondió: “A ver si me sale bueno”.
Veinticinco años después, en un homenaje local, el
compositor conoció al niño que había inspirado su canción. “Yo soy Jesús”, le
dijo el joven. “Y salí bueno”.
Más allá del milagro anecdótico, la historia de María
es el retrato de miles de niñas latinoamericanas cuya infancia termina
demasiado pronto.
Una herida que se repite: las cifras de la infancia
robada
Según datos de UNICEF (2024)[2], una
de cada cinco adolescentes dominicanas entre 15 y 19 años ya ha sido madre o
está embarazada, una de las tasas más altas de América Latina (77 nacimientos
por cada 1,000 adolescentes).
El 15% inicia su vida sexual antes de los 15 años, la
mayoría de las veces, no por decisión propia, pues una persona en esa edad no
está en total capacidad de decidir al respecto, consciente de las consecuencias
reales. Una de cada cuatro ha sufrido violencia física o sexual.
Detrás de esas estadísticas hay rostros concretos:
niñas como María, víctimas de abuso, abandono e impunidad. En República
Dominicana, como en muchos países del Caribe y América Latina, el embarazo
adolescente no es un accidente, sino la consecuencia visible de una red de
causas invisibles: pobreza, falta de educación sexual, instituciones que no
protegen y una cultura que normaliza el acoso.
Causas y
factores de riesgo: cuando el hogar deja de ser refugio
La historia de María demuestra que el peligro muchas
veces habita dentro del hogar. La paternidad irresponsable, la ausencia física
o emocional de los padres y madres, deja a infantes y adolescentes expuestos a entornos
de vulnerabilidad. Y cuando esa ausencia se combina con la negligencia y la
complicidad silenciosa del entorno, el abuso encuentra terreno fértil.
La cultura sexualizada también juega un papel
decisivo. En una sociedad donde la publicidad, las redes sociales y la música
convierten a la mujer en objeto, la frontera entre deseo y violencia se diluye
peligrosamente.
La exposición constante a material sexualmente
explícito y la falta de una educación afectivo-sexual adecuada refuerzan
actitudes permisivas ante la agresión sexual, sobre todo en varones jóvenes
predispuestos a la dominación o la impunidad.
Por eso, el embarazo adolescente no solo es
consecuencia de la falta de educación sexual o de anticonceptivos, sino la
punta del iceberg de todo un sistema que desprotege la infancia desde la cuna.
Consecuencias psicológicas y espirituales: heridas que no se borran[3]
- Ámbito emocional y mental: El abuso sexual puede generar depresión, ansiedad, estrés postraumático y emociones persistentes de culpa, vergüenza o disociación.
- Ámbito personal e identitario: Suele provocar deterioro de la autoestima, sensación de indignidad y una percepción negativa de uno mismo que condiciona profundamente la vida interior.
- Ámbito espiritual: Muchas víctimas experimentan crisis de fe, sensación de abandono por parte de Dios o una vivencia espiritual marcada por la lucha y la resistencia.
Si el abuso proviene de una figura
de autoridad, como un padrastro, maestro o líder religioso, el daño se
multiplica: el trauma no solo viola el cuerpo, sino también la confianza en el
mundo y en lo sagrado.
El costo social
del silencio
UNICEF advierte que el embarazo adolescente tiene un
impacto directo en el desarrollo nacional: las madres jóvenes abandonan la
escuela, reducen sus oportunidades económicas y enfrentan una doble
marginación.
No se completa el ciclo de estudios, crece la pobreza,
desigualdad y violencia, el Estado paga el precio en productividad, salud
pública y cohesión social; las niñas, en su cuerpo y su futuro.
Una deuda moral y política
“Ponle
por nombre Jesús”, más que un gesto poético: es una denuncia. Hoy miles de
Marías existen en nuestros barrios, campos y bateyes.
Las
políticas públicas son necesarias: prevención, educación sexual integral,
acceso a salud reproductiva, justicia efectiva. Pero el cambio no puede venir
solo del Estado; debe nacer del alma del pueblo: de padres y madres presentes,
de comunidades que no callen, de instituciones que protejan.
El
milagro no es que “Jesús salga bueno”. El
verdadero milagro será el día en que no haya más Marías con la infancia
arrebatada.
En
Navidad celebramos que Dios decidió hacerse niño, frágil y dependiente,
confiado al cuidado humano. Ese gesto divino nos recuerda que cada niña y cada
niño llevan consigo un eco del misterio de Belén, y que proteger su inocencia
es un acto profundamente espiritual.
Que,
al contemplar al Niño Jesús en el pesebre, nuestro corazón se conmueva ante las
“Marías” de hoy, y que el nacimiento de Cristo despierte en nosotros la
responsabilidad de custodiar la vida, la dignidad y la esperanza de los más
pequeños.
Solo
así la Navidad dejará de ser un rito y se convertirá en transformación: la luz
que defendemos en cada niño es la misma luz que celebramos en el pesebre.
Que
tengamos todos una muy feliz Navidad, y un próspero y bendecido 2026.
[1] Mario Enrique
Velázquez, Ponle por nombre Jesús, performed by Danny Rivera, 2000,
mp3., 4:19, https://www.youtube.com/watch?v=GEKGYk9xx9U.
[2] «UNICEF advierte
que 1 de cada 5 adolescentes en República Dominicana ya son madres o están
embarazadas: un desafío crítico en el Día Internacional de la Niña»,
https://www.unicef.org/, 10 de octubre de 2024,
https://www.unicef.org/dominicanrepublic/comunicados-prensa/unicef-advierte-que-1-de-cada-5-adolescentes-en-republica-dominicana.
[3] Cfr. Laura P. Chen
et al., «Sexual Abuse and Lifetime Diagnosis of Psychiatric Disorders:
Systematic Review and Meta-Analysis», Mayo Clinic Proceedings 85, n.o
7 (2010): 618-29, https://doi.org/10.4065/mcp.2009.0583.


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...