Fe y Vida | VN
Tierra Santa: Un día de ayuno y oración por la
paz
El cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino
de Jerusalén, en nombre de los ordinarios de Tierra Santa, invita a las
parroquias y comunidades religiosas a una jornada de ayuno y oración por la paz
y la reconciliación que se llevará a cabo el martes 17 de octubre. Los momentos
de oración – explica – deben organizarse con la adoración eucarística y el rezo
del rosario
"Porque Dios no es Dios de desorden, sino de
paz". Con esta cita del Nuevo Testamento, (1 Corintios 14, 33), comienza
el mensaje dirigido por el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, deseando a los queridos hermanos y
hermanas: “¡Que el Señor nos dé verdaderamente su paz!”. Y añade:
"El dolor y la consternación por lo que está
sucediendo son grandes. Una vez más nos encontramos en medio de una crisis
política y militar. De repente fuimos catapultados a un mar de violencia sin
precedentes. El odio, que lamentablemente ya hemos experimentado durante
demasiado tiempo, aumentará aún más, y la espiral de violencia que sigue creará
más destrucción".
Volver nuestro
corazón a Dios Padre
“Pero en este momento de dolor y consternación – prosigue
– no queremos quedarnos impotentes. Y no podemos permitir que la muerte y sus
aguijones sean la única palabra que se escuche”.
“Por eso – añade – sentimos la necesidad de orar, de
volver nuestro corazón a Dios Padre. Sólo así podremos sacar la fuerza y la
serenidad para vivir este tiempo, dirigiéndonos a Él, en oración de
intercesión, de súplica, y también de clamor”.
En nombre de todos los ordinarios de Tierra Santa, invito a todas las parroquias y comunidades religiosas a una jornada de ayuno y oración por la paz y la reconciliación
“Pedimos que el martes 17 de octubre todos hagan un
día de ayuno y abstinencia, y de oración. Los momentos de oración – explica –
deben organizarse con la adoración eucarística y con el rosario a la Santísima
Virgen. Probablemente en muchas partes de nuestras diócesis las circunstancias
no permitan la reunión de grandes asambleas. En las parroquias, en las
comunidades religiosas, en las familias, todavía será posible organizarse para
tener momentos comunes de oración sencillos y sobrios”.
“Así es como todos nos reunimos, a pesar de todo, y
nos reunimos en oración coral – agrega – para entregar a Dios Padre nuestra sed
de paz, justicia y reconciliación. Con oraciones”, concluye el cardenal
Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén.
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