Nuestra Fe | Salvatore Cernuzio
El Papa recuerda que se bendice a las personas,
no a la unión
Francisco recibe a los participantes en la asamblea
plenaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, a quienes recuerda la tarea
principal de "salvaguardar la fe", pero también de anunciarla al
mundo de hoy, en el que a menudo es "negada, marginada y
ridiculizada": "Renovaremos solemnemente nuestra fe en el próximo
Jubileo". Luego, deteniéndose en el documento Fiducia Supplicans, dice:
"Con bendiciones, muestren la cercanía de Dios y de la Iglesia a los que
piden ayuda".
Mostrar concretamente la cercanía de Dios y de la
Iglesia a quien pide ayuda; no exigir la "perfección moral" para
ofrecer una bendición; bendecir a las personas que lo piden y no a la unión. El
Papa Francisco aclara las intenciones y los puntos fundamentales de las
"bendiciones pastorales y espontáneas" que la declaración Fiducia
Supplicans -redactada y publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe,
con la aprobación del propio Pontífice- autoriza también para las parejas
llamadas "irregulares" respecto a la moral católica.
Al recibir en el Palacio Apostólico a los superiores y
oficiales del ex Santo Oficio, reunidos para su asamblea plenaria en Roma, el
Pontífice en su discurso, hablando de la "evangelización" como tarea
de primera importancia para el Dicasterio llamado a "custodiar la
fe", dijo que quería "subrayar brevemente dos cosas" sobre el
documento doctrinal que ha generado diversas discusiones. En primer lugar, el
Papa aclara su intención:
"Mostrar concretamente la cercanía del Señor y de
la Iglesia a todos aquellos que, encontrándose en situaciones diversas, piden
ayuda para continuar -a veces para comenzar- un camino de fe".
Reflexiones
sobre "Fiducia supplicans"
A continuación, el Papa explica: "Estas
bendiciones, fuera de cualquier contexto y forma litúrgica, no exigen la
perfección moral para ser recibidas". El segundo punto que subraya es que
"cuando una pareja se acerca espontáneamente para pedirlas, no se bendice
a la unión, sino simplemente a las personas que juntas las han pedido".
"No a la unión, sino a las personas, teniendo en
cuenta naturalmente el contexto, las sensibilidades, los lugares donde se vive
y las formas más adecuadas de hacerlo".
Compromiso en
el ámbito de la "inteligencia de la fe"
Las recomendaciones del Obispo de Roma forman parte
del amplio compromiso que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe está llamado
a llevar a cabo "en el ámbito de la inteligencia de la fe ante los cambios
que caracterizan nuestro tiempo". De hecho, son muchas las tareas que
incumben al Dicasterio, dentro del cual se han creado, con el motu
proprio "Fidem servare", dos Secciones distintas: la Sección Doctrinal y la Sección
Disciplinar. Esta medida, explicó el Pontífice, recordando la carta enviada al
Prefecto, el cardenal Víctor Manuel Fernández, con motivo de su nombramiento el
1 de julio de 2023, se puso en marcha para "definir mejor" el encargo
del propio Prefecto y la misión del Dicasterio.
Por un lado, "subrayé la importancia de la
presencia de profesionales competentes en el seno de la Sección Disciplinar,
para asegurar el cuidado y el rigor en la aplicación de la legislación canónica
vigente, en particular en el tratamiento de los casos de abusos de menores por
parte de clérigos, y para promover iniciativas de formación canónica de los
ordinarios y de los operadores jurídicos", explicó el Papa.
Por otra parte, añadió, "he insistido en la
urgencia de dar más espacio y atención al ámbito propio de la Sección
Doctrinal, donde no faltan teólogos preparados y personal cualificado, también
para el trabajo en la Oficina Matrimonial y en el Archivo". Una oficina
que, recordó el Papa, celebra el 25 aniversario de su apertura al público por
Juan Pablo II y el entonces cardenal prefecto Joseph Ratzinger en vísperas del
Jubileo del año 2000.
Profetas de
vida nueva y testigos de la caridad
Tres son, pues, las coordenadas que el Papa ofrece a
los miembros de la Doctrina de la Fe: "Sacramentos, dignidad y fe".
Sacramentos, gracias a los cuales "se alimenta y crece la vida de la
Iglesia", dice el Papa Francisco. Por eso, subraya, "se requiere un
cuidado especial de los ministros al administrarlos y al revelar a los fieles
los tesoros de gracia que comunican".
"A través de los sacramentos, los creyentes se
hacen capaces de profecía y testimonio. Y nuestro tiempo tiene una necesidad
particularmente urgente de profetas de vida nueva y de testigos de la caridad:
¡amemos, pues, y hagamos amar la belleza y la fuerza salvífica de los
Sacramentos!".
Un próximo
documento sobre la dignidad humana
La segunda palabra es dignidad, entendida como
"primacía de la persona humana y defensa de su dignidad más allá de
cualquier circunstancia". El Dicasterio está trabajando en un documento
sobre este tema, dice el Papa, acompañando el anuncio con el deseo de que este
próximo texto "nos ayude, como Iglesia, a estar siempre cerca de todos
aquellos que, sin proclamas, en la vida concreta de cada día, luchan y se
desviven por defender los derechos de los que no cuentan". Y también para
que, "frente a las diversas formas actuales de eliminar o ignorar a los
demás, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y amistad
social que no se limite a las palabras".
Anunciar la fe
y comunicarla a los jóvenes
Por último, el Papa se detiene en el tema de la fe.
Aquella que, como ha dicho Benedicto XVI, en vastas zonas del planeta hoy
"ya no constituye un presupuesto evidente de la vida común, es más, a
menudo incluso es negada, escarnecida, marginada y ridiculizada". En esta
perspectiva, el Pontífice pide un nuevo impulso en el anuncio y la comunicación
de la fe en el mundo actual, en particular para las nuevas generaciones. En
este sentido, recuerda el recién cumplido décimo aniversario de la exhortación
apostólica Evangelii gaudium y el inminente Jubileo.
Esta "nueva evangelización" debe ir
acompañada de "la conversión misionera de las estructuras eclesiales y de
los agentes pastorales; de las nuevas culturas urbanas, con su carga de
desafíos, pero también de inéditas cuestiones de sentido". Por último y
sobre todo, dice el Obispo de Roma, "la centralidad del kerigma en la vida
y en la misión de la Iglesia". Y aquí se espera la "ayuda" del
Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
"Custodiar la fe" se traduce hoy en un
compromiso de reflexión y discernimiento, para que toda la comunidad se
esfuerce por una verdadera conversión pastoral y misionera kerigmática, que
pueda ayudar también al camino sinodal en curso.
"Lo que para nosotros es esencial, lo más bello,
lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario es la fe en Cristo
Jesús", concluye el Papa Francisco. "Todos juntos, si Dios quiere, la
renovaremos solemnemente durante el próximo Jubileo y cada uno de nosotros está
llamado a anunciarla a todos los hombres y mujeres de la tierra".
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