Vida Religiosa | Sor Roselyne Wambani Wafula, fsp
Empoderar a las religiosas
como voces del cambio
“En nuestro
mundo frenético, debemos celebrar el increÃble trabajo de las religiosas
comprometidas y ponerlas en condiciones de seguir corriendo hacia adelante”. La
hermana Jane Wakahiu es una verdadera mujer de esperanza, no solo para las
monjas católicas, sino para todos aquellos que se esfuerzan por marcar la
diferencia en el mundo.
“Como monjas
católicas, estamos llamadas a servir a los más vulnerables. El apoyo de la
Fundación Hilton nos permite amplificar nuestros esfuerzos y llegar a quienes
más lo necesitan. Nuestro compromiso de aliviar el sufrimiento y promover un
cambio positivo continúa inspirando y empoderando a millones de personas en
todo el mundo”, dice la hermana Jane Wakahiu.
La hermana
Jane, miembro de las Hermanitas de San Francisco y vicepresidenta asociada de
programas en la Fundación Conrad N. Hilton, asà como jefa de la Iniciativa de
Hermanas Católicas (Catholic Sisters Initiative), ofrece una perspectiva única
en el mundo de la filantropÃa. Recientemente se ha entrevistado con Vatican
News para hablar sobre el importante papel que la Fundación Hilton desempeña en
la emancipación de las monjas católicas de todo el mundo.
El poder de la comunicación no-verbal
A la pregunta
de por qué la Iniciativa de las Hermanas Católicas se centra en la formación de
las religiosas en la comunicación, la Hna. Jane subraya la importancia de
comunicar correctamente el Evangelio.
“La
comunicación es fundamental en todo lo que hacemos. Esto es especialmente
cierto para aquellos que sirven a la Iglesia”, dijo. La Iniciativa de las
Hermanas Católicas reconoce esta nueva realidad, observó, definiendo a las
Hermanas Católicas como fuerzas silenciosas por el bien que dedican su vida a
la humanidad. Sin embargo, añadió, sus voces a menudo se pierden.
“A diferencia
de hace diez años”, explicó la hermana Jane, “en el mundo de hoy, la
comunicación es la piedra angular de un ministerio eficaz. Es importante la
forma en que nos conectamos y compartimos el mensaje de fe”.
La capacidad
de compartir el mensaje de esperanza, defender a los marginados y conectar con
las comunidades se basa en una comunicación clara y convincente.
“Equipar a
nuestras hermanas con la capacidad de comunicarse de manera efectiva ya no es
un lujo”, dijo la hermana Jane. “Es una necesidad. Las monjas católicas se
están convirtiendo en voces poderosas por la justicia social, la educación y la
construcción de la paz”.
Continuando con el discurso
En cuanto a
las formas especÃficas en que la Iniciativa de Hermanas Católicas potencia a
las hermanas en la comunicación, la Hna. Jane ha señalado que ofrece una
variedad de programas. “Estos van desde talleres de participación en redes
sociales hasta iniciativas de capacitación en medios”, dijo. “Organizamos
talleres y capacitaciones en diversos campos de la comunicación, desde las
redes sociales y la narración digital hasta la alfabetización mediática y la
escritura eficaz de subvenciones”. Estas habilidades “permiten a las hermanas
compartir sus historias, aumentar la conciencia de las necesidades de sus
comunidades y, en última instancia, obtener fondos para su trabajo crucial.
También facilitamos oportunidades para que las hermanas colaboren y aprendan de
las experiencias de las demás”.
Historias de éxito
Pasando al
impacto de la Iniciativa Hermanas Católicas, el rostro de sor Jane se iluminó
con una sonrisa en reconocimiento a las muchas religiosas que se benefician del
Proyecto Pentecostés, que forma a las hermanas en la comunicación en
colaboración con el Dicasterio Vaticano para la Comunicación. “Hemos sido
testigos de cambios increÃbles -declaró. Las hermanas que una vez tuvieron
dificultades para navegar por las complejidades de las redes sociales ahora lo
utilizan de manera efectiva para conectarse con sus comunidades y crear
conciencia sobre cuestiones crÃticas. Otros han perfeccionado sus habilidades
comunicativas y han encontrado voces poderosas como defensores de los sin voz”.
Más allá de los números
“Si bien la
caÃda en el número de monjas es una realidad, no debemos pasar por alto el
panorama más amplio”, dijo. “Debemos centrar nuestra atención en la vitalidad,
la calidad y el impacto de quienes están sirviendo activamente, celebrar su
dedicación y equiparlos con los recursos necesarios para continuar su trabajo
vital”, añadió la Hna. Jane. “Su impacto en el mundo es innegable”.
Un rayo de esperanza
“Hay tanto
trabajo por hacer”, concluyó la Hna. Jane.
“Las
necesidades son grandes y las oportunidades de servicio son ilimitadas”,
afirmó. “Centrémonos en amplificar estas historias, alentando a las mujeres
jóvenes a considerar una vida de servicio y apoyando a las monjas que ya están
cambiando la narrativa, asegurando que el legado de aliviar el sufrimiento
continúe para las generaciones venideras”.
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