Paz | Isabella Piro
Parolin: El diálogo es la
única vía para una paz justa en Ucrania
El cardenal
secretario de Estado intervino como observador en la conferencia para una
solución en el país del este de Europa, que concluyó el 16 de junio en Suiza.
Sus palabras incluyeron un llamamiento al "diálogo entre las partes",
así como al "respeto del derecho internacional" y de "la
soberanía de cada país". El cardenal también hizo un enérgico llamamiento
a la protección de los niños y los prisioneros "tanto civiles como
militares".
"El único
medio capaz de alcanzar una paz verdadera, estable y justa es el diálogo entre
todas las partes implicadas": lo reiteró con firmeza el cardenal
secretario de Estado, Pietro Parolin, al intervenir el 16 de junio, como
observador, en la cumbre de alto nivel sobre la paz para Ucrania, que se
celebró durante dos días en Bürgenstock (Suiza). En nombre del Papa Francisco,
el cardenal confirmó su cercanía "al atormentado pueblo ucraniano",
recordando el "compromiso constante" del Pontífice "en favor de
la paz".
Prestar asistencia y ayudar a la mediación
En el centro
del discurso del Secretario de Estado estuvo su aliento a la comunidad
internacional para que "explore las vías para prestar asistencia y ayudar
a la mediación, ya sea de carácter humanitario o político", con la esperanza
de que "el esfuerzo diplomático promovido por Ucrania y apoyado por tantos
países se perfeccione, para alcanzar los resultados que las víctimas merecen y
que el mundo entero espera". Al mismo tiempo, Parolin subrayó que la Santa
Sede sigue comprometida a "mantener un contacto constante con las
autoridades ucranianas y rusas", dispuesta también a ayudar en la
realización de "posibles iniciativas de mediación" que sean
aceptables "para ambas partes" implicadas y que beneficien "a
los afectados".
Nunca resignarse a la guerra
A
continuación, el cardenal expresó su aprecio por la cumbre, calificándola de
"acontecimiento de importancia mundial", preparado "con
esmero" por Ucrania, un país que, por un lado, dedica "enormes
esfuerzos a defenderse de la agresión", pero que, por otro, sigue
trabajando "en el frente diplomático" por "una paz justa y
duradera". Y es que, ante "la guerra y sus trágicas consecuencias, es
importante no resignarse nunca", señaló el Secretario de Estado, "sino
seguir buscando vías para poner fin al conflicto", haciendo uso de
"las buenas intenciones, la confianza y la creatividad".
Respeto del derecho internacional
En su
discurso, el cardenal también se detuvo en el "respeto del derecho
internacional", reiterando "la vigencia del principio fundamental del
respeto a la soberanía de cada país y a la integridad de su territorio".
La repatriación de los niños es imperativa
La reflexión
del Secretario de Estado se centró después en la cuestión de la repatriación de
los niños, para la que "se ha creado un mecanismo ad hoc para
resolver casos concretos", tras la visita del cardenal Matteo Zuppi, como
enviado especial del Papa, a Kiev y Moscú. En este sentido, Parolin definió
como "imperativa" la necesidad de "reforzar todos los canales
disponibles para facilitar este proceso", subrayando que "debe ser
una prioridad absoluta", también para evitar "cualquier
instrumentalización" de la situación de los menores.
Preocupación por los presos civiles y militares
Otra cuestión
crucial, subrayada finalmente por el cardenal, es la de los prisioneros,
"tanto civiles como militares", sobre todo a causa de los
"informes periódicos de incumplimiento de las Convenciones de
Ginebra", especialmente de la Cuarta Convención, que afecta más directamente
a los civiles. En concreto, el cardenal expresó la preocupación de la Santa
Sede por la dificultad de crear, "junto con el Comité Internacional de la
Cruz Roja, una Comisión Médica Mixta que pueda evaluar la situación de los
prisioneros de guerra que necesitan atención médica urgente".
La delegación de la Santa Sede
En
Bürgenstock, el cardenal Parolin -invitado conjuntamente por los presidentes de
Suiza y Ucrania, Viola Amherd y Volodymyr Zelensky respectivamente- estuvo
acompañado por el nuncio apostólico en Suiza, monseñor Martin Krebs, y por
monseñor Paul Butnaru, funcionario de la Sección para las Relaciones con los
Estados y las Organizaciones Internacionales de la Secretaría de Estado. En
calidad de observador y siguiendo la práctica de no firmar declaraciones conjuntas,
la delegación de la Santa Sede se abstuvo de firmar el comunicado final de los
trabajos, aunque expresó su apoyo a las conclusiones de la cumbre.
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