Matrimonio y Familia | Lafamilia.info
Diez formas en las que un hombre puede hacer sentir
fea a su mujer sin decir una palabra
Hay comportamientos en los que un hombre puede hacer
sentir «fea» a su esposa (en un sentido más amplio que el fÃsico) sin decir una
palabra y sin intención de hacerlo, asà lo advierte Molly Parker en Crosswalk ,
tras 22 años de matrimonio y tres hijos. No es que Molly sugiera que todas
estas acciones deben evitarse siempre, pero tampoco deben ser ignoradas por
completo.
1. Escatima los cumplidos
Una mujer desea que se le preste atención, y si su
marido (aquel cuya opinión es más importante) no es capaz de dedicarle un
cumplido, ella empezará a preguntarse si hay algo que falla en ella. Si se ha
arreglado y está atractiva, si asombra a su marido con su capacidad para la
multi-tarea, si prepara unas comidas excelentes, «ella quiere que él se lo
diga» y «Ã©l debe hacérselo saber».
2. No tiene en ningún lado una foto de su mujer
«Una vez visité a mi marido en el trabajo y vi algo
hermoso: ¡Yo! Ahà estaba, sobre su mesa, dentro de un pequeño marco que todos
podÃan ver. Me sentà honrada y querida«, cuenta Molly.
3. Mira frecuentemente a otras mujeres
Por cada marido que mira como no debe en la playa o en
la calle, «hay una esposa que se siente poco deseable e insuficiente», que
puede llegar a pensar «que no es lo bastante buena». Y si el hombre no se
reprime de esos «exámenes de arriba abajo» a otras mujeres, «Ã©l llegará a
pensar lo mismo». Molly explica por qué: «Mirar de esa manera en público puede
conducir fácilmente a mirar de esa manera en privado«, ya sea con una relación
extraconyugal o mediante la pornografÃa.
4. Nunca le regala nada
«Nunca olvidaré», recuerda Molly, «lo bien que me
sentà el dÃa en el que mi marido me compró una blusa escogida por él mismo.
¿Por qué? Porque él pensó que me sentarÃa bien. Eso le hizo atractivo para mÃ,
y me hizo sentirme atractiva a mÃ. Ambos ganamos». Porque el mejor regalo de un
hombre a una mujer es él mismo, añade.
5. Siempre está mirando su teléfono móvil
Los tiempos de juntarse en un sofá, o en el auto, o en
un restaurante, sin la compañÃa del celular, puede que hayan pasado para
siempre: «Pero el dÃa que un hombre hace el primer movimiento y apaga el móvil,
mirándote a los ojos como si fuera la primera cita… sin distracciones… su mujer
está segura de que es vista y escuchada… todo lo contrario de sentirse fea».
6. Acurrucarse no le basta
Molly confiesa lo mucho que le gustan que su marido le
haga cosquillas en la espalda. O disfrutar de un helado estirando las piernas
sobre las de su marido. Sin más pretensiones. «Por eso, cuando un hombre quiere
sexo y solo sexo, su mujer se siente usada como un electrodoméstico«, dice,
«como si él la viese solo cual alguien con una función».
7. Se come la última magdalena para que no lo haga
ella
«Cuando un hombre se come la última magdalena para
‘ayudar’ a su mujer a perder peso, o le pone estratégicamente los zapatos de
deporte a los pies de la cama, ella se va a sentir fea. Y aunque él cree que es
sutil, ella sabe exactamente lo que está pasando», advierte Molly: » Es
importante que un hombre muestre afecto hacia su esposa ahora, esté o no en
plena forma«.
8. Prefiere las cosas de hombres
Molly ve bien que los hombres necesiten su espacio y
su momento para sus cosas y sus amigos. «Pero cuando su lugar de esparcimiento
se parece más a un lugar de escape, su mujer puede preguntarse por qué él ya no
busca su compañÃa», incluso hasta temer que alejarse de algún vicio, como el
alcohol, implique alejarse también de ella.
9. No le importa que otros hombres dediquen atención a
su mujer
No todos los celos son pecaminosos, recuerda Molly:
«Sin un marido ve que otro hombre intenta seducir a su esposa, tiene derecho a
estar celoso; debe estar celoso». Asà que «para honrar y defender a su mujer y
no descuidar su compromiso con ella, un hombre debe estar ojo avizor. Ese toque
de saludables celos no solo protegerá su matrimonio, sino que hará que su mujer
se sienta deseable».
10. Habla mejor de otras mujeres que de la suya propia
Si una mujer oye a su marido calificativos respecto a
otras mujeres que nunca oye respecto a ella (da igual que sean valoraciones
fÃsicas que intelectuales), se sentirá cualquier cosa menos bien, «lo cual es
especialmente verdad si Doña GuapÃsima o Doña Brillante son conocidas de la
pareja, no meras estrellas de Hollywood». Porque toda mujer tiene algo hermoso
que ofrecer al mundo, pero es dentro del matrimonio donde ha de sentirse única
entre un millón.
Publicado por LaFamilia.info
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