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Excomunión de Carlo Viganò
por cisma
Un comunicado
del Dicasterio para la Doctrina de la Fe anuncia la excomunión 'latae
sententiae' para el ex-nuncio en EEUU que no reconoce la legitimidad del Papa y
del último Concilio.
El arzobispo
Carlo Maria Viganò, ex Nuncio Apostólico en los Estados Unidos de América, ha
recibido la excomunión de oficio por haber querido abandonar la comunión con el
Obispo de Roma y con la Iglesia católica. "El 4 de julio de 2024",
reza el comunicado difundido por el Dicasterio, "el Congreso del
Dicasterio para la Doctrina de la Fe se reunió para concluir el proceso penal
extrajudicial ex can. 1720 CIC contra" monseñor Carlo Maria Viganò,
arzobispo titular de Ulpiana, "acusado del delito reservado de cisma
(cann. 751 y 1364 CIC; art. 2 SST)".
"Son bien
conocidas sus declaraciones públicas", prosigue el comunicado, "de
las que resulta su negativa a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, de la
comunión con los miembros de la Iglesia a él sujetos y de la legitimidad y
autoridad magisterial del Concilio Ecuménico Vaticano II". "Al
término del proceso penal", Viganò "fue declarado culpable del delito
reservado de cisma. El Dicasterio declaró la excomunión latae sententiae ex
can. 1364 § 1 CIC. La remoción de la censura en estos casos está reservada a la
Sede Apostólica". La decisión fue comunicada al Arzobispo el 5 de julio de
2024.
Como es bien
sabido, el pasado 20 de junio fue el propio prelado quien divulgó el decreto
por el que se le citaba en Roma para responder a las acusaciones, dándole de
plazo hasta el 28 de junio para designar un abogado que le representara o
enviar un escrito de defensa. Como esto no ocurrió, se le asignó un abogado de
oficio que llevó a cabo la defensa de Viganò según las normas del derecho.
En varias
ocasiones en los últimos años, el ex-nuncio en EE.UU. había declarado que no
reconocía la legitimidad del Papa y del último Concilio. Se incurre en
excomunión latae sententiae por el hecho mismo de haber cometido el delito. Al
excomulgado se le prohíbe celebrar la Misa y los demás sacramentos; recibir los
sacramentos; administrar los sacramentales; y celebrar las demás ceremonias del
culto litúrgico; tomar parte activa en las celebraciones mencionadas; ejercer
cargos o ministerios o funciones eclesiásticas; realizar actos de gobierno. El
sentido de la excomunión, sin embargo, es que se trata de un castigo medicinal
que invita al arrepentimiento, por lo que siempre se espera la vuelta de la
persona a la comunión.
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