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Haz esto si quieres alejar el divorcio de tu
matrimonio
¿Cómo alejar las sombras del divorcio de tu relación?
El matrimonio es como el vino, si no se cuida, con los años se vuelve vinagre.
Por eso, ¡haz lo que esté en tus manos para evitarlo!
Las siguientes recomendaciones de Orfa Astorga de
Lira, Orientadora familiar y Máster en matrimonio y familia de la Universidad
de Navarra, te ayudarán a alejar el divorcio de tu matrimonio.
1. Vivir a plenitud el compromiso
En el amor no se elige realmente si uno no se
compromete con ese alguien elegido. Haber elegido al cónyuge es una gran
manifestación de nuestra libertad, porque renunciando a todo lo que no sea ese
alguien amado, nos enriquecemos en un: “yo, para ti, contigo” en la salud o en
la enfermedad, en la riqueza o la adversidad. Lo contrario serÃa el mayor de
los absurdos, pues nadie renuncia a todo por nada.
2. Jamás admitir la indiferencia
Esforzarse por “estar ahÔ participando el uno con el
otro, lo mismo en preguntarse por sus respectivas ocupaciones del cada dÃa, que
cuidar juntos los niños, o hacer la cena. Esforzarse por escuchar, sin hacer
como que se escucha, por trivial que sea el comentario: desde la ganga que se
encontró en el supermercado, hasta el último chiste que se sabe y soltar la
carcajada. No dejar solo al otro en lo que le ocupa y preocupa, desde los
asuntos más delicados, hasta los más pequeños detalles. Solo si se atiende al
otro se le puede comprender en lo que piensa, siente, sus alegrÃas y
preocupaciones, lo que lo anima y lo que lo desanima. Saber ponerse en su lugar
y ser uno su principal motivo.
3. No aceptar una dependencia enfermiza
Cuidar siempre el mutuo espacio para tomar decisiones,
defendiendo razonablemente los propios criterios, discutiendo cara a cara si es
necesario lo que por amor es de mutuo interés. Cuidar ambos su individualidad
en esa nueva forma de ser que nace de la unión entre dos, pues es asà como lo
cónyuges se necesitan. Antes que coartar la autonomÃa del otro, es preferible
dejarlo correr el riesgo de equivocarse.
4. No manipular
Tener una comunicación espontánea y sincera que
refleje siempre la intimidad del pensamiento. No decir esto para que se
entienda lo otro, no hacer cálculos recurriendo a la excusa o el pretexto.
Manipular es instrumentalizar y no respetar la condición de persona en el
cónyuge. Se manipula con las palabras, argumentos, tonos de voz, expresiones
corporales; se manipula con toda la humanidad cuando precisamente es a través
de esta que podemos amar. La sinceridad es el fuerte tejido del amor, y a la
vez su delicado perfume.
5. Respetar la libertad
No olvidar nunca que el cónyuge es un ser libre aunque
libremente se haya convertido en un don para mÃ; que es por su libertad que
gozo de su amor. Sus decisiones, gustos, aficiones, talentos, son la riqueza de
un ser único e irrepetible, que brotan de su intimidad para compartir conmigo
haciéndome mejor.
6. Confiar
No reservarse algo que el otro debe saber. Buscar
siempre un diálogo abierto desde lo más ordinario, hasta el más profundo
sentimiento. Ser conscientes de que lo que no se comunica, deviene luego en un
secreto, en una barrera que luego lleva a la discrepancia que incomunica,
separa, aÃsla. Toda diferencia se resuelve y une más con el motivo del amor,
sin la desconfianza de por medio.
7. No admitir los celos
No comparar los logros del uno con los del otro. No
exponer al cónyuge comparándolo con terceros, ni dudar de la fidelidad de su
amor cayendo en suspicacias injustas. No aceptar vivir bajo el temor, bajo el
peso de una amenaza, estando seguro de su cariño.
8. Moldear el carácter
No justificar la intemperancia ante las
contrariedades, dando lugar a los malos comportamientos, tanto en la casa como
en lugares públicos; exhibiendo tonos destemplados, gesticulaciones, ademanes
que avergüenzan y humillan profundamente, creando inseguridad en el otro y
atentando contra la dignidad de su amor.
9. Rechazar el temor
El cónyuge que, por temor al conflicto en la relación,
empieza concediendo, termina por ceder permitiendo que el otro crezca en el
error. Se debe tener confianza para decir que se está cansado y no se desea
salir al cine, hablar sobre la impertinencia de uno de los dos, sobre la falta
de paciencia, el desinterés, el error cometido, etc., etc. No aceptar esa falsa
prudencia que da solo la apariencia de que el matrimonio está bien ajustado,
mientras se incuban resentimientos.
10. Cuidar nuestra conciencia
En el matrimonio nadie puede faltarse el respeto a si
mismo sin faltar también al respeto del cónyuge y viceversa. Se debe luchar
contra las faltas morales que anidan en la persona, rompiendo su integridad y
desdoblando su personalidad con la mentira.
El amor entre esposos madura cuando se comprende la
personalidad del otro; cuando se pone en su piel para aceptarle plenamente y
amarlo desde sà mismo. Solo asÃ, el don del amor es un verdadero don.
Publicado por LaFamilia.info
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