Humanismo Integral | VN
Santa Sede: La libertad de
reunión y asociación pacífica es inviolable
La Misión de
Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras
organizaciones internacionales intervino en Ginebra, con motivo de la 56ª
sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos: "Es esencial proteger
este derecho para promover la existencia de una sociedad pluralista en el que
personas con diferentes opiniones o creencias puedan convivir
pacíficamente".
“La libertad de reunión y
asociación pacífica, como todos los derechos humanos fundamentales, es
universal, inalienable e inviolable”. Así lo afirmó la Misión de Observador
Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras organizaciones
internacionales en Ginebra, con motivo de la 56ª sesión ordinaria del Consejo
de Derechos Humanos. En el diálogo interactivo con el relator especial sobre
los derechos a la libertad de reunión y de asociación pacíficas, que tuvo lugar
este 28 de junio en Ginebra, la Delegación del Vaticano partió del supuesto de
que la libertad de reunión y de asociación pacíficas, junto con el derecho a la
libertad de expresión, "constituye un principio fundamental de toda
sociedad democrática que funcione bien", porque "facilita la
expresión de opiniones que pueden o no ser compartidas por todos los miembros
de una sociedad".
Universalidad de los derechos humanos
Por tanto, es
"indispensable" proteger este derecho "para promover la
existencia de una sociedad pluralista en la que personas con opiniones o
creencias diferentes puedan convivir pacíficamente". En este contexto, la
Delegación vaticana subrayó que "la libertad de reunión pacífica está
indisolublemente ligada a la libertad de religión o de creencias, y que se
refuerzan mutuamente, son interdependientes y están interrelacionadas".
“La universalidad de los derechos humanos es tal que se aplican a todos los
seres humanos sin excepción, en virtud de la dignidad universal de toda persona
humana”; como tal, “nadie tiene derecho a privar a otros de él, ya que ello
sería contrario a su naturaleza intrínseca”.
Limitaciones en casos específicos
Sin embargo, la Misión en Ginebra
reiteró la importancia de imponer "en casos específicos" limitaciones
al ejercicio de estos derechos, "siempre que tales limitaciones cumplan
con las obligaciones jurídicas internacionales al respecto". De hecho,
“todo derecho humano va acompañado de una serie de deberes y responsabilidades
que deben ser respetados. En esta interacción entre derechos y
responsabilidades, las comunidades se forman y protegen como medio para perseguir
el bien común."
La advertencia del Papa
En este sentido, las palabras del
Papa fueron recordadas en el primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz
en el que reiteró "la necesidad de una participación democrática y de la
implicación de todos, lo que requiere considerables esfuerzos y
perseverancia". Una forma de esta participación es el ejercicio del
derecho a la libertad de reunión y de asociación: “El Papa Francisco sostiene
que dicha participación es indispensable para evitar que la democracia se
atrofie y se convierta en una formalidad. Sin ella, la democracia corre el
riesgo de perder su carácter representativo y volverse incorpórea, sin abordar
las luchas diarias de las personas por la dignidad y la construcción de sus
vidas".
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